Bancos de sonrisas y saludos
Monday, 10 de March de 2014 por Ramón
Estuve delante de la casa de mis abuelos en Sussex. No llamé a la puerta. Solo abrí los ojos, aspiré recuerdos, fotografías, ruidos, como cuando me colgué del tejado. El pueblo apenas ha cambiado; todo se conserva como si el tiempo estuviera detenido, en pause. Casi las mismas tiendas y el monolito a los muertos de las dos guerras mundiales: cinco en la Primera; 25 en la Segunda.
Paseé hasta la playa. Se me apareció desplegada, marea alta, atardeciendo. Me vi en ella con cuatro años y medio armado con un cubo de plástico. En las bajuras buscábamos cangrejos sin cazarlos, solo por verles escapar hacias las olas. Graznaban las gaviotas y los cantos rodados con el vaiven del agua. Escuché Be dentro de mi cabeza. Busqué una piedra para echarme al bolsillo, una piedra sabia, filosofal. El sur de Inglaterra siempre huele a alga brava.
En el camino me crucé con jubiladas en traje de chándal y gorra de visera; algunas llevaban perro, otras marido. Todos saludaban y sonreían, hasta los animales. Yo avanzaba aferrado a una grabadora cazando mis palabras, como un loco. Cuando me acerqué a la ciudad de Worthing, los paseantes dejaron de devolver sonrisas y saludos. Era la frontera entre la prisa y la calma. Ninguno de los siete jóvenes que vi me dijo palabra alguna. Era invisible, un nadie.
En los bancos de madera están clavadas unas placas con nombres y apellidos de personas fallecidas. Les acompaña una fecha, un antes y un final, un homenaje. La mayoría eran viejos. Si el banco tiene flores o cintas de colores, la edad delata una vida rota. Son mausoleos del dolor.
Deberíamos incorporar más placas con saludos de buenos días y buenas tardes, y las sonrisas que se pierden encerradas en bocas que no miran ni ven. Es otro tipo de ausencia. Deberían estar allí para que no las olvidemos cuando muera el último viejo amable de Ferring vestido co un chándal y una gorra de visera en la cabeza.
Me senté en uno de esos bancos que hablan y abrazan y me dejé zarandear mirando al mar.
Buenos días, Sr. Lobo
como le comentaba en Twitter, me llamo Ricard Arís y soy periodista. Estoy preparando un libro de entrevistas sobre lo que ha ocurrido en los últimos 5 años en España y me gustaría contar con usted para valorar los cambios sucedidos. El libro analizará con entrevistas los cambios sufridos desde cinco puntos de vista distintos (activismo/sociedad, Justicia, economía, política y, en su caso, periodismo) con profesionales de cada ámbito concreto. Por su perfil personal, creo que podría aportar mucho al libro. La entrevista sería en persona, grabada y tendría una duración aproximada de entre 40 minutos y una hora, dependiendo de sus respuestas.
En fin, nada más. Espero su respuesta, un saludo
En Sussex estarás bajo el volcán, me imagino.
Feliz viaje y suerte con el libro.
Gracias! Palabras y música, un gozo.
Buenos días!
Algunas llevaban perro, otras marido … Siempre me haces sonreir y eso no tiene precio 😀
Disfruta de tu “regreso al pasado” qué bonito viaje.
Disfruta mucho, lo mereces.
bss
Gracias por escribir ésto. Compartimos origenes y me llegado al alma, si bien en mi caso las playas invernales desplegadas son las del sur de Gales. Siempre me ha parecido, ya desde pequeña, que la naturaleza rural de Gran Bretaña, incluso en lo más frío del invierno, nos muestra que el universo es fértil, generoso y abundante, lleno de gracia y belleza. Nunca he tenido sensación de escasez o aridez. Puede que hayan sido sus ancianos tranquilos y amables con su calor humano los que contribuyeran a esta percepción, ya imborrable….