Roma, el caos armónico
Monday, 2 de August de 2010 por Ramón
Cerca de lo que fue el barrio judío y de la Puerta Octavia.
Tras hacer la compra y tirar la basura -aquí no distinguen el vidrio del plástico en los contenedores de reciclaje-, fui a Santa María del Trastevere en taxi a tomar café con Francesca. El taxista fue generoso me enseñó Roma por un extra de cinco euros. Luego busqué bajo el calor, hoy sí, la iglesia de Santa Cecilia. Puse tres velas: por la madre de una amiga, por la amiga y por mí, por si acaso. Solo las dos primeras eran de encargo. Cinco monjas cantaban oraciones. Escuché. Después caminé y caminé hasta morir un poco. Todo iba bien hasta que dije: “¡Qué bien me oriento!”. No sé qué sucedió, pero no importaba la dirección que tomara ni la calle en la que torciera que siempre aparecía cerca del Vaticano. Me preocupé. ¿Puse mal las velas? ¿Se está acostumbrado la Iglesia a este ateo? Acabé en el metro. Línea A. Plaza del Popolo. Busqué a Italo Calvino entre las mesas del café Rosati. Una ausencia de él me saludó. Llegué a casa sin pies, eran dos palpitaciones. Siesta de las que se te cae la baba. Ahora, casi resucitado, a escribir. Buona sera.
Buena sera Lupo. Me estás haciendo recordar mis visitas a Roma, Grazie mile.
¿Por qué lo de las velas a santa Cecilia precisamente?
Todos los caminos conducen a Roma, ya se sabe; y en Roma todas las calles conducen al Vaticano.
Veo que tu también nos echas de menos. Cada post es un poquito más largo que el anterior. Me alegro.
Es verdad, Lola… 😉
Me he quitado las ropas, ¿para qué volvérmelas a poner?, me he lavado los piés, para qué volver a ensuciármelos.
Recuerdos a don Italo. ¡Qué curiosidad por esa novela!
Leo con una sonrisa esta cronica tuya de esta ciudad única que visite en junio. Te dejo el link de un post sobre sus monumentos de piedra y pasta. Un saludo desde Londres.
http://wp.me/pwJx2-PJ
Como me gustaria estar por ahi. Pero como compensacion, traves de tus palabras, parte de mi camina por la bella Roma.
Italia es un pais que deja nostalgias.
Un saludo cordial.
“Llegué a casa sin pies, eran dos palpitaciones”
Me río.
Ya leo que no puedes evitar seguir escribiendo… Eso está bien:)))
¿La foto? ¿Está de verdad así? ¡Genial!
Con esta bitácora de vuelo que nos estás haciendo sobre Roma, espero reconciliarme con esa ciudad pues de lo apenas viajado, fui alli en unas circunstancias desastrosas y juré no volver salvo…
Saludos
Santa Cecilia in Trastevere es, bajo mi juicio, una de las iglesias más bonitas de Roma… ¡Quién pudiera volver a perderse entre las calles de Trastevere para luego ubicarse y encontrarse con ese templo! Mientras llega la ocasión, leo tu blog que me permite volver a perderme por dos minutitos… Gracias 🙂