Cuadros de Velazquez sobre Madrid
Monday, 12 de December de 2011 por Ramón
Día frío, luminoso y agradable en Madrid: un cuadro en tránsito. Entre nubles volaba un sol cargado con todas la gamas del gris. En el centro, un foco sobre el escenario. No se escuchaba música, solo el ruido constante de los motores y un goteo de gasolina y aceite aterrizando sobre el centro de la ciudad. No sentí palabras solo murmureos de boca para dentro que llamamos pensamientos. Me gusta la luz de Madrid porque es la luz de Velázquez, una luz que respira. Yo no pinto, solo navego, imagino.
Algunas personas caminaban por la calle Bailén escondidas bajo un iglú de lanas: abrigo, bufanda y un cuello calentador; otros, a pecho casi descubierto. Pensé en las tumbas repletas de valientes equivocados. Tres perros se perseguían sobre el césped: la vida como un juego. En la salida del garaje del Senado, un policía detuvo a los peatones: alto, la autoridad, y los orilló como Moisés. Los que pagan la función esperaron varios minutos a que saliera el actor. No hubo aplausos ni histerias de fan. Era un donnadie.
La vida de los actores de la política es muy dura, siempre de boato en boato con el el cuerpo rígido y el mentón puntiagudo. Pasó el presunto principal en un coche que no paga, que pagamos. Los invisibles reanudaron la marcha como si fueran maniquíes en desuso. Escuché los goznes. Tropecé conmigo mismo por quinta vez en el día. ¡Vejez! Hay días que arrancan torpones y torpes mueren.
Tengo sueño: dos navidades al peso en cada ojo. Me disfrazaré de Papá Noel, que la tripa la pongo yo, y ganaré un aguinaldo para locuras. Escucho villancicos. Una madre se los tararea a su hijo cunero. Llovizna en la oscuridad. El senador sobrevuela de regreso subido a una escoba oficial, que no es suya, es nuestra. Hace cabriolas con el artefacto y me pasa entre las piernas. Suena un gong. Duele como un balonazo. Quito una bombilla que apaga el barrio. Quiero ser invisible. Ya no suenan el reloj ni mis tripas ni llueve aceite. Es hora de dormir. Feliz semana.
Felicidades, preciosa historia, una belleza de cotidianidad, descrita con gran pericia y un hilo de triste ironía (o rabia) no te conozco cómo para definirlo con exactitud, arrancas una sonrisa en la lectura y eso es mucho, amigo, gracias
…es como pasear a tu lado,
canijo… reconfortas.
la luz te ama
o lo que queda de ella.
abrazos namaste.
Cuánta imaginación. Siempre me sorprendo.
Estimado Ramon, leerlo a usted, es como soñar despierto…
Realmente tiene un increible talento…
Con sus letras uno aprende, se informa, se emociona…
Simplemente gracias…