Disparad contra Jonathan Littell
Wednesday, 15 de February de 2012 por Ramón
Empiezo por lo importante: me gusta Jonathan Littell, como periodista, escritor y persona. No me siento ofendido porque mi periódico publique reportajes suyos sobre el conflicto armado que padece Siria. Tampoco lo estaría si el autor fuese Jon Lee Anderson o tantos otros. Nunca miro la nacionalidad del periodista, solo leo su resultado. No he escrito Las benévolas ni me han dado el Gouncourt ni he demostrado tener un talento similar a estos dos ejemplos. Me siento muy feliz de que mi periódico apueste por las grandes historias, las prefiero a las declaraciones, a las reuniones de la UE y a los Congresos de la nada.
He leído en Faisbuk que compañeros de profesión, a los que estimo y sigo, están ofendidos porque consideran que el diario menosprecia a los freelance españoles. Es un argumento nacionalista que no comparto. Yo sé que Enric González es el mejor periodista de El País y que a su altura está Jacinto Antón, otro tipo con mucho talento. No me siento en cabeza de nada. Siempre he tratado de competir con la historia que tenía delante, nunca con los demás. Pensarse mejor que Little por el hecho de ser estadounidense (es también francés, es decir europeo) es una falta de humildad que de mantenerse en el terreno nos empediría sosprendernos con nada más allá de nuestro propio ego.
Sé que ser freelance, y más en este país, es un acto valiente, que se paga mal y tarde y se recortan las tarifas en todos los medios. También sé que los buenos no tendrían que preocuparse.
La defensa de este oficio no debería ser chauvinista, ni sumarnos al casposo nacionalismo español que ha reaccionado al humor de los guiñoles franceses con tics censores, franquistas. Una empresa privada publica lo que quiere y de quien quiere. Basta que medie un acuerdo económico. Deberíamos preocuparnos más de los que piratean el trabajo sin pagar un euro. El enemigo no son los buenos, son los impostores.
(Siento el sermón, pero me ha salido de corrido).
Siempre he pensado que los reporteros son (somos) todos miembros de una sola nacionalidad. Me importa su capacidad para buscar historias, para retratar a seres humanos, su empatía, su compromiso con la vida, con la humanidad y con el sufrimiento, su sensibilidad para contar países y situaciones, su talento para escribir. Me importa un bledo su nacionalidad. El nacionalismo aplicado a unos guiñoles es lamentable. El nacionalismo aplicado a los reporteros da nauseas, porque creí que son (somos) todos borrachos, como dice Bogart en Casablanca, ciudadanos del mundo.
¡¡cómo eres Ramón!! tendrás muchas cosas pero pelos en la lengua no. Te felicito por ello y por la felicidad que ello te debe comportar.
Yo no voy a disparar, por que, entre otras cosas, dejé el cetme en la mili, pero el señor Litell tiene una idea de las bases culturales de otra cultura (en este caso la nazi) algo “corta” (o por lo menos “rara”). Sin leer el libro (pero si la entrevista) se atisba un estilo de tertuliano en sus apreciaciones sobre esos pilares budistas/confucianoa/griegos/cristianos/árabes/germánicos…del nazismo.
Y la “sinonimia ideológica” comunismo-estado soviético, no por abusada menos grave, es ya de juzgado de guardia cultural (no de fusilamiento)…por lo que dudo mucho que represente el periodismo que defiendo.
Eso de que el nazismo, como teoría, se basa en la eliminación de los inferiores y el comunismo, como teoría, se basa en la liberación de los oprimidos será algo así como “pecata minuta” para el señor Litell?
Dicho sea esto sin que discuta la entrada, para nada…
De acuerdo en todo salvo en lo de “También sé que los buenos no deberían preocuparse”. Uno pasa por una etapa de aprendizaje antes de llegar a ser bueno. Si esa etapa no existe, porque no hay dinero o espacio donde publicar y donde curtirse, el talento se malogra. Necesitamos dar trabajo a gente que está aprendiendo, no solo a “los buenos”.
Para aprender, lo mejor es la sección de local. Alentar que jóvenes inexpertos vayan a zonas en conflicto es una barbaridad.
Uno que me gusta: Ramoneda. Su Dietario en hora 25 me parece fantástico, no así Agels que, como muchos periodistas en la radio van de sobrados y hablan más que nadie, riñen y se escuchan a sí mismo continuamente. El Dietario de ayer estuvo genial.
Supongo que en vuestro gremio hay de todo como en cualquier otro colectivo.
Saludos
Buenos días
Tus opiniones son infrecuentes, raras por poco numerosas compartidas. Tienes una peculiar forma de mirar la profesión que no es ‘moderna’. No está a la moda. Pero mantiene muy presentes sus fundamentos más sólidos y los trae a la actualidad para quién quiera tomarse la molestias de revisar su actuación profesional. Así que, ante ellas, solo cabe darte las gracias.
Joderrr!!!! y perdonar por la expresión pero yo estoy como para decir algo… si ya creo haberme comido mi rapapolvo. No sé a quién admiras Lobo a mi me gustas tú. Un abrazo, LOBO.
Qué facil es decir eso de “también sé que los buenos no deberían preocuparse” y todo ello decirlo desde una redacción que ha sido expedientada por Trabajo por el trato a sus becarios. Me pareces un estupendo reportero pero creo que a veces da la sensación que no te das cuenta de la realidad para la gente que empieza.
la creatividad es inherente al ser humano.
sino la usamos, morimos en vida.
no hay fronteras para ella.
es asi que, a quien nos quiere esclavizar,
la erradica de toda suerte de aprendizaje…
solo los que no olvidan tienen un segundo de suerte.
vital, es vital y para ella el copyrait es una verguenza.
malditos quienes la censuran.
namaste, amor te amo.
Luis, lo digo desde mi casa, que es donde escribo este blog; y no contrato becarios, solo soy un periodista que no publicita su lucha. Sé que soy un privilegiado que seguramente va a dejar de serlo. En mis primeros 15 años de profesión no olí contratos, nadie pagó la SS por mi, me pagan poco, mal y tarde, Hice trabajos que no me gustaban, como guionista de programas basura en la radio, pero resistí. Aguanté. Me dije: soy periodista, nadie me va a expulsar de esa decisión. Después vino la suerte. Tengo muchos amigos jodidos. Creo que sé cuál es la situación de la profesión e intuyo que será peor en los próximos meses y años. Pero resistiremos. Abrazos