Juan Cretino se quedó sin palabras
Monday, 29 de April de 2013 por Ramón
Sin oposición política, que sigue enredada en la letra pequeña de lo suyo, nos quedan el Gran Wyoming y Jordi Évole, entre otros. Hablan de un país real, por eso crece su audiencia, porque estamos hasta los huevos de mentiras, de cobardes. Salvados estuvo anoche redondo. Juan Cretino fue un símbolo perfecto de la clase política que nos gobierna: ni sabe ni contesta, anclada en un franquismo con presunto rostro humano.
El desprecio a la ciudadanía es tal que hoy sale Floriano para decir que las cifras del paro de abril van a ser muy buenas. La opción A, la de este tío es tonto, no se sostiene del todo porque no puede existir una estupidez tan supina y reiterada, tan insultante. Tenemos la opción B: se ríe de nosotros, como se ríe el presidente de la comunidad de Murcia al declarar 122 euros en su cuenta corriente. La opción C gana adeptos: es la suma de las dos anteriores. Falta la opción D: a la calle.
Sigo con el señor Juan Tontino en la cabeza y el éxito que han tenido los Camps-Barberá-Costa en borrar la memoria de los valencianos. Ya nadie recuerda, nadie exige, nadie sabe. Esta borregada tiene culpables: los medios de comunicación. Este tipo de personas se merecen un escrache diario: que la gente se levante de los restaurantes que pisan, de los bares, de las tiendas, que les digan ‘queremos saber’. Es urgente que sientan el educado sabor de la hartura.
Suscribo todo lo que dices. Es tan frustrante pensar que no hemos hecho nada para que según qué elementos estén en posiciones de poder decidiendo por nosotros. La opción D es la única con sentido. En este país nos salen caciques de debajo de las piedras. Lástima que no haya tantos periodistas con arrestos y ética para plantar cara a estos individuos, con la justificación (entendible) de que pueden perder su trabajo. Pero eso no es.
La escena en la feria de los vinos, donde Jordi Évole intenta entrevistar al Cetrino ese es tremenda. Es el retrato perfecto de la clase política que ha campado a sus anchas desde la dictadura en España. Esa sonrisa profidén perpetua, aunque por dentro te esté mandando a tomar viento, ese ansia por estrechar la mano como muestra hipócrita de educación, ese agradecer hueco… Todo mentira. Caretas y más caretas que, incomprensiblemente, la mayoría de la sociedad no hace nada por retirar. Han hecho y deshecho a su antojo y ya veremos si pagan algún día por ello, pero confío poco en ello, teniendo en cuenta que vivimos en una democracia que, por ejemplo, jamás ha condenado los crímenes del franquismo.
Por cierto, lo que están haciendo Jordi Évole y Salvados es una impagable labor social de denuncia y dignificación de las víctimas de esta España putrefacta. Esperemos que les permitan seguir haciéndolo mucho tiempo y que sigan despertando conciencias. Saludos.
Triste que la Pepa y Los currelantes puedan parecer cuasiterrroristas en la España de Rajoy…