Llueve en Madrid
Monday, 24 de October de 2011 por Ramón
Llueve sobre Madrid, apenas unas gotas y se forman atascos cairotas. Llueve y la ciudad huele a naftalina, a impermeables poco aireados, a paraguas arrancados de un armario, que en lugar de invernar, veraneaban.
Llegó el otoño en las puertas del invierno después de meses de sol, terrazas ruidosas y calles repletas. Hasta el metro se transforma en los días grises; los silenciosos dormidos de cada mañana se transmutan en ruidosos conversadores de lo insignificante. El ruido urbano se multiplica subterráneo, como si esas gotas permitirán el arranque de una conversación entre desconocidos, “pues como está el tiempo hoy”.
Llueve sobre Madrid y Telefónica cuenta los dineros recaudados y en esa pereza contable, la conexión de Internet se vuelve lenta, cansina. Hasta los cajeros automáticos de los bancos se ponen antifaz, como los ladrones de antes. Con lluvia hay prisa, no importan las comisiones. Llueve y se mudan los personajes, de lo liviano a lo encapotado. Hoy me escogí invisible. Y así sigo, silueteado, en espera de una abracadabra.
Madrid no es Santiago; allí lo extraordinario es la luz limpia y el sol. Lo seco. Es esa ausencia de lluvia la que cultiva las saudades que todos llevamos dentro, incluso los invisibles.
[…] de Madrid y lo que añoro lo diferente que es en Compostela hasta que llegó Ramón Lobo, escribió “Llueve en Madrid” y, para más inri, hizo una referencia a Santiago. Lo mejor que puedes hacer cuando alguien como […]
“Hoy me escogí invisible”. Qué de cosas bonitas provoca la lluvia…