Chiquita madame en la línea 5
Tuesday, 25 de October de 2011 por Ramón
Una voz imperativa nos bajó hoy del convoy en la estación de Ópera: “Por avería en la línea….” Todos obedecimos al mando, ¡ar!, y el andén se pobló de pasajeros desprogramados, arrancados del riel de la costumbre, del piloto automático que permite viajar sin pensar. Los más ansiosos y despiertos salieron a la calle, al frío; los dormidos, la mayoría, nos quedamos como maniquíes mientras que el tren vacío se iba marcha atrás. Otra voz nos anunció una espera de 20 minutos.
Un nuevo convoy apareció con gente a los cinco minutos, lo que demuestra que nunca hay que confiar en los pesimistas. El trajín de entrar y salir multiplicó el retraso y los pasajeros, los sudores propios y ajenos. Sin libertad de movimiento, preso en una camisa de fuerza colectiva, me dejé llevar. Cerré los ojos y de repente sonó en mi cerebro Chiquita madame de Josephine Baker. Como no llevaba auriculares, debió sonar a todo volumen, y en ese vagón enlatado se organizó un baile monumental: todos dando saltos, hacia adelante, hacia atrás. Un, dos, tres. Y la Baker dirigiendo.
En Alonso Martínez desertamos del vagón y nos fuimos a la conga, o como se llame, por los pasillos subterráneos. Se unieron pasajeros de otras líneas, transeúntes, curiosos, balas perdidas y músicos inmigrantes. Una señora mayor que cojeaba dejó de cojear y una japonesa encaramada en unos tacones dorados daba vaivenes rítmicos. Parecíamos la orquesta de Jack Lemon y Tony Curtis en la película de Marilyn, Con faldas y a lo loco.
Al salir a la calle, los conductores abandonaron sus coches y se sumaron a la bulla. La policía antidisturbios nos rodeó y ordenó por megafonía la disolución de este cachondeo hijo del 15M o del 15O, que hay un poco de lío. Pero el baile se extendió por Madrid y alrededores. Los estrategas del PP buscaron rubalcabismos que pudieran justificar una acción policial, pero no hallaron ninguno, solo mucha gente harta de tanta grisura, de tanta crisis, de tanto robo de cuello blanco. Cuando abrí los ojos cesó la música pero todo el vagón sonreía, se atusaba el pelo y ajustaba la ropa. La japonesa de los tacones dorados me dijo al oído: “Spain is wonderful”. Y la música regresó. Buen miércoles a todos.
¡Qué bueno eres a veces consiguiendo sonrisas de todos nosotros!
Buen miércoles también para ti. Montse
¡Genial! me has hecho reir. ¡Uff, qué gusto empezar así el día! Gracias. Ahora cuando coja el metro voy a hacer lo mismo. Por cierto, maravillosa película Odette Toulemonde al igual que el relato sobre el que se hizo la peli. Para quien no lo sepa, es el mismo autor de Ibrahim y las flores del Corán. Y el libro, contiene varios relatos cortos a cual más delicioso. Regalos que da la vida. Recomiendo los dos.
Escribe Ramón, escribe como lo has hecho hoy.
Saludos…
Gracias y buen día!!
Ojalá lo siga siendo! Un viaje de lujo. Hoy he leído “Y la imaginación salvó al hombre”… Entre la frasecita y tu post, me diagnostico un día feliz. Espero que tú también lo tengas!
Que divertido, gracias Ramon.
Abrazo fuerte
¡Que bueno Ramón! Me ha encantado, me ha llegado, has conseguido conectar conmigo..que delicia lo bien que escribes. Haces que el lector se ponga en tu piel y se sienta protagonista.
Bravo.
Muy buen texto. Contigo, lo cotidiano se convierte en memorable. Un abrazo