El mar desde mi ventana
Wednesday, 27 de October de 2010 por Ramón
Abro las contraventanas del salón y en lugar de tejas árabes veo mar, olas y al fondo un velero. Abro los ojos y me digo: ¿Madrid? Y la ciudad responde: Madrid. Alargo la mano más allá del cristal, acaricio el agua y me llevo los dedos a la boca. Sal. Agua y sal. Ya son dos los veleros que juegan a las regatas sobre el tejado del edificio de al lado. Espero que no se molesten los vecinos. Como es mar y un poco playa me desnudo y espero a que lleguen los otros bañistas. Hay un par de mirones que vigilan, observan mis movimientos. Me muevo a la izquierda como una bailarina y veo sus ojos moverse conmigo. Si regreso a la derecha allá van midiéndome los pasos. No me gusta que me miren. Les grito y al gritarles se convierten en gaviotas. Mi tejado está lleno de gaviotas, peces y veleros. Cierro la contraventana y me meto en la cama. Tengo miedo a dormir y quedarme atrapado en una pesadilla. Acabo de leer un prólogo que me ha resucitado a muertos y amigos. Construyo un muro que es un dique. Al despertar por la mañana tengo agua en el suelo de la habitación. No pienso en grifos abiertos, solo en las mareas y la luna, en su subir y bajar. Entro en el salón y junto al alféizar descubro a una sirena sumergida que sonríe. La sirena me dice: ¿Puedo abrazarte de manos y piernas? Digo: Sí. Y al abrazarme con mucha fuerza se convirtió en una mujer.
Me gusta
me gusta mucho cuando escribis asi, poeticamnete,
no es que no me guste lo politico
pero prefiero esto…
la sirena que se convierte en mujer…y que te abraza …Muy Lindo!!!
Me gustaría pensar que es parte de esa novela que estás escribiendo para poder leerla, tocarla, olerla…
A LOS QUE CONVIERTEN SIRENAS EN MUJERES:
Agito los brazos aún a sabiendas de que no sirve para nada, pero van solos, como esos autómatas de los anuncios cuando fabrican un coche. Brazos enormes con movimientos espasmódicos que me hunden mas en el agua. Fuera, como detrás de una tela de seda, la borrosa cara de mi padre… mirando, con una interrogante que le cuelga del mentón.
Voy a palmarla y no es lo que me duele,
lo difícil de tragar es el fraude de no ser lo que se debe,
ni sé nadar ni mantener los brazos en su lugar.
Lo que me descuelga el alma es ser un espantapájaros vulgar.
Salí de aquella por encargo,
me sacaron de paquete
y me quedó para siempre
una forma de olor marrón
que suele estar en el retrete.
A veces sueño que estoy en el agua,
y me despierto aterrado abrazado a la esquina del colchón
sudando por todas partes
como un bufón en un circo al final de la función
Lo abrazo con la fuerza de no quedarme vergüenza
y solo espero que allí, en lo oscuro de mi cuarto
no esté, observando, una sirena.
A mi también me da Nuria que esta va a ser la onda de la novela… a ver cuándo llega. Será para Navidad, pa regalar? con promo editorial y venta en el Corte Inglés? se venderá on line?… una pista Lobo!
Me ha encantado el texto, muy bonito si señor. Pero es urgente crear un nuevo grupo de facebook: Yo tampoco quiero ver a Ramón Lobo bañarse desnudo.
Ya me contarás k te metes últimamente. No sé si para ponerme ciega o para apartar de mí semejante cáliz ;-))))))
Me gusta usted, señor Lobo, no sabe cuánto. Asistí en Málaga a una charla suya sobre reporterismo y desde entonces. Es usted feroz como corresponde y cuando corresponde, valiente, políticamente incorrecto, lúcido, audaz, afilado y tierno, y muy humano y un soberbio escritor. Me impresionó en persona y me sigue impresionando en las páginas de este blog donde le visito a menudo, casi a diario en realidad.
Se asoma una y ve a un buen tipo: gracias.
Ada