La crisis ya me deja cruzar la Gran Vía
Sunday, 13 de June de 2010 por Ramón
Noto la crisis en los bolsillos, en mis amigos y en los semáforos de la Gran Vía. Antes, cuando había dinero endeudado a espuertas, la gente cargada de bolsas de marcas de postín se hacía un lío en el centro de la calzada. Los que procedían de la acera de la derecha no lograban alcanzar la izquierda y viceversa. Resulta estúpido querer pasar, por ejemplo, de la esquina de Fuencarral, junto al edificio de Telefónica de Madrid, a la calle de la Montera, y tras dar no sé cuantas vueltas sobre ti, y sobre otros, regresar impulsado por una fuerza extraña al mismo al punto de partida, como si hubiera una gigantesca puerta giratoria invisible.
Ahora, con las carestías y los bancos con el grifo de dar dinero cerrado y abierto para recibirlo, se atraviesa muy bien de un lado a otro, incluso puedes zigzaguear sin miedo al ridículo. Algunos ricos, se les ve la pinta, se demoran un rato en el eje como si buscaran la puerta de los buenos tiempos, el Stargate que en un abrir y cerrar de ojos te traslada a la bonanza de la pre-crisis con un Aznar encaramado en sus alzas declarando guerras junto a sus amigotes mientras que otros, también amigotes, se inventaban productos financieros basura con los que forrarse. ¡Qué tiempos aquellos! lejos de esta España de pobres, sin soberanía, intervenida por la UE (aunque somos nosotros, pero puestos a insultar) y arruinada por un Zetapeta más peta que nunca enfrascado en una reforma laboral con la que nos van a quitar hasta lo bailado mientras que bailamos los goles de La Roja.
Entre un paraíso y otro me quedo en mitad de la calle sacándole la lengua a los guardias y a los taxistas, toreando coches y motos al grito de “a la bin a la ban a la bin bom bam”, que no tengo ni idea qué significa. Los municipales, que con la crisis ni siquiera están macizos como los bomberos, me miran y ríen. En lugar de detenerme o darme con la porra en la cabeza, algo que les encanta hacer de vez en cuando con los antiglobalizadores, me responden: “Villa, maravilla, oe oe oe”.
Recomiendo la lectura de Retrato de un país en crisis del periodista estadounidense Phil Bennet, que publica hoy en el suplemento Domingo de El País. Tiene la mirada fresca del extranjero y ese ángulo anglosajón que tanto decimos que admiramos y casi nunca copiamos.
[…] This post was mentioned on Twitter by Ramón Lobo, rosa maría artal. rosa maría artal said: RT @ramonlobo: Gracias a la crisis puedo cruzar la Gran Vía: http://bit.ly/9k26AW […]
Pues a mí el artículo no me ha parecido ni fú ni fá. Las entrevistas a las gentes de Villacañas son la típica entrevista sobre la crisis que El país, el mundo y cía llevan ya meses ofreciéndonos, y las preguntas a los dirigentes políticos y empresariales de alto nivel (Salgado, Rajoy), de un timorato y educado que asustan. Del tipo ofrézcame usté su opinión que yo sólo soy un cronista.
Eso sí, si de lo que se trata es de hacer un artículo sin buscar responsables ni culpables, el artículo de chapeau, oiga.
En este plan, me gusto mucho más el artículo “Generación noqueada” de hace unos meses. Explicaba perfectamente como durante varios años la alegre muchachada recién salida de la ESO que trabajaba , por ejemplo, en las puertas de Villacañas, se metía 3000 eurillos al mes limpios de polvo y paja mientras que los gilipollas que tuvimos la frivolidad de estudiar una carrera los mirabamos, como bien decía Marc Vidal, ” con una sensación que oscila entre la frustración y el asco”
Joder Lobo, te imagino en medio de La Gran Vía dando vueltas como un rechoncho “tentetieso” y me parto. Jajaja.
Me río…
Again…
Saludos
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Retrato/pais/crisis/elpepusocdmg/20100613elpdmgrep_1/Tes
Quién sabe si volveremos a tener esa sensación de prosperidad casi generalizada, que nos hizo adoptar hasta hace cuatro días esas poses de nuevo rico, tan sonrojantes. Parece más que dudoso que nuestros ojos lo vean. Significativo que algunas de las primeras cosas en irse al garete estén siendo símbolos tan claros del ensanchamiento de la capacidad de consumo como las agencias de viajes. Es comprensible ese alivio de la densidad de tránsito en la Gran Vía (puedo dar fe, por patearla a diario, que lo que indica Lobo es verídico y palpable): la gente se cansa y se deprime comiéndose escaparates con los ojos y encontrando los precios, aunque bajen, cada vez más disuasorios para nuestra cartera, con telarañas.
Por cierto, me alegra que alguien más haya reparado en el aspecto desnutrido y enclenque que lucen (es un decir) las recientes promociones de municipales de Gallardón. Es algo que me llamaba la atención hace tiempo. Parece que hacen el casting como quien busca figuración para una película tenebrista sobre los años cuarenta: con mucho piojo verde, mucha tisis y mucho estraperlo. El estraperlo ya ha regresado: la tisis y el piojo verde no tardarán. Esos municipales, menuditos, tienden también últimamente a compensar la escasa sensación de “autoridad” que sugiere su aspecto con una preocupante propensión al gatillo fácil. O a dirigirse a los ciudadanos de modo bastante peculiar. Hace no mucho presencié (lo juro), cómo uno de estos pitufos, fuera de sí, le gritaba, a pleno pulmón, a una conductora que se había saltado levemente un semáforo, quedándose en medio del paso de cebra, un rotundísimo ¡japuuuuuuutaaaaaaa! ¡Ay Gallardón, Gallardón!
Yo me arruiné y me curtí en la crisis del 91. Lllevo 19 años de adelanto. 19 años pagando deudas y aprendiendo a no mirar los escaparates. ¿El premio? Esta crisis no me afecta enacholuto. Hoy me cojo 15 días de vacaciones en la ciudad donde vivo, Madrid. ¡Estupendo! Hacer fotos, museos, photoespaña, dibujar, leer… Casi todo gratis
¡Qué mas se puede pedir!
Hay que aprender. ¡Ánimo pues para el que sea nuevo en estas lides. Quien tenga dudas, que me pregunte. Soy experta en estrategias.
Por cierto. Ayer volví a la feria del libro. Lueve que te llueve. Hice alguna buena foto y me llevé otro libro sorpresa de una chica francesa de 31 años sobre su viaje por Yemen, Egipto y Turquía, con unas acuarelas espectaculares. Dejó su trabajo de oficina y se echó a la aventura. Estuvimos charlando mucho rato y me hizo una dedicatoria dibujo preciosa. En la caseta de ¿Casa Arabe? Claro es claro está, no había nadie. El de Isla África no lo tenían Lobo. Pero lo encargué.
¡Estupenda la feria del libro! Pues.
Saludos…
Me las piro…
¡Ah! Me again. ¡Y a disfrutar del mundial! A los que les gusta el fútbol.
¿Me gustaría saber, señor Lobo, si escribiría usted lo mismo si estuviera usted en paro, si no viera horizonte para sobrevivir a pesar de que servidor nunca se hipotecó, nunca vivió a crédito ni tiró la casa por la ventana? Me alegra que usted cobre, y supongo que bastante bien, su salario en El País, pero por favor no bromee con las cosas de comer, que hay quienes no llegamos a fin de mes. Y recuerde a uno de sus maestros: “los cínicos no valen para este oficio”. Piénselo antes de hacer chanza con la desgracia ajena… Que usted siga bien. Buenas tardes.
Ramón,
Me encantó tu post (si nos quitan el sentido del humor, estamos perdidos: no confundamos ironía con cinismo), y también me pareció interesante la mirada de Phil Bennet. No creo que no busque culpables; reparte culpas. Y, en mi opinión, sobre la sociedad española en su conjunto recae una porción de culpa importante, lo que no supone desde luego eximir de la suya a FMIs, banqueros y especuladores varios, ni por supuesto a una clase política cada vez más vergonzante. Hace algunos meses que no paso por la Gran Vía y algo de temor siento hacia lo que me encontraré en mi ciudad. Pero, si dicen que crisis es oportunidad, no deberíamos desperdiciar la nuestra para reinventarnos…