Ya llegó el día maya
Thursday, 20 de December de 2012 por Ramón
Mañana se acaba el mundo, dicen. No sé si los mayas eran metafóricos o unos realistas irredentos; si el fin de este mundo será una explosión que nos dejará reducidos a recuerdos que nadie podrá recordar o será un cambio de era, un renacer.
Si enciendes la televisión y lees los periódicos, si estudias las estadísticas del hambre y de la desgracia ajena, sabrás que el fin del mundo empezó después de 11 de septiembre de 2001, cuando un presidente cuerdo (a diferencia de los locos que disparan en escuelas primarias) se lanzó a dos guerras contra el terror que mataron, y matan, a miles de personas sin reducir ese terror, sino multiplicándolo a otros países. Odio preña a odio; esa es la cadena.
El fin del mundo siguió con la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y el tsunami que generó: la crisis financiera y económica que aún padecemos. En medio del oleaje y los gritos de socorro, de los botes salvavidas, lo de siempre, lo consustancial a la especie humana: la rapiña, el saqueo.
Los mismos que causaron el problema por su afán desmesurado de lucro se han lucrado, y allí siguen lucrando a espuertas, en el hundimiento del mundo conocido, el de los derechos humanos y sociales alumbrados tras la Segunda Guerra Mundial. Siempre ganan los mismos. Es así en cada fin del mundo desde el Big Bang.
El fin del mundo se produce cada día en miles de hogares griegos, portugueses y españoles; en miles de estadounidenses expulsados por el tren del progreso; en los latinoamericanos que tienen que emigrar a un Norte o una madrepatria que les explota, en las mujeres maltratadas por un machismo crecido, en los habitantes del Tercer Mundo que ni siquiera tienen derecho a sentir una crisis como la nuestra.
El fin del mundo se renueva cada vez que Wert abre la boca, cada vez que Mariano miente y tictea con los ojos descontrolados, cada vez que Rubalcaba se siente parte del futuro de algo. El fin del mundo llega en el desmantelamiento de la Sanidad madrileña, en el silencio de cada uno de nosotros.
Ojalá que el renacer traiga justicia para los corruptos, los sinvergüenzas, los impostores, los privatizadores. Si fallaran los mayas aún nos quedan los Reyes Magos para pedir imposibles.
hace sólo 2 minutos dice mi buscador que este post se ha subido… y coincide con algunos de mis tuits (casi siempre de música) de hace unos 10-20 minutos. No puedo decir nada, sería una barbaridad… pero ojalá que el fin del mundo literalmente llegase, aunque sólo fuese para mi, me gano la injusticia… me supera
disculpame, pero hay algo que no coincido con vos:
en que ahora los latinoamericanos no emigramos más al Norte , están peor que nosotros. Al contrario en Buenos Aires hay cada vez más españoles.
Tu visión es muy europea y te olvidas de otros países que si la pasan muy mal como Siria.
¿quién es Wert’?
¿no existe el machismo en España?
Es todo con buena onda, me gusta tu blog y te sigo, pero en esta, me parece que no abarcás una visión más global.
Gravias, por poder comentarlo
Lamentablemente en Latinoamérica sigue habiendo hambre y pobreza. Ojalá que cada vez haya menos, pero haber hay, a pesar del haber crecido a tasas chinas durante la última década. Vivo en Europa y creo que la crisis europea no se puede comparar con las crisis que los latinoamericanos hemos vivido, y lo digo sin minimizar el dolor que muchas personas en Europa están pasando. Pienso que desde Europa podrían mirar a Latinoamérica buscando formas de lucha y resistencia frente a los ajustes.
Un abrazo.
Pues la jodimos Ramón. Los Reyes son los padres y los mios están mucho peor que yo. Asi que ni renacer ni hostias. Un día quizá nos sentemos en la Plaza de Neptuno sabiendo que desobecer es la única herramienta que tenemos para expulsar a los saqueadores.
No noto nada… Ojala, ojalá..
Ya que parece ser que físicamente todavía no va a acabar el mundo, yo deseo a todos esos impresentables que mencionas una fisura y una grande y sangrante almorrana en “salva sean sus partes”, para que sepan lo que es sufrir de verdad.
Antiguamente la demografía se controlaba con las grandes guerras en donde se podía matar sin culpabilidad alguna. Ahora eso, en el occidente desarrollado, es políticamente incorrecto; entonces, sólo queda la guerra económica. Para mí, es así de simple.
Si no fuera porque estoy a punto de cumplir los 55 años y he sido de la generación post mayo del 68, he sido progre, hippy, roja, feminista, he visto morir a Franco y empezar la democracia… En fin, he peleado por mis derechos y tanto mis hermanas como yo hemos sido juzgadas y criticadas por una numerosa familia burguesa, de derechas y acomodada… Diría que he vivido un espejismo.
Ya lo dije en otra ocasión: hemos perdido una oportunidad de oro de vigilar nuestros derechos adquiridos en tiempos de bonanza en el quien más quien menos se ha acomodado. Al margen de desear lo peor de lo peor a los mercados, bancos y gobernantes.
pero a pesar de Wert y otros, menos mal que el ser humano sigue conservando el ingenio y el sentido del humor. Todavía nos queda mucho de eso y de imaginación, creatividad… Mucho arte.
Dejo esta canción de Bony M que me encanta, aunque sea una hortera, y me encanta el grupo, especialmente el chico. ¡madre mía, madre mía! En esta época lo habrían masacrado por maricón.
Bravo por ellos, valientes en aquéllos años salir con esas pintas a cantar.
Deseo a todos un alegre 2013
Saludos, Paloma.
The river from Babylon. Bony M
http://www.youtube.com/watch?v=2FgDles4xq8&feature=share&list=AL94UKMTqg-9Aju8gfvgcDjBmAu4uZI8NQ
Lo siento. Otro más. ¡Si no fuera por estos ratitos!
Ciao, ciao…
bobby Mcferrin “Donguorribijapi”
http://youtu.be/d-diB65scQU
¿Sabe alguien a que hora se acaba el mundo?
Acabo de terminar la novela de Markaris “Con el agua al cuello”. Para el próximo año vo a buscar inspiración inspiración para mis actitudes en las de Tsolakis, su fantástico villano. Me gusta su manera eficiente y justa de resolver la cosa social.
Con fin del mundo o sin él, en la cola del paro o dónde sea, que no nos amarguen porque esta es la única vida que tenemos y no disfrutarla…, eso sí que es pecado.
Gracias por el blog.