Borrachos de Corpus
Thursday, 3 de June de 2010 por Ramón
Los borrachos callejeros machos carecen del don de lenguas: nunca hablan, solo gritan desde unos idiomas singulares y diferenciados que por arte de magia y del alcohol terminan por encontrar parentescos sublimes en las onomatopeyas más primarias: oe oe oe; uh uh uh y similares, gritos que igualan las inteligencias individuales del grupo en un igualitario estado de imbelicidad colectiva. No puedo culparles, porque a veces soy así, sobre todo cuando me baño en vodka.
Hoy es el Corpus Dei, uno de los tres jueves que lucían más que el sol, y en Madrid, mi ciudad y refugio, en vez de recogerse el espíritu o lo que se pueda, que es lo que hay en tiempos de crisis, se expande y multiplica en decenas de tribus urbanas que visten igual una respecto a la otra dejando al poco erudito con un palmo de ignorancia.
Entre los borrachos que pululaban anoche la Puerta de Sol había mucho latino desfondado de tanto bailar, mucho estudiante angloparlante de Orgasmus y gente de visible malvivir y peor digerir. En medio de berridos tribales, educados vendedores de bocadillos (chinos), de cervezas (bangladesíes) y barrenderos doblados por el exceso de trabajo, pasaron tres coches de la policía municipal reconvertidos en Los hombres de Harrelson pero en Seat Panda, o similar, con las sirenas ululando y los cochecillos derrapando como si esto fuera una película y no las cuatro de la mañana. Mis amigos del turno de cierre del periódico (Silvia, Javier y Francesco), tan bromistas ellos, me recordaron enseguida que además del riesgo de un atropello estaba el del disparo reboteador que saque un ojo a un transeúnte cordobés.
Caminamos por la calle Arenal y allí nos cruzamos con una pareja de quinceañeros yankees en la que ella interpretaba en papel de dar eses, desviarse cada dos o tres pasos contra la pared y exclamar ante ella: “Dam!”. Más abajo, en la esquina de Hileras, dos chicas hablaban de sus cosas subidas a unos formidables tacones. A su lado pasó una manada de jóvenes que les dejó lindezas, piropos, proposiciones y alguna grosería. Ellas no se inmutaron; ellos, sí: se alejaron intercambiándose datos de una fantasía.
Así, de borracho en borracho y bien sobrio llegue a casa después de una noche de mucho trabajo con tanto activista deportado, aviones turcos que no terminaban de despegar nunca y la imagen dura de Bibi Netanyahu bailándome en el cerebro me acordé de esta canción.
PD: Más egoteca, está vez en RNE.
De Bibi Netanyahu quería hablar, pero tampoco es plan empezar a estas horas a empuñar la palabra Soez, sobre todo en este respetable espacio, que tengo el gusto de visitar y en él comentar por primera vez.
Igual no le vendría mal a Bibi y su camarilla una borrachera, y algo más también, a ver si se les quita un poco de mala leche y dejan de j·$”!· (perdón, habíamos quedado que nada de palabras malsonantes).
Un Compostelano (y sin embargo soleado) saludo
Me encanta lo de los hombres de Harrelson en Seat panda…y me recuerda mucho a cuando yo vivo allí. Ese inenarrable mediodía a oscuras que es la Gran Vía (y vías lácteas adyacentes) de madrugada.
Beso.
Joerr, no sabía yo que el día del corpus la gente salía a emborracharse!! Aquí en Inglaterra no hace falta que sea día de nada… Aquí los señores ingleses se desayunan las pintas que da gusto!!! Así van a las 3 de la tarde…. Todos, todos, todos los días me cruzo con un mínimo de 2 y un máximo de 5 borrachos perdíos por la calle. Pero de los que no mantienen el equilibrio, no de los que van “contentos” (De esos muchos más, por supuesto)
Por cierto Ramón, no sé si soy yo, mi ordenador o tú, pero el video no se ve.
Saludos desde un Manchester también sorprendentemente cálido y soleado
Yo recuerdo los “buenos días” de Corpus Cristi. Si hoy la devoción se ha visto desbordada por la borrachera no deja de ser una pena porque eso que se ve es en gran medida lo que también llevamos dentro.
Saludos
Yo tampoco veo el video….
🙁
Ramón: No es Corpus Dei. Es Corpus Christi.