Si nos van a matar no te suicides
Friday, 16 de March de 2012 por Ramón
Este título tan clarividente y rompedor solo puede pertenecer a una periodista del talento de Soledad Gallego Díaz, quien ayer pronunció la conferencia magistral ante la Escuela de Periodismo de El País-Universidad Autónoma de Madrid. Es la primera vez en 26 años que la dicta una mujer. ¡Avanzamos!
Habló de la crisis de los medios de comunicación, Internet y Periodismo. Vivimos una gran revolución, un terremoto, una guerra que va a modificar, o enterrar, la industria que conocemos. Este es el trabajo de los periodistas: vivir los cambios, comprenderlos y contarlos dentro de un contexto. Esta vez será complicado porque en la batalla morirán, o moriremos, cientos de periodistas, que engordarán las listas del paro. Que nadie se sienta inmune porque también morirán periódicos con sus tertulianos y gurus a bordo predicando la tierra prometida con un mapa al revés. En este cambio brutal podemos morir todos, incluido el apuntador.
Sol asegura que Internet no es el enemigo; tampoco lo son las redes sociales, las tabletas ni los ordenadores. El enemigo somos nosotros, que olvidamos lo esencial: el debate no es el soporte, sino el contenido. La calidad cabe en la pata de una paloma mensajera.
Sol Gallego está siendo evangelizada en las nuevas tecnologías por una amiga a quien imagino paciente, respetuosa. La conferenciante sabe que estas herramientas son el presente y el futuro del oficio, que no hay vuelta atrás hacia un paraíso magnificado por la memoria selectiva. Nada volverá a ser como antes. Ni medios ni lectores; tampoco los ingresos.
En su charla nos alertó de la existencia de virus que viajan adheridos a la revolución, unas toxicidades que podrían suponer la muerte del oficio: la inmediatez como máxima de un periodismo en cascada, de corta y pega, de comprobar poco para no nos gane la competencia. Gabriel García Márquez enseña en su escuela colombiana: “Primicia es el primero que lo cuenta bien”.
Frente a la celeridad, al vende, vende, verde, de los corredores de bolsa, en el buen periodismo de Sol Gallego Díaz reina la pausa, la reflexión, el saber qué decir. Otra amenaza, otro suicidio declarado, es confundir información y comunicación, lo llamativo con lo importante. Sol detesta denominar usuario al lector. “Si voy al médico y me llama cliente en vez de paciente saldría corriendo”.
Un periódico es una cabecera de la que cuelga inteligencia, buen hacer, rigor, escritura cuidada, respeto al lector, nuestro verdadero jefe. Una cabecera es la suma de años, de cientos o miles de buenos periodistas haciendo su trabajo, ganándose a los lectores que confían en la honestidad de lo que leen. Una buena cabecera es un control de calidad, una garantía.
Hay personas que sostienen que el periódico de papel es una antigualla a punto de desaparecer, una irrelevancia, una anormalidad tecnológica. Todos empujamos de alguna manera hacia un suicidio colectivo. Cambiamos todo, formatos y costumbres por Eldorado cuando quizá sea solo un reflejo, un espejismo. De momento, es ese papel cadavérico el que paga los salarios de los periodistas.
Una idea para reeducar a los visionarios sin GPS, acomodados o no en una corresponsalía europea: vincular su salario a los ingresos de la web; quizá así logremos su caída del caballo, su reconversión súbita o, al menos, su silencio. Feliz fin de semana.
(¡El sábado concentración de periodistas en Sevilla!).
Ramón,
me preocupa que la gente con más ganas y, a veces, más brillante, con ideas primigenias de ser periodista esté cambiando de rumbo dirigiéndose a otros puertos. No nos damos cuenta de lo que este país está perdiendo.
Un abrazo
Sol no necesita ser evangelizada, cuando el grueso de la redacción nos ignoraba y muchos nos denostaban, ella llamaba a la web para contar noticias, para alertar de errores. Es importante lo que dijo sobre sentarnos a debatir entre nosotros, el miedo, el rechazo y el desconocimiento son los peores consejeros. En la historia del periodismo, jamás el nacimiento de un nuevo medio ha matado al anterior, ni la radio mató a los periódicos ni la tele a la radio. Los periódicos morirán sólo si los matamos nosotros, periodistas y lectores. Lo que sí es necesario es no ignorar lo que ocurre ni dejarse engañar por el brillo de las nuevas tecnologías y acabar abrasado en la bombilla como palomillas de la luz. Ni Internet es la causa de todos los males ni la panacea….
Hola Lobo, ¡mira que te admiro!, no sabes cuanto… pero cuando escribiste el post “El puente de Baudelaire” yo di mi replica en mi blog… claro que tú ni la habrás leído… ni tú ni nadie que lee este blog… Y fíjate viene a decir mas o menos salvando las diferencias que habrá muchas seguro, lo mismo que la talentosa Soledad Gallego Díaz… me enojé leyendo ese post… soy bastante menos diplomática que tú, mil veces menos. Mi post se titulaba “Sálvese quien pueda. No me jodas”. Aún así me sigues gustando, esto es como cuando mi pequeño me dice:
– Mamá estoy enfadado contigo pero todavía te quiero… pues lo mismo. Hoy me has reconfortado. Es curioso nunca me dejas indiferente, me cabreas, me emocionas, me alegras, me reconfortas, me entristeces, me tienes enganchada… por eso te admiro. Una vez leí que nadie escribe por escribir o para no contar nada por eso creo que algunas cosas de “escritores que escriben” te gustaran más o menos pero merecen respeto y aunque sólo sea para ellos habrá valido la pena hacerlo. Un abrazo Lobo.
Ramón, justo esta expresión la utiliza mi madre “para meternos miedo ante los cambios que da la vida” pues mira, me chifla seguirte, ver que hemos leído lo mismo y nos quedamso boquiabiertos. Suerte en tus viajes aunque sólo sean paseos por una bohardilla
Lobo yo no aguanto más sin leerte…. desde el viernes… para mi es mucho tiempo y no tengo a mano ni un solo ansiolítico a ver como termino….
pero que bonito escribe mercedes
namaste amor te amo
Gracias Mariluz, eres la primera persona que me lo dice… pero tú has leído algo mío???
Hola Ramón, preguntarte si todo va bien, que hace días que no actualizas. Esperando a leerte. Saludos.
¡¡¡Si es Ramón Lobo!!! ¡¡¡Jó!!! ¿Pero quién es el real, el del blog o el que vi? Pues si Ramón, estaba yo este sábado saliendo de la librería de ¨La buena vida¨ donde estoy haciendo un mini cursillo de fotografía y te vi sentado de charla con alguien. No te saludé pues estabas ocupado y a mi me esperaban mis compañeros para salir a la calle a hacer fotos. La verdad es que, mi tiempo libre es tan escaso que me pareció que la realidad era el sueño (como el cuento del Maestro y la crisálida) y que este espacio donde escribes es el real, real de verdad. Como dice Elisa, se te añora aunque a veces me exasperes y me enfade como dice Mercedes. Pero otras me río y sobre todo, escribes lo que piensas.
Pues nada, esperaremos pacientemente tus nuevas fabulaciones. Tiene que ser duro escribir tanto seguido en un blog. Hay que ir al ritmo de cada uno, no escribir por que si.
Saludos…
Paloma
El análisis, certero, pero parcial. No cubre el todo de la extensión de la temática. Cosa lógica, al estar imbuido de carga emocional.
No solamente la aparición de internet, sino también el desarrollo del Estado nación hacia el estucturas distintas es un factor a tener en cuenta en relación con el quehacer periodístico. La necesidad de estructuras nacionales de información centralizadas en las capitales de los reinos -desfasada- da paso a modelos más líquidos. Ya sea en Berlíno en un pueblo italiano la información se difunda a la misma velocidad. El centro se confunde con la periferia, en relación de amor y odio. Gana la democracia y la mediocridad, en favor de la segunda… En la selección de la calidad estará el arte periodístico.
Estas mutaciones también traerán vientos frescos a una profesión que se anquilosaba, con una academia fangosa y una meritrocracia bastande dudosa.
Ánimo en tu recuperación Lobo, que lo que no matan las balas muere viejo y tranquilo. Hasta ese momento hay un trecho aún. Buena comida y solecito! 😉