Cambio de generales, no de política
Thursday, 24 de June de 2010 por Ramón
En las guerras actuales contra enemigos que no se disfrazan de enemigos, como Irak y Afganistán, la victoria depende sobre todo de la percepción de la gente que las padece. Si esas personas creen que la estás perdiendo lo más probable es que las pierdas del todo.
El principal éxito del general David Petraeus en Irak fue atreverse a pensar a contracorriente, algo insólito, más en estructuras tan rígidas como la castrense. A los jefes, y sobre todo si son presidentes de EEUU, les gusta escuchar lo que desean oír. A nadie, con galones o sin ellos, le agrada recibir malas noticias. Eso genera un ambiente de ficción peligroso, que es en el que estamos, sea en Asia Central o en la crisis económica.
Petraeus entendió que en Irak había dos insurgencias. Supo aprovecharse de sus diferencias. Había muchos grises detrás de la campaña internacional contra el terrorismo. Una de esas insurgencias era nacional y estaba compuesta por baazistas y militares del régimen de Sadam Husein que luchaban contra la invasión con los medios a su alcance. La segunda, más peligrosa, era extranjera. Su cabeza visible, Abu Musab al Zarqaui, murió en Baquba en junio de 2006 en un ataque estadounidense dirigido por el hoy defenestrado McChrystal.
Petraeus se aprovechó de la hartura de las tribus suníes de la provincia de Al Anbar. Criticaban a los radicales los atentados indiscriminados en los que morían civiles. También hubo asuntos de honor cuando algunos de los yihadistas exigían casarse con las hijas de los jefes tribales.
El general se apoyó en un incipiente movimiento llamado El despertar (luego transformado en los Hijos de Irak); armó y pagó a las tribus y a los insurgentes suníes para que lucharan contra el movimiento de Al Qaeda en Irak. Muchos de esos milicianos habían matado soldados estadounidenses. Prevaleció la inteligencia al corazón.
Al ser nombrado máximo jefe militar en Irak, en enero de 2007, el experto en contrainsurgencia llamado Petraeus logró un significativo aumento de tropas (George Bush le envió 30.000) para concentrarlos en Bagdad, donde quería dar la batalla. Su plan era asegurar la capital, evitar los grandes atentados, vencer la guerra mediática y de propaganda y ganar así la percepción del pueblo iraquí. La gente le creyó y la situación dio un giro.
No se puede proclamar todavía el célebre misión cumplida de Bush, siete años prematuro cuando lo dijo en mayo de 2003, porque, pese a las mejoras evidentes, el partido aún no ha terminado. Afirmar que Petraeus ganó la guerra de Irak es un error porque el ganador es Irán, el gran beneficiado estratégico de las torpezas estadounidenses en la zona. Petraeus solo evitó que EEUU la perdiera. Otra vez las percepciones: qué es victoria qué derrota.
La salida del general Stanley McChrystal del cargo de máximo jefe militar en Afganistán no representará grandes cambios porque la estrategia esencial en Afganistán es la de Petraeus, que a finales de 2009 compró Barack Obama. Petraeus era el jefe de McChrystal y ahora se ve obligado a dejar su puesto de jefe del Comando Central, con más lustre jerárquico pero menos gloria militar, y volver al campo de batalla.
Tras el asunto McChrystak el presidente de EEUU necesitaba un As en la manga para no perder la percepción de sus aliados y de los afganos, incluidos los talibanes. El As parece ser Petraeus que ahora se halla en una situación óptima para sacarle a Obama más concesiones. Pero hay una cuestión de fondo que conviene tener presente: Petraeus no es el As milagroso que todos proclaman, es solo la última carta en una guerra perdida desde 2007.
Veremos si sigue siendo capaz de pensar a contracorriente, de cambiar la estrategia y rumbo de la guerra. El problema es que Afganistán no es Irak, no hay tribus suníes que comprar, sólo hay talibanes, señores de la guerra y un gobierno impopular, incapaz y corrupto.
No me gustan los generales que se creen más listos que el poder civil, al que en democracia se deben. Hay bastantes casos de militares brillantes con la boca demasiado grande: George Patton, Douglas McArthur. Lo que más me ha gustado de McChrystal en estas horas ha sido su compostura en la caída: no disparó contra el mensajero ni negó lo publicado en la revista Rolling Stone. Es algo muy calvinista y anglosajón: admitir cuando uno se equivoca y pagar las consecuencias.
Aquí, en España, somos de otra manera: la culpa es siempre del otro.
Petraeus ha hecho en Irak lo que se podría denominar “Pan para hoy y hambre para mañana”, es cierto que acercarse a las trubus del “sahwa” fue una idea certera incluso con vistas a una especie de conciliación nacional interconfrsional de verdad, lo que pasa es que, tras tener a esa gente haciendoles el trabajo sucio y combatiendo a Al-Qaeda (con gran efectividad, por cierto) los están dejando tirados. El actual gobierno es una oda al sectarismo chií y se niega a dejar de serlo, en materia de seguridad hay militares gubernamentales que se compotan como milicianos chiíes al igual que hay milicianos chiís que se permiten la licencia de actuar como militares gubernamentales. En este esquema el Sahwa no encaja y se siente desplazado y utilizado. Nadie se preocupó de asegurarles de manera efectiva y verosímil que están luchando por algo que vale la pena.
Irak es un auténtico laberinto.. uno de los más difíciles..
Muy interesante tu analisis.
Como me dijo un instructor: El problema del soldado es que no es una máquina, piensa y tiene ego, por lo que llega un momento en que se puede embeber de soberbia. El problema del político es que no es plenamente consciente que la maquinaria militar en su esencia esta creada para luchar y ganar, es su maxima aspiración y su cometido prioncipal, por tanto no se la puede pedir, una vez lanzada al campo de batalla, que sea ponderada y se atenga a los avatares del pensamiento popular; esa es labor de políticos, no de militares.
Las guerras no se ganan ni se pierden en realidad, solo se consiguen objetivos. USA perdió en Vietnam, sim embargo eliminó a 200 enemigos por cada baja propia. De todos son conocidas las “victorias pírricas”…………¿quien ganó esas guerras en realidad?. Los americanos no consiguieron sus obbjetivos cierto, pero masacraron todo un país, Pirro venció, si, a costa de perder su poder……………………