Brujuleador de la madrugada
Thursday, 1 de December de 2011 por Ramón
Jueves; el día-Robinson Crusoe: abandonado en medio del océano-mar de la semana. Es el peor, mucho más que el lunes maldito; es cuando los madrugones diarios apilan las horas perdidas en algún lugar de la espalda. Las contracturas tensan los músculos y los nervios como si fueran cuerdas del palo mayor de un barco. Camino erecto, como si me acabara de bajar de un árbol. No soy mono ni neandertal porque ahora viajo sentado en un tren de alta velocidad y nadie me ha llamado la atención. No salto, no grito, no me rasco las axilas.
Solo soy una persona con los cascos de música puestos, escuchando letras en árabe que colgaré mañana en el otro blog, una peonza que da vueltas entre las noticias, las webs y los blogs en busca de un rumbo, de un porqué, un sentido periodístico. Echo de menos lo viajes, perderme en un lugar y recolectar sorpresas, historias menudas que expliquen otras más grandes; pero también me gusta este otro empleo de brujuleador de la madrugada.
Escucho música en medio de muchas personas, cada una encerrada en su muralla, colgada de una película que no ve: una lobotomía al final de una jornada. Un vagón lleno de historias que nadie cuenta, que nadie escucha. Solo se oye al idiota del móvil, el tarzán de la selva que nos vocifera su intranscendencia.
Somos abandonos en movimiento. Siento cansancio, pesadez de brazos. Las contracturas me sostienen mal que bien como un títere alado. Veo los hilos que me aguantan. Escucho música árabe y me dan ganas de escribir crónicas desde el corazón de El Cairo. Echo de menos a los vivos, a la realidad que huele y palpita. Soy una peonza que taladra un agujero en el suelo; el agujero es mi seguridad y mi cárcel de oro. Es jueves, casi viernes, el día-pájaro, el día en que levantamos el vuelo a ninguna parte. Me duelen las entrañas cada vez que me descoso. No he bebido, ni fumado, solo es un poco de saudade.
No es la música árabe que me ha impulsado a escribir este post, pero sabe a El Cairo.
Yo también echo de menos que recolectes sorpresas e historias menudas. Siempre me fascinaron tus crónicas viajeras. Ahora me conformo con tu blog. Un saludo.
Gracias por compartir… Preciosa la música elegida.
Gracias por recordarme esta música ¡y esta película!
ser tan real duele que te cagas
El ser humano solo piensa en lo que necesita: El que tiene hambrebusca comida y no padece de anorexia, quien tiene sed busca agua, los que viven en guerra huyen de la misma, los que no tienen trabajo lo buscan, el que no ha podido estudiar busca tiempo para intentarlo… El que ha tenido de todo sufre por que se lo quiten (pagas extras, derechos adquiridos…) y está obsesionado. La mayoría de la sociedad occidental no ha trabajado para cuidar los logros legados por padres, abuelos, bisabuelos… No ha sido solidaria y ahora todo el mundo anda acojonado. Hay que aprender a ayudar al vecino, vivir en la “incertidumbre” (palabra que sugiero como candidata para el año que viene), implicarse para proteger los derechos adquiridos. Nos moriremos y no nos llevaremos nada a la tumba. Así pues, sugiero que aprovechemos el tiempo que tenemos en hacer cosas que hagan cambiar el pensamiento egoísta de esta sociedad y desarrollemos nuestras habilidades y dones. Nos hemos apoltronado y hemos perdido soberanamente, un tiempo precioso de paz y bienestar. Deberíamos mirar a los verdaderos artistas y a los científicos que a pesar de las dificultades y de los errores, no cejan en su empeño de seguir descubriendo lo que nos es ignorado.
Recomiendo la lectura de una entrevista hecha en el País Dominical del 20 de noviembre del 2011 a la artista Elena Asins en la página 24. Impresionante la fotografía, por cierto.
Gracias a Dios, que en este mundo hay gente diferente. Son necesarios.
Saludos y buen puente o acueducto para todas/os.
No he visto la película (o quizás no me acuerdo bien!)
En todo caso buen arranque de semana,
Sr. Lobo, es un placer léerle!
Saludos