Lejos de la molicie española
Saturday, 18 de May de 2013 por Ramón
Salir de vez en cuando de España, respirar, es una necesidad mental; librarse de la contaminanción del pesimismo, sacudirse la losa funeraria de la palabra crisis pronunciada con un deje de sorpresa, como si fuera una enfermedad súbita e inmerecida, un castigo pasajero. Países como El Salvador y Guatemala ayudan a relativizar el lenguaje, borrar adjetivos, contextualizar la escasez.
La sensación de crisis es más grave que la crisis misma: bloquea las salidas de emergencia. No ayudan los gobernantes y sus opositores teatrales; tampoco los medios de comunicación que han hecho de la renuncia de los estándares éticos y de calidad periodística una forma (artificial) de supervivencia.
He estado una semana sumergido en un brainstorming invitado por El Faro. He aprendido que navego en la dirección correcta aunque aún no sé hacia dónde.
Lo importante es que sigas andando y descubriendo cosas por el camino. Los caminos trillados ya no existen o son inmorales y llenos de paseantes anclados en la desidia.
Seguro que hay sitios donde el futuro se ve con optimismo y donde quedan aún muchas cosas por hacer. Aquí seguimos de momento deshaciendo y sin planes.