Tiene que llover mucho más
Friday, 4 de October de 2013 por Ramón
Llueven mares súbitos sobre Madrid. Nana observa el diluvio universal y trata de perseguir el eslalon de gotas que se deslizan por el cristal. La ciudad desaparece entre nubes y reaparece entre claros. Parece un juego de magia. La gata crece a gran velocidad. En sus tres meses y medio todo es juego; no hay sofá, silla, tela, cuerda, mochila, colgante que sobreviva sus ímpetus y desafueros. De noche y de mañana corre por el piso arqueada como si fuera un Bolt peludo.
Un animal despierta sentimientos que se han dormido en el trato con las personas. Resulta agradable dejarse ir sin miedo a la traición. Conviví 15 años con Claudio, mi anterior gato. Es el ser vivo que más tiempo me ha aguantado, lo que tiene mérito. Fue una experiencia sublime.
Los días de lluvia me recuerdan al colegio, cuando me simulaba enfermo para no ir. Ahora no simulo nada, soy mi jefe, el dueño supremo de mi tiempo, tanto del que gano como del que pierdo tumbado en el sofá.
Es viernes, llega el fin de semana, la bulla. Lo malo de los días grises es que te agrisan por dentro. Busco músicas-luz para transitar la jornada. De todas las que hablan de lluvia me sigue gustando esta, por su doble sentido, por su esperanza. Ahí van dos versiones.
A mí también me sigue gustando la misma canción…
Gracias, buen día en lo posible, y que la tristeza no nos agrise al completo. Es un deseo y una necesidad. Si no… malo, muy malo!
y también dueño supremo de las ilusiones y de la esperanza..
Gracias por tu aportación, buen fin de semana.
Ayer, después de los rayos y truenos de mi pueblo de Tarragona, salió un arco iris espectacular,enorme, desde mi terraza dominaba todo el arco. Una penetrante olor a tierra húmeda y una luz ocre me hizo vivir un instante especial. Todo tiene su lado positivo.