El silencio en The Artist (y 2)
Sunday, 29 de January de 2012 por Ramón
The Artist me crece, se recrea una y otra vez dentro de mis entrañas. Su mudez, su silencio, son un desafío a este tiempo ruidoso, vorágine e intrascendente: miles de luces de neón pasándonos delante de los ojos de persiana en persiana, de ciudad en ciudad. Es una película que invita a la pausa, a parar, a sentir. Una amiga sostiene que vivimos una vida en las que se nos exige reinventarnos cada día para no quedar obsoletos. Siempre a la última, siempre en el ruido, en marcha, una vida de cien metros lisos.
The Artist parece un desafío a ese estrés, a la locura de correr sin sentido hacia ninguna parte. La película me crece y dejaré que así sea, que me empape y desborde. Después, sin el efecto-bálsamo, volveré a verla en la sesión de las 1540 en un cine semivacío en una ciudad apresurada; una hora lenta, callada, para que no olvide que la existencia es un hermoso maratón.
creamos silencio
creemos vida
tiempo lento,
sonrisa…
amor te amo
namaste
Es curioso, a mi esta película, que fui a verla sola a las 4,30 un sábado,
me gustó tanto tanto que ni me di cuenta de que era muda, hasta el punto de que cuando se le cae algo de la mesa del camerino y suena, yo ni me di cuenta hasta al cabo de un rato. ¡Tantas películas de cine mudo que nos ponía mi padre de pequeños…! Y ¡Tantas veces que las volví a ver en la tele cuando sólo existían la TVE1 y la 2!
Quizás sea por eso. Gracias, Padre.
Saludos