Pinturas que callan
Wednesday, 17 de November de 2010 por Ramón
He buscado pinturas para mis tesoros marinos. Descarté el gran almacén de referencia porque al llegar al departamento me atendió la misma señorita que me había vendido el mes pasado dos calzoncillos Calvin Klein. Aunque con ellos puestos parezco un modelo de tallas grandes, y estoy agradecido por ello, me pareció poco serio tratándose de arte.
Una dependienta no puede rotar así, sin criterio, genera inseguridad. En la librería que ese almacén tiene en la Puerta del Sol, la mayoría de los dependientes no tiene ni idea. Es posible que solo lean a Salander. Pides la última novela de Vargas Llosa y te preguntan si el perfume lo quieres en recipiente grande, mediano o pequeño. Entre tanta confusión reina una mujer de edad madura, algo gruesa y que sabe latín. Es mi favorita.
Recuerdo bien a la señorita de Calvin Klein. Tuvimos un instante de confusa intimidad cuando se empeñó en medirme la cintura. Entre el lío que se hizo con la cinta métrica y mi perímetro excesivo dimos de qué hablar por unos segundos, si no más. Tras saludarla amablemente pasé el oído bueno entre las témperas y los pinceles y ninguno dijo nada, ni un murmullo, ni un suspiro, ni una tos otoñal. Parecía un cementerio de colores y cerdas. Renuncié. Si voy a iniciarme en el complejo mundo de las artes plásticas lo último que necesito es un cadáver poco hablador.
Tras el fracaso con los colores me compré 200 cápsulas de Nespreso solo por conseguir una taza de regalo que no me cabe en casa. Aunque solicité el descuento George Clooney, es decir de guapo, la dependienta me informó, eso sí, con gran amabilidad, de que no daba el canon de hermosura para entrar en la categoría. Bueno, ¿y qué? Poco antes una estudiante latinoamericana que me había pedido autorización para utilizar un post en la revista de su universidad y que andaba en busca de una foto mía para ilustrar, dijo: “¡Puxa” ¡Qué guapo estabas a los 40!”. ¿Estabas? Es un piropo. Lo sé. Debo alegrarme, sonreír, saltar, pero tengo un problema: hace 15 años que no tengo 40. As time Goes by….
Lobo pues sigues siendo guapo…en las fotos pareces un tipo atractivo y con una mirada muy pilla..de haber ido y vuelto muchas veces..mola! No creo que las miradas pasen de largo..supongo que aun las retienes…ventajas de ser hombre supngo.
En fin es lo que hay, con lo que tienes vivido y los halagos que siempre encuentras en el blog, y estoy segura que fuera también, yo te puedo asesorar mejor con las pinturas, para las piedras puedes usar unas acuarelas, no seas tacaño, las acuarelas te dan la posibilidad de usarlas más diluidas, una capa sobre otra, no uses blanco, para no hacerlas opacas, solo al final, para dar algún toque de luz, compra dos pinceles redondos, terminados en punta de pelo de marta, uno fino para pequeños toques. Y un spray fijador. En la c/ Carmen esta Pontes, no recuerdo el numere, pero hay dos, busca el de Bellas artes, en el piso de arriba, tienen casi de todo y gente muy profesional te asesora.
Para la madera, sin verla no lo se, si me mandas una foto te puedo aconsejar…
Te dejo mi correo. Vihernes@gmail.com
Pero seguro que ha estas horas ya has encontrado a una guapa dependienta de ojos melosos que te asesore en persona, un saludo.
¿¡Qué sabrá la dependienta amable de Nespreso de canones de hermosura!?.
Es lo que pasa cuando topas con dependientes que no van más allá, que su imaginación es centimetral…mente, o puede que sea vergüenza de tener abrazado a un hombre sin habérselo propuesto ella, sólo por medir cinturas nada más, sólo – con su preciosa tilde -, sólo, de solamente. ¡Quién le iba a decir a ella que, sin proponérselo, tenía que abrazar, con metro en ristre, a tanto hombre!. Así el silencio, claro. Es que ese tipo de metro no da para más, pero seguro que su trato fué correcto, quizá huidizo, pero correcto.
Ya lo del tiempo, hombre, pues sí, todo cámbia, también nosotros…pero bueno, ¡qué menos, después de haber vivido no haber cambiado!. Hay otras cosas que seguirán cambiando, y esas van más allá. Un abrazo. El mar espera tus lienzos.
http://www.youtube.com/watch?v=g8VqIFSrFUU&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=ZvoFGVhwHCo
Ramon tienes razon, si los elementos para iniciar el arte desde el principio no dicen nada, entonces hay que buscar como con los libros, esos que llaman con susurros. Las musas tambien se esconden detras de un buen pincel.
Parece que estas buscando piropos asi que aqui va uno: “si no existieras tendriamos que inventarte. Tu charla virtual es muy interesante y hablar contigo en persona debe ser una delicia.
Para haber pasado el medio siglo estas muy bien, asi que no te quejes.
Un saludo,
C.
Leyéndote aquí y allí, más parece que hace 35 años que tienes 20 (en el mejor de los sentidos, of course…). Me gustaría ver el resultado final de tus pinitos artísticos. Respecto a los dependientes, lo son, por desgracia y cada vez más, de la base de datos del ordenador. Un abrazo.
Lobito, mil gracias
Lobo, desconfia de las que te adulan; no suelen ser jovencitas.
¿Sr. Lobo qué le pasa a usted con las personas gruesas o gordas o con kilos de más?, ¡qué obsesión la suya! (¡qué más da que una buena dependienta sea o no gruesa!, sin embargo, usted lo tuvo que decir). No me extraña esa autotortura con el peso, pero que sepa que quien más se rechaza es usted mismo.
Por lo demás, ¡cómo te gusta que te regalen los oídos, eh! Lo bueno es que lo consigues siempre, jajaja.
Un saludo sin halagos, Montse