Escupiendo polvo, meando polvo
Saturday, 7 de January de 2012 por Ramón
Pasaron las fiestas al galope, como siempre. Aún siento el viento en el rostro. Estoy sentado en medio de un desierto escupiendo polvo, meando polvo, con la mirada de polvo. No eran fiestas de Navidad sino una gran tempestad de arena y polvo que me zarandeó en catorce torbellinos. Aquí estoy, varado tierra adentro, lejos del océano mar. No hubo cambio de año, solo tránsito desordenado de cansancios. A un lado, los 12 meses ya vividos empaquetados para el reciclaje; al otro, una caja nueva, vacía, dispuesta a recibir experiencias, ilusiones, o las mismas recargadas.
El tiempo carece de segundos, días, meses y años. Nuestro tiempo es una ficción intelectualizada para percibir y soportar su avance desde el nacimiento a la muerte. Es este el camino de Cavafis hacia Ítaca. Cada uno tiene el poder y la libertad de colmarlo de tesoros o de basuras. Al final de ese tiempo falseado en su medición, llegará el examen final, un examen real e íntimo sin ángeles ni arcángeles: mereció la pena o todo fue un desperdicio de oportunidades y talento.
El tiempo es el camino. Lo valioso no es lo que depositamos, o abandonamos, en él. Lo valioso, lo útil, es lo que nos llevamos. Las cosas más llamativas y golosas son las más inútiles, pese a su apariencia: pesan, nos retrasan, impiden ver otras diminutas y mejores. No son los BMW, ni las casas hipotecadas, ni los matrimonios arrastrados por negocio o engaño los que darán lustre al examen definitivo, sino los olores y los sabores; las memorias concretas, las personas que hemos conocido, saludado y querido; las aventuras vitales escuchadas y compartidas, vividas de segunda o tercera mano. Todo es transcendente pues habrá un examen de sonidos y otro de silencios.
Las fiestas, esa tempestad de luces, engaños y gastos que me confunden cada año humano, no sirven para contar vida. En África la existencia se cuenta por acontecimientos: el año de la gran sequía, de la construcción de una escuela, de un pozo o un dispensario… El año de la llegada de un misionero, un médico o un muzungu (el que viene de muy lejos en suajili que se aplica a los blancos).
Son hechos que marcan un antes y un después en la organización mental de una familia o de un grupo. A veces sueño que he podido ser ese gran acontecimiento para alguna de las personas con las que me crucé: algún niño de Congo o Sierra Leona, como aquel exguerrillero a quien regalé mi pañuelo y se lo puso años después en una boda pues era su prenda más querida. A veces sueño, deseo, que él y su familia miden su existencia marcada por el año que pasó el blanco de la barba blanca. Es solo una ilusión, no un acto egocéntrico. Espero.
Cuando se consume ese tiempo imaginario, el camino, cuando tomas conciencia del desgaste, de la inevitabilidad de todo final, remueves entre tu vida reciclada en busca de porqués que te salven. Observo desde donde escribo los objetos acumulados. No veo formas; escucho risas, voces, saludos. Cada uno es una película. Todas juntas, ordenadas, es lo vivido. No está mal, de momento. Feliz fin de semana; feliz cuesta de enero.
Me gusta.
Saludos…
Yo si creo que has sido ese gran acontecimiento para alguien y seguro que una persona muy importante en la vida de los que te quieren y que cuando tienen un momento bajo y andan un poco despistados se digan, pero esta Ramon, mi chico, mi hijo , mi hermano, mi amigo.
Abrazo fuerte.
yo amo a ramon
ramon para mi es l enfant terrible
a todos ama, baila solo…
de viajar,
jamas se cansa.
yo quiero irme con el a la patagonia…
y mas lejos
para mi ramon es mas que un nombre
es la sonrisa desperdiciada
es amor aaaaamor, lo desconocido.
pirata pata palo bello como el solo.
nos queda la sonrisa,
la divina respiracion
namaste….
Bueno es si al final las fiestas navideñas nos hacen llegar a conclusiones como la tuya. El mundo sigue igual y hay que cambiarlo, aunque no sepamos por dónde cogerlo. Suena inocente, pero de la inocencia han salido muchos cambios.
¡Feliz 2012!
Mientras te leo suena Ludovico (Eunaudi) y me pregunto hasta que punto somos responsables (y libres) de cómo llenamos esas cajas cada nuevo año.
No lo dudes: tu paso siempre es un punto de inflexión para las personas que te conocen.
Un saludo
Los porqués de cada tiempo creador son un misterio. El reto, descubrilos. Y lo grande, descifrar el olor, la sonrisa, el tacto, y todo eso que en definitiva es la presencia de las cosas y personas que son un mundo, y nunca lo parecen.