Nos gustan las jóvenes, pero no todas
Sunday, 20 de October de 2013 por Ramón
A la joven paquistaní Malala Yousafzai, que pelea por el derecho a la educación en su país, y que casi le cuesta la vida, le hemos dado el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia, que entrega el Parlamento Europeo. Nos gusta mucho y no nos importa nada que esté entre nosotros junto a su familia. Nos gusta porque es famosa, habla ante la ONU y es posible que ayude a conseguir votos.
En las zonas tribales de Pakistán mandan los talibanes, primos hermanos de los talibanes de la vecina Afganistán. Este grupo radicalizado no quiere que las niñas de su edad -tiene 16- acudan a la escuela, un centro que consideran vivero de valores occidentales y otras corrupciones. Para ellos, la escuela verdadera es la coránica, donde les enseñan el libro sagrado de memoria.
No nos gusta nada la niña italo-albanokosovar Leonarda Dibrani, de 15 años y raza gitana. Pese a que su aspecto físico, algo que parece importar tanto en la Francia de la tolerancia y la libertad, es similar al de Malala, su trato ha sido muy diferente. Leonarda estaba escolarizada en Francia, donde al parecer vivía de forma irregular desde hace años junto su familia, que había fracasado en su intento de lograr la concesión del asilo político.
Los Dibrani nacieron en Italia y según cuenta su progenitor mintieron sobre su origen, kosovar hace algunas generaciones, para obtener el derecho a quedarse en Francia. Kosovares o no, se les expulsa por gitanos.
La joven Leonarda, y sus hermanos, también luchan por tener una educación mejor y una esperanza como personas. Pero este tipo de lucha no da votos, más bien los quita. Por eso no provoca el mismo entusiasmo que la joven Malala.
Ambas son un símbolo. La paquistaní de una política occidental que se mueve a golpe publicitario y la gitana de otra política, también occidental, basada en la xenofobia, el miedo y el desconocimiento. Detener a Leonarda durante una excursión junto a sus compañeros de clase es una aberración democrática.
Manuel Valls, el ministro de Interior francés de origen catalán, ha cometido un error que ha puesto a su Gobierno y a su presidente en un brete. Este tipo de expulsiones suceden casi todos los días sin que los medios de comunicación les dediquen una línea o un segundo.
El problema para François Hollande no está en las leyes ni en el celo excesivo de su ministro de origen extranjero, en su caso no importa, el problema está en que los medios se han enterado y no paran de escribir y hablar de ello. Que los medios estén encima da y quita votos, pero aún no se sabe cuántos; de ahí el nerviosismo.
El idioma francés tiene un verbo que no existe en España: dimitir. Los estudiantes franceses se preparan para volver a la calle y exigir responsabilidades. Valls huele a cadáver; son las formas las que le condenan. Podrían deportarlo también.
Buena reflexión sobre la inmigración que consigue votos y la que los hace perder. Occidente es una gran hipocresía que acepta con gusto los inmigrantes siempre que no vivan al lado de su casa, no vayan a la misma escuela que sus hijos ni se curen en el mismo hospital.
Salut
PD: Manuel VALLS hasta hace poco de origen español que consiguió llegar a ministro del Interior francés , ahora es de origen catalán. En todas partes cuencen habas.
Por fin hay alguien que se atreve a decir lo que los medios de desinformación ocultan. Espero que nos escribas también sobre los niños afganos y pakistanies asesinados por los drones estadounidenses y cuyos nombres nunca salen en los medios de desinformación .
Gracias, señor !
lo que me conmueve es la muerte por el naufragio de la balsa, y que nadie los haya salvado de los que escapan a Lampedusa.
Entre ellos muchos niños, era terrible ver en el noticiero los ataudes chicos y blancos.
Muy triste
…de origen catalán… perdona pero en la wikipedia pone de origen español.
No hay más “anti” que un “ex”
Ramón, la hipocresía prevalece y que siga la fiesta. LAMENTABLE, si con mayúsculas.
[…] Nos gustan las jóvenes, pero no todas (Opinión) http://www.ramonlobo.com/2013/10/20/nos-gustan-las-jovenes-pero-… por conversador hace nada La joven paquistaní Malala Yousafzai, que pelea por el derecho a la educación en su país nos gusta mucho pero no nos gusta nada la niña italo-albanokosovar Leonarda Dibrani. Manuel Vals, el ministro de Interior francés ha cometido un error que ha puesto a su Gobierno y a su presidente en un brete. etiquetas: francia, manuel vals, ministro interior, opinión bloguero negativos: 0 usuarios: 1 anónimos: 0 compartir: window.___gcfg = {lang: 'es'}; $(function () { $.getScript("https://apis.google.com/js/plusone.js"); }); sin comentarios actualidad, internacional karma: 19 GA_googleFillSlotWithSize("ca-pub-8059464308672801", "link-468×60", 468, 60); […]
Si estamos en contra de la discriminación basada en el orígen o la cultura, la mención de la “catalanidad” del ministro de Francia, no es un ejemplo de coherencia.
Qué buena reflexión que los ciudadanos decentes evitamos hacer para no importunar a nuestra pulcra conciencia. Saludos.
Es cierto, los occidentales somos tan tolerantes, que solo nos gusta la gente “tolerante” como nosotros, es decir, gente que solo tolera los valores occidentales que tenemos como objetivamente buenos.
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