Día 1 del día después: Bob Dylan
Saturday, 10 de November de 2012 por Ramón
La suerte parece echada: no hubo acuerdo. Lo que empezó mal no podía acabar bien.
Me acuerdo de un cuento árabe, creo que sufí. ‘Un hombre pierde su mejor caballo y todo el pueblo acude a su casa para acompañarle en la desgracia. Él dice: “No sé si esto es bueno o malo”. Todos le aseguran que es malo, que perder a su mejor caballo es una gran desgracia. Al cabo de unos días, su caballo regresó con cinco caballos salvajes. El pueblo acudió a felicitarle. El hombre dijo: “No sé si esto es bueno o malo”. La gente se rió de él. “Pareces tonto, claro que es bueno. Es muy bueno. Tu caballo ha regresado con cinco más”. Al cabo de unos días, su hijo de 18 años se subió a uno de los caballos salvajes y salió al bosque a cabalgar, se cayó y se rompió las dos piernas. Regresó de nuevo todo el pueblo para acompañarle en la desgracia. El hombre dijo: “No sé si esto es bueno o malo”. La gente le gritó. “Es malo, muy malo, tu hijo tiene las piernas rotas”. Al cabo de unas semanas estalló una guerra entre el norte y el sur y todos los jóvenes de 18 años perdieron la vida en la batalla. Todos, menos su hijo que tenía las piernas rotas”.
Este cuento corto tiene muchas lecturas, todas interesantes. Hoy me gusta esta: las historias acaban cuando se pone la palabra FIN.
Dicen que cuando una puerta se cierra otra se abre. Espero que el vendaval arrastre a los malvados y limpie las estancias y algunos despachos. Ánimo.
No siempre las historias terminan así
http://youtu.be/9vnWe5eGSJY
Luis
Así es la vida…
Pero nosotra@s estamos para “enderezarla”, ¿no te parece, Paloma?.
Lo que “es” pero nos parece que “no debería ser” debe de rectificarse por el ejercicio de nuesta voluntad.
Muy de acuerdo Alicia: “de nuestra voluntad”
Saludos…
Sabio cuento que ya me contó mi peluquera 😀 A lo largo de nuestros años nos hemos contado cosas buenas y malas. Ella y yo con complicidad nos miramos y decimos ¡quien sabe si es bueno o malo! como tu dices lo mejor es poder contarlo.
Me ha encantado el cuento, aunque yo haría una reflexión ligeramente distinta: “Las historias se acaban cuando se pone la palabra FIN. Aunque a veces la palabra FIN es tan solo un punto y aparte.”
Me da que será bueno Ramón, no puede ser de otra forma. Día 1 del mejor proyecto de tu vida. Seguro. Te lo mereces.
Hola, me encanto este cuento suní existen libros con este tipo de cuentos en las librerías? me encantaria tener uno de esos y bueno he conocido la noticia de que te despiden del periodico El Pais, la verdad es que pierden a un gran periodista. Un saludo desde la mancha
Mi enorme admiración por tu trabajo. Mi inmenso agradecimiento por tantos reportajes tuyos, jugándote literalmente la vida.
Nos daremos de baja de la subscripción de El País. Ya no me interesa.
Un abrazo muy fuerte.
Ramón, Javier Valenzuela, Yosé Yoldi, y una amiga de la infancia…., jamás pensé que El País acabaría así, lo siento muchísimo y creo que dejaré de comprarlo, me pasaré a los digitales. La verdad es que el panorama de este país (esta vez no me refiero al periódico) es desolador, cuando se prescinde de tanta gente buena hay que echarse a temblar. Espero que Cebrián algún día pague de algún modo todo el daño que ha hecho.
Y por supuesto, Enric González, me había olvidado de él y de sus maravillosas crónicas que nunca más volverán a aparecer en El País.
Lobo,
no es bueno o malo, es lo que hay. Lo lamento por los 129 de El País, pero también por los miles que han perdido el laboro desde 2008 y por los que lo van a seguir perdiendo. Mucho ánimo, fuerza y salud.
Lamentable, lo he leído en facebook… Carlos tienes razón, muchas y muchos que han caído, caerán, dos suicidios… ¿Cuándo cambiará algo?
Lo siento de veras.
Saludos
Profunda historia, había oido una versión donde los campesinos eran chinos. Siento oír lo de su despido y el de sus compañeros.
Dudo mucho que pueda cambiar algo en un país donde mayoritariamente la ciudadanía mira a otro lado hasta que los perjudicados son ellos. No es el caso de Lobo y lo lamento porque junto a Rafael Fraguas y Enric González se van tres de los periodistas por los que merecía la pena leer el periódico. Me quedo con la satisfacción de que hayan podido ejercer su profesión hasta ahora. Muchos periodistas no han tenido la oportunidad de hacerlo ni la van a tener jamás. Se pueden dar con un canto en los dientes si consiguen aspirar a ese pseudoperiodismo de relaciones públicas y publicidad que son los gabinetes de comunicación de las empresas. Espero seguirte leyendo, Lobo, aquí o donde sea.
Un abrazo
Siento muchísimo que estés en la lista pero creo que será también muy duro para los que sigan. Yo, en su día, pensaba equivocadamente que habría que seguir comprando El País para evitar futuros ERES, pero ahora veo que será imposible. ¿A quién le interesa leer un periódico sin los buenos periodistas que lo han hecho atractivo?. Este país de mierda cada vez está cayendo más hondo y yo no querría hundirme con él.
Siento mucho su despido, como el de Enric González, Javier Valenzuela, Toño Fraguas.Siento que a pesar de que columnistas como Maruja Torres, Almudena Grandes, J. José Millás no publicaran columnas en contra del Ere de El País no hayan podido con evitar la marcha de redactores y escritores que se forjaron en ese periódico.
Sí. Somos much@s los despedidos de muchos gremios, sectores etc y existen periodistas que han podido ejercer en grandes medios y otros no…pero es tiempo de solidaridad, no de pasar factura por lo que se pudo conseguir o no.
Siento, de corazón el aguijonazo que le han clavado.Siento mucho perderme todas las crónicas y reportajes que usted escribía y la solidaridad que siempre ejerció con otr@s compañer@s y miles de personas expulsadas de una vida con derechos.
Yo, recuerdo aquel, que estaba sentado, esperando ver pasar los restos de un mercenario….O ¿era un cadáver?
Que le vaya bonito..
El otro día leí, en alguna de las redes sociales que hoy vertebran nuestras vidas, una interesante reflexión sobre esta generación a la que llaman perdida y a la que pertenezco. Nosotros somos jóvenes cualificados, y todavía entusiastas. Tenemos una vida por delante y no dudamos en ir a buscarla a otra parte, a algún lugar donde se nos valore como merecemos. No perdemos nosotros, España nos pierde.
Piense en la siguiente analogía, Ramón: ustedes no están perdidos, El País está perdido sin ustedes.
Ánimo.