En los días de diluvio universal
Tuesday, 15 de November de 2011 por Ramón
Estoy en Girona y siento Italia en las manos, en los dedos. Me suena Povera Patria de Franco Battiato en la cabeza en un sinfin cuando me debería tronar Bruce Springsteen en Zuccotty Park. Paseo bajo la lluvia, cruzo puentes, me mojo de palabras imaginadas. Ahora me entra Fabrizio de André por una oreja con su canción del amor perdido. Dos canciones, un paseo. Camino con la cabeza mojada en medio de una sinfonía duplicada.
La catedral ha crecido. La recordaba majestuosa con su cúpula suspendida. Un espacio que empequeñece y emociona. Había olvidado su pórtico del XVIII y sus espantosas esculturas. Cierro los ojos y regresa el románico primero. No hay fieles, solo turistas, cobro de entrada: el museo de la fe perdida.
Pienso mis canciones sobre el órgano. Recuerdo otros órganos en aquel viaje escolar iniciático en los años setenta, cuando conocí Girona la bella. Memorias antiguas, altapuerquinas. He preguntado por Dios y me han dicho que lo han prejubilado por viejo y caro. Este capitalismo salvaje no tiene límites.
He dado una charla a jóvenes de 16 años y con tanta música y melancolía mojada sobre y bajo la piel me ha salido una charla-esperanza, de esas charlas denuncia contra este teatro de lo absurdo, esta arrogante forma de gobierno de la que soy víctima y contaminante. Como canta Battiato: “Gente infame que no sabe lo es es pudor (…). Cuantos perfectos inútiles y bufones”…” Llueve, otoñea hacia el invierno pero no dejamos de ser primavera, una primavera que volverá.
Me encantaría empaparme de palabra y luego exhalar, sudar,orinar,novelas infinitas,ríos de palabras que desembocan en el océano de todos los idiomas,o en mar de los libros, el cabo de los capítulos,o en el estrecho de las conjugaciones,cruzados por pequeños barquitos de colores:verbos.
“El museo de la fé perdida”. !Qué gran frase!
tiene que volver la primavera urgentemente y llover a cántaros
arde españa
¡Qué cosas mas buenas escribes!
Creo en la lectura terapeútica,
Creo en la templanza transmitida,
Creo en un mundo mejor,
en disfrutar de este día, de sus nubes, de su lluvia,
Creo en las cosas que me hacen creer,
Gracias por estos desayunos, Don Ramón.