Roma, las luces de dios
Wednesday, 4 de August de 2010 por Ramón
Las escaleras suben de la Vía Cavour a la plaza de San Pietro in Vincoli, en cuya iglesia vive el Moisés de Miguel Ángel. La parte intermedia tiene la anchura de los escalones medievales. El sol podría del arco ser una representación de un dios como centro absoluto del universo. A ese dios poderoso, absoluto en su concepción, hacedor de los miedos y de los infiernos, se le añadió con el tiempo una lámpara, supongo que de gas al principio y hoy eléctrica. Es una metáfora sobre los límites divinos y que las cosas del más allá conviene iluminarlas con instrumentos del más acá. También podría ser un representación del Siglo de las Luces, pensamiento frente al temor, el fanatismo y el fuego. En esas escaleras empinadas huele a duelos a espada caravaggianos.
Roma es así: sincretista, mestiza, esponja, rica, generosa, sorprendente y repleta de jóvenes turistas alemanes uniformados con camisetas de colores. Parece un concurso escolar. Gana el grupo que ve más de las cosas programada sin derecho a la sorpresa.
Hoy, otra caminada. El Coliseo que cambia color según la hora del sol, el arco de Tito, el ojo de la cerradura de la orden de Malta y la iglesia de Santa Sabina. Una joya vacía, sin boys scout de veraneo. Allí prendí cuatro velas. Estas ya no son de encargo, son porque me apetece. Luego miré los techos pero solo vi un techo. Buona sera.
a domani
Que hermoso recorrido por Roma el que vamos haciendo.
Hasta manana.
Gracias Ramon por hacernos sentir por un par de minutos la luz de Roma.
Abrazo fuerte.
¿Qué es 798 ?
Grata sorpresa al ver que vas poniendo por aquí tus romanas andanzas. Qué bien. Yo no la he pisado en mi jodida vida ( lo sé, craso error, ¿a qué espero?) pero me estás dando una cierta envidia. Por lo mismo no he leído Historias de Roma de Enric González, temo no enterarme de que va el rollo. 🙁
Saludos Ramón, te veo en plena forma intelectual.
Que agradable pasearnos por las calles de la ciudad eterna. Recordar los rincones que asombran. Descubrir tesoros ocultos en las iglesias… Tu texto me trae tantos recuerdos de la ciudad eterna. Un saludo
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Hace dos años viví en Roma durante 9 meses. La iglesia de Santa Sabina era uno de mis sitios favoritos donde ir a relajarme porque, como bien dices, hasta allí no llega el bullicio constante de turistas y excursiones organizadas. Un lugar fascinante incluso para aquél que no sabe de arte… La magia está pegada a sus paredes y se expande hasta el jardín de los naranjos, ese mirador tan fascinante que en otoño ofrece unas vistas absolutamente románticas de la ciudad.
Gracias por recordarme mi pequeño santuario.
El jardin de los naranjos y la cerradura de la plaza de los caballeros de Malta… increible!!! Me están gustando mucho tus fotos. Un saludo