Miguel Gil, cueste lo que cueste
Wednesday, 26 de May de 2010 por Ramón
Hace 10 años murieron Miguel Gil Moreno y Kurt Schork en una emboscada en una carretera de Sierra Leona y parece que desde entonces se nos cayó encima el Periodismo. Ahora todo es pesimismo, crisis económica, escasez de confianza, flaqueo de valores y anuncios (quizá algo prematuros) de la muerte del papel. La supuesta globalización ha generado en estos tiempos de recorte y prudencia una exasperante uniformidad en las noticias y los enfoques. El Roto retrató el problema en una gran viñeta: “No hay menos guerras sino menos periodistas que van a ellas”.
En momentos así, de desesperanza, sobre todo para los jóvenes que aspiran a ser algún día periodistas, es bueno pararse, respirar y reflexionar. Este ejercicio de ensimismamiento es sobre todo de motivación, un truco para poder arrancar la máquina del optimismo.
Cuando se piensa en periodistas como Miguel y en los españoles que murieron después –José Couso, Julio Anguita Parrado y Ricardo Ortega– resulta más fácil encontrar motivos para la lucha, para desplegar una saludable tozudez en la defensa de nuestros sueños.
Siempre habrá periodistas como ellos, gente que cuenta historias contrastadas y veraces, porque siempre habrá personas interesadas en leer, ver o escuchar esas historias sea cual sea su soporte. Es la esperanza fundamental, que siempre haya alguien al otro lado.
Internet democratiza las voces y multiplica las posibilidades de contar noticias. Es una gran ventana laboral para miles de freelance, periodistas que no trabajan para un medio fijo, que se pagan sus gastos y venden su trabajo al mejor postor, si lo hay. El problema para ellos, y para los periodistas en plantilla, es el dinero, financiar un viaje que exige seguros de vida especiales, chalecos antibalas, cascos y hoteles de precios prohibitivos en manos de especuladores. Cubrir una guerra es caro, tener información propia, de primera mano, honesta y fiable cada mañana o cada media hora en la web es caro, muy caro.
Siempre serán necesarios camarógrafos como Miguel Gil y Couso, fotógrafos como Juantxu Rodríguez, Jordi Pujol y Luis Valtueña, periodistas de papel como Julio Fuentes y Julio Anguita y freelances como Ortega. No sé si sus trabajos se verán y leerán en medio clásicos -diarios y revistas de papel o televisiones por TDT, cable o satélite- u otros ya descubiertos o por descubrir, sólo sé que la esencia de este trabajo, la esencia ética de tipos como Miguel Gil, no cambia. Ellos son los herederos de otros muchos -Ernie Pyle, Robert Capa…- en este trabajo que después de todo sólo consiste en ver, escuchar y escribir y pasar el testigo a los que vienen después. Cueste lo que cueste.
Más información en Fundación Miguel Gil Moreno
Tribuna de Gervasio Sánchez: La muerte de un compañero.
El ganador del IX premio Miguel Gil de Periodismo ha sido el gran fotógrafo argentino Walter Astrada.
Cueste lo que cueste. Ahí estaremos, espero. Gracias Ramón.
A veces pienso que he aprendido más y mejor periodismo leyendo tu blog que en 5 años de carrera. Una vez más, gracias
La diferencia entre un idealista y uno cualquiera es que donde el uno cualquiera ve desolación y derrota, el idealista ve que no hay excusas para rendirse. Nunca fue tan necesario escribir poesía -y leerla a gritos- como después de Auschwitz. Nunca agotaremos la pasión de gente como Miguel. Muera la muerte. Seremos mejor que inmortales.
Hola Ramón, no recuerdo la muerte de Miguel Gil, pero sí que usted lo nombró en unas jornadas en la Complutense. El año pasado hice el máster de El País, ahí nos conocimos tras una charla con suscriptores en los pasillos de la redacción, donde algunos le escuchábamos embelesados. Este año he emprendido una solitaria aventura periodística por Latinoamérica, que mis compañeros de promoción conocen bien, y aquí estoy dos meses después, en Guatemala. Es increíble la cantidad de historias que te cuenta la gente a poco que preguntes o solo escuches, algunas de las cuales las llevo a mi blog. Y le quiero dar las gracias de todo corazón porque en un día donde me asaltó un pesimismo repentino, sus palabras me han animado a no tirar la toalla y continuar. Un saludo.
Gracia Ramon por volver a recordar Miguel Gil, ayer estuvo ahi en mi cabeza y con mucha pena por una vida tan llena de ilusion a la que no le dejaron seguir haciendo lo que tan bien sabia.
Un abrazo fuerte Ramon.
“Los actos de los hombres duermen en la memoria de sus amigos” (Tribuna de Gervasio Sánchez)
Recomiendo la lectura de “Los ojos de la guerra”, libro editado por Gervasio Sánchez y Manu Leguineche, en el que un puñado de periodistas que conocieron a Miguel Gil recuerdan al amigo y compañero muerto en Sierra Leona. Miguel vive despierto en nuestra memoria.
También pata gente como yo existen otros paises, donde aprender y que te respeten sin querer que trabajes por la pati-pati.
Fuera siguen pagando gastos, adelantandote dinero, y derechos básicos que en España no se respetan.
Me gusta también el periodismo español. avant querrra civil, los coreesponsales en Londres, en la guerra de Marruecos , y Agustí Centelles, y muchos que han muerto olvidados.
Y un gran recuerdo para Manu Leguineche, por su buen anímo siempre hacia todos, mucha gente no hubiera seguido.
Y una frase que he he leido hoy:= La verdadera revuelta consiste en exigir la felicidad , aqui en vida”. Ibsen
Mientras engordan, como cerdos bien cebaditos, las cuentas de las empresas proveedoras de conexiones ADSL, cada vez más periodistas, músicos, escritores, sobre todo en este país que ha descubierto que masacrar el periodismo, la música y la literatura es “luchar contra el sistema”, tienen que alejarse de la actividad que más aman porque en ella no hay un céntimo que repartir. Toda la pasta, todita, para los gestores y accionistas de Telefónica, Orange, Jazztel… y sus felices accionistas.
Los cauces por los que los beneficios económicos de la actividad periodística, editorial, musical, revertían sobre quien contribuia a generarlos, para que todo pudiese seguir funcionando, y que siguiera incorporándose sangre joven a esos mundos, han sido “hábilmente” desviados hacia los bolsillos de gente como Alierta. ¿Maravilloso, no?
Lo siento, tampoco en esto del periodismo veo nada claro un futuro profesional para hordas de freelancers. Sin el respaldo de un medio que page, y pague dignamente, ese modo de hacer periodismo podría quedar reservado para gente tan sin escrúpulos como los freelancers que hacen prensa “del corazón” o para niños bien a los que papá, ya que no ningún medio de comunicación, pueda costearles el hobby.
Esto es tenebroso y creo que nadie, ni los periodistas, ni los escritores ni la gente de la música deben seguir desfilando hacia el matadero con tanta mansedumbre.
Miguel no ha fallecido, simplemente porque en nuestra memoria siempre estará vivo. Nunca morirá mientras permanezca en nuestro recuerdo. Gracias.
Ramón, en serio, deberías escribir tres o cuatro post diarios, te leo por las mañanas y como siempre me quedo con ganas de más miro 20 veces diarias a ver si has publicado otro!! aunque debo dar gracias a los que comentan porque hacen de tu Blog una página si cabe aún más entretenida! Gracias a todos, hacéis mis días de curro mucho menos monótonos 😀
[…] Cueste lo que cueste http://www.ramonlobo.com/2010/05/26/miguel-gil-cueste-lo-que-cueste/ por Conan888 hace 3 segundos […]
Como siempre, genial. Agridulce me dejas 🙁
Hace tres semanas hice un trabajo sobre los periodistas españoles asesinados desde 1980 hasta 2000. Luis Espinal, Juan Antonio Rodríguez, Jordi Puyol i Puente, Luis Valtueña y Miguel Rico. Descubrí que a muchos ellos les movía un fuerte sentido de la justicia, pero sobre todo, un querer dar voz a los que nunca la tienen, a las víctimas. Hay muchísima desinformación sobre ellos y muchas muertes han quedado impunes. Sólo por Luis Valtueña se realizó una investigación por parte del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu. ¿Quién es Luis Espinal?, ¿sabían que Jordi Puyol i Puente era el primer conflicto que cubría?, ¿o que Luis Valtueña fue a Ruanda como fótografo de Médicos del Mundo y que lo mataron en la misma zona de la Gendarmeria Nacional sin que nadie hiciera nada?
Luis Espinal , periodistas y cura, fue capaz de poner en jaque al gobierno de Bolivia durante 22 días de huelga, un movimiento que arrastró a más 1200 huelgistas. En sus palabras: “No hemos hecho la huelga de hambre tú o yo, ha sido todo el pueblo, hemos sido uno más dentro de la corriente. No he hecho nada extraordinario, era algo que simplemente había que hacer”.
Como decís, debe haber una organozación que APOYE a los periodistas. O correrá el peligro de que cada vez sean menos los que pongan su vida al servicio de la verdad sabiendo que pueden morir.
[…] Gil, que tampoco escapó a la muerte en Sierra Leona, momento a partir del cual, según Lobo, «parece que se nos cayó encima el Periodismo». En Irak, José Couso tampoco se libró de los misiles intencionados del ejército estadounidense; […]
[…] morir, la muerte del periodista Miguel Gil fue, sin duda, un gran mazazo para muchos de ellos, sobre dicho suceso Ramón Lobo escribió en su su blog: “Hace 10 años murieron Miguel Gil Moreno y Kurt Schork en una emboscada en una carretera de […]