Cuando uno regresa a trozos
Wednesday, 1 de September de 2010 por Ramón
No me ha llegado aún todo mi yo, que sigue de vacaciones entre Roma e Islantilla. Las vacaciones que muchos presentan como un avance social del que presumir son en realidad una idea malévola, una gran putada, en la que los menos ricos (casi todos) disfrutamos de unos días a la bartola para saber más o menos cómo viven los ricos todo el año. Nosotros, el olor fugaz; ellos, el lento masticar. Lo llaman clases sociales. Me he acordado hoy de muchos amigos de RTVE prejubilados y he sentido envidia insana, un ronroneo que no se me quita. Hoy he vuelto al trabajo, al periódico, y sé que tengo suerte de trabajar donde me gusta y de hacer lo que me gusta, que soy un privilegiado. No tengo miedo a la crisis ni a Zapatero, solo un poco a Aznar cuando se me aparece de cid campeador con la tizona entre los huevos.
De momento, en espera de ese yo que quizá no necesite tanto, camino y sonrío. Huelo a mar y ciudad eterna. Camino sabedor de que la riqueza está en ese camino, en cada metro, en cada aprendizaje, en cada sorpresa, en cada nudo que desnuda… Me encanta caminar sabiendo que detrás de la montaña del norte no hay muros ni fronteras. Solo libertad.
Alguien tiene que mantener que unos pocos estén todo el año de vacaciones… En fin.
Un trabajo que te gusta no tiene precio.
Bien venido, aun que nunca te fuiste del todo, se te echaba de menos, es cierto que las vacaciones son fugaces, pero quizás eso haga de Roma la ciudad eterna, que seguro pasa desapercibida a los romanos acuciados por las rutinas, agobios y pesares, incluida la agridulce sensación de regresar al trabajo, el que lo tenga, agradecido y nostálgico por los días transcurridos junto al mar o porque no, el la esplendida ciudad de Madrid. Un saludo.
Joder Ramón ¿A estas alturas de la película nos sigues viniendo con que los verdaderamente ricos están a la bartola todo el año?
¿Tú DE VERDAD crees esa sandez? ¿Tú crees que Botín, Amancio Ortega o Roig (por citar a algunos ricos de verdad si quiera tienen más vacaciones que tú o que yo?
No nos vengas con melonadas por favor, sabes de sobra que esa gente trabaja 55 horas a la semana 363 semanas al año, algunos más (y puedo corroborarlo en el caso de uno de ellos de primera mano).
Cosa distinta es si los cuatro herederos de turno que viven de rentas, los Pocholo, familares de Franco, algunos condes y cuentistas viven como viven pero esos tienen muchisimo menos dinero de lo que la gente podría pensar.
Gracias por volver Ramon, te echabamos de menos.
Abrazo fuerte
Pedro, si eres rico para financiarte una vida de ocio y tienes inteligencia para no ser un esclavo de tus ambiciones, no trabajas, te diviertes, viajas, lees, te tocas las narices.
Fuiste mi primera entrevista cuando aún era un idealista del periodismo y ni siquiera había terminado la carrera. Tras unos cuantos años en los que la bofetada de la realidad apacigua el idealismo, recurro de vez en cuando a tí para ver que todavía se pueden salvar los barcos y aún quedan periodistas que disfrutan al expresar sus palabras.
Yo me alegro de no haberme ido más que 10 días este año. Irme 1 mes otros años, y más a otro continente, me ha hecho soñar con vidas inalcanzables (por ahora)…
http://miviajeatailandia.blogspot.com/
Eso de que “el trabajo es la esencia del hombre” es un gran invento para conformarnos. De eso nada, la esencia del ser humano es el ocio (siempre que no esté prostituido en negocio, claro). Y conste que yo también me siento una privilegiada y disfruto en mi trabajo, pero si pudiera no trabajaría. Cuando dices esto, la mayoría dice: “te aburrirías”. Y yo pienso, ¿aburrirme?, ¡anda ya!, pues no hay cursos que hacer, lugares que visitar, personas que descubrir, momentos que vaguear, artículos que leer, opiniones que escuchar…
A pesar de todo, Hoy puede ser un gran día y mañana también: http://www.youtube.com/watch?v=jObiI4g-iQk
¡Que tengas buena vuelta!, un abrazo de estreno. Montse
De vuelta al cole. Eso está bien. A seguir aprendiendo. Te veo masticando lento cada momento del día, algo que ocurre cuando el trabajo deja de ser eso y se convierte en placer. Yo fui una de esas afortunadas durante un buen tiempo. Ahora, expulsada del “paraíso” por nuestro actual Dios (el dinero) y decisiones empresariales cobardes ligadas a él, saboreo esta crisis en toda su extensión. De todo se aprende, hasta de los ricos! Me alegro de volverte a leer.
Libertad y más montañas,…. espero.
Bienvenido y un abrazo sostenido.
No es más quien más alto llega,
sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve,
más intensamente siente.
Lo dijo el ochomilista Maurice Herzog.
Abrazos Ramón.
Para mi también Roma me parece una ciudad espléndida y maravillosa pero, paradojas de la vida, en uno de mis viajes allí conocí a un romano harto de Roma y de sus problemas, y me confesó que sus ciudades ideales eran Sevilla y Barcelona… Quizá se desee más lo que no se tiene y no se disfrute tanto de lo que se tiene…
bienvenido a bordo otra vez!!! =)
Ojalá los periodistas que ahora desembarcamos al mercado laboral tengamos la suerte siquiera de ver la montaña del norte, aunque sea de lejos, porque tal como está el mercado laboral me veo sin jubilación.
Me río.
Bienaventurados los que han tenido vacaciones y ahora tienen depresión postvacacional, porque ellos verán a Dios… Desventurados el resto, porque no veremos a Dios ni sabremos qué es eso de la depresión ¿postvacacional?
Bienvenido al mundo real y de lo cotidiano, Lobo