Cuando escucho a Gallardón-Zelig
Wednesday, 25 de July de 2012 por Ramón
Escribe Enric González en Jot Down un decálogo titulado Cosas que no me creo. Dice todo lo que pienso -y expreso de forma alambicada- con una sencillez que me sobrecoge. Me gusta mucho Enric: su trabajo, su forma de mirar y pensar, su talento y humildad como escritor. Me sucede también con Manuel Jabois.
Cuando escucho a Gallardón monserguear sobre el aborto y la igualdad de derechos entre los fetos no natos, y recuerdo su cruzada en favor de “las mujeres auténticamente libres”, sé que el franquismo pervive en un ex alcalde gastón, ambicioso y un tanto Zelig. ¿Son verdaderamente libres las mujeres con sus recortes legales?
Puede que antes nos tuviera engañados con el rollo de que escucha música en un equipo de válvulas y otras poses intelectualoides, o que su asesor de imagen (el alejado Cobo) fuese el verdadero genio y no el asesorado. En siete meses de ministro, Gallardón ha pasado de parecer un político de derechas europeo a ser un fundamentalista cristiano. Y todo por agradar a Mariano, a Rouco, a Botella, a Benedicto, a San Pedro. Al final me va a caer bien Esperanza Aguirre.
Derogar una parte esencial de la ley del Aborto, con la excusa de defender los derechos de los discapacitados no nacidos, es cínico porque el ministro insufrible se sienta en un Gobierno insufrible que ha diezmando la ley de dependencia, en la que nunca creyó el PP y que se encargó de dinamitar en las autonomías endeudadas bajo su batuta.
Los discapacitados nacidos se quedan sin ayudas en medio de la mayor crisis económica desde los años 30. Es consistente con el magisterio eclesiástico, más dedicado al antes que al después; al no nato, al polvo fuera del santo matrimonio, a la paja pecadora más que a los vivos jodidos (fabrismo) por la injusticia, el hambre, la desigualdad, la guerra, las enfermedades sin vacunas porque no son negocio, a la usura sin límites.
Siempre que escribo de infantes me enfado con la Iglesia que aún no nos han explicado dónde han ido todos los niños del Limbo, una vez que el Limbo fue suprimido en una política de recortes celestiales y reordenación de purgatorios. Tampoco nos han revelado si estos niños penados injustamente por los siglos de los siglos amén tendrán algún día derecho a una indemnización compensatoria.
Gallardón debería dar la batalla del Limbo. Los infantes se lo agradecerán aunque no voten. Feliz miércoles de peligro.
No puede ser que Gallardón, decida por todo un país.
Algunos médicos están horrorizados. Al parecer los niños con malformaciones pueden llegar a sufrir mucho.
Gallardón, otro que como el ministro de educación supo engañar a muchos intelectuales, periodistas y gente de izquierdas. Pues ahí lo tienen señores, el auténtico y genuino Gallardón. Por más vueltas que le doy, no logro entender cómo han podido dejarse seducir de esa manera por semejante especímen depredador que solo busca medrar. ¡Qué gusto no ser una intelectual de pro! ¡Lástima de país! Para que luego las mujeres piensen que ya hemos conseguido la libertad. Con respecto a otros países, si, hemos avanzado mucho y tenemos suerte pero… Ojo, nos dan lo que les interesa darnos. No nos engañemos.
Buena semana.
Saludos…
Se me olvidava Lobo, a mi, jamás me caerá bien la Aguirre.
El Jabois es un talentazo, sí, pero es que lo de Enric González no es de este mundo. ¡Menudo titán! Sólo repoblando el país con clones suyos conseguiríamos remontar esta jodienda en la que andamos metidos.