Tres matrimonios en uno o menos
Monday, 10 de May de 2010 por Ramón
“Hay tres matrimonios [parejas] en la vida”, me dijo un amigo estadounidense hace 20 años: “El primero es por amor, el segundo es por interés y el tercero por compañía. Si tienes mucha suerte tendrás los tres con la misma persona”. No sé si será cierto porque nunca pasé de la primera pareja, y ahí insisto una y otra vez. Me gusta enamorarme, tengo pocos intereses económicos, más allá del deseo de éxito a la empresa en la que trabajo, y la compañía está asegurada y al por mayor en el asilo, donde pasaré unos buenos años junto a Bru Rovira, que ya se ha hecho con un mando a distancia multibandas, esencial para una vejez tranquila y sin programas basura.
La vida es aprender de los errores, y yo acumulo tantos en este terreno que el aprendizaje lleva más tiempo del previsto. El enamoramiento se acaba; estar enamorado es una enfermedad, un desequilibrio químico muy agradable y pasajero que le sustituye un estado de amor mucho más sólido -maduro, es cierto- en el que una pareja puede alcanzar el bienestar mutuo y ser feliz. Las personas no son cosas, sino seres vivos que sienten y se modifican y es en ese avanzar donde se producen los desajustes, cuando uno avanza hacia el este, pongamos por caso, y otro al oeste. Es necesario una sincronización constante de los relojes vitales. Se llama complicidad y yo la he tenido.
Nos educan en roles equivocados: hombre = máster del universo o similar; mujer = dependiente, príncipe azul y esas tonterías. El progreso es además de inventar el horno microondas, modificar esa sandez. Las parejas que se forman entre dos personas que aspirar a triunfar en su profesión son complejas. Conozco a muchas en las que él o ella han aceptado un papel secundario (temporal o no). Cuando se produce la competencia, un pecado de juventud, afecta a la estabilidad de la pareja. En las relaciones en las que ella es la parte subalterna la situación es peor e injusta. Supongo que el éxito se logra con mucho respeto y amor, por supuesto, porque el amor es la esencia del respeto. Nunca he tenido este problema con mis parejas. Fuimos un equipo mientras duró.
En mi caso no he sabido encontrar las herramientas adecuadas para navegar y mantener un rumbo común pese a las excelentes oportunidades (personas) que he tenido (coincidido) . Sé que la culpa es mía, de mis averías. Todos estamos un poco averiados y ése que grita “¡yo no!” es el peor porque ni siquiera lo sabe. Sincronizar las averías es otra tarea esencial para lograr el éxito.
De los anteriores post se podría desprender que no creo en el amor, que estoy incapacitado para sentirlo o darlo. Hay amigas que opinas que lo estoy. No estoy de acuerdo, creo tanto en él que es el motor de casi todo, de mi trabajo, por ejemplo, de mi respeto al Otro, de mis peleas con mis jefes (amores imposibles), etcétera. Trato de aprender en y con cada persona y estoy seguro de que iré mejorando con (mucha) paciencia, dedicación y lo que es esencial más allá del talento, la suerte, la maldita suerte. Es decir: la perfecta combinación de persona, momento vital y lugar.
Como dijo Galileo Galilei ante el cardenal Berlamino: “Y sin embargo se mueve”. Espero que sí.
Los mercados hundiéndose y levantándose al rato, el CIS dando titulares con enjundia, ¡por no mencionar esos sustos del Rey! Y tu, Ramón, hablando de amores y compatibilidad de caracteres y formas de encajarlos. Cómo se nota que sabes cuáles son las cosas importantes de la vida.
El día que nos importe más lo que pasa fuera que lo que nos pasa dentro, ese día, sí que podremos darlo todo por perdido. Mientras, cosas vendrán que nos harán mejores. Salud!
Me identifico por completo! No sé cómo hacerlo mejor.
Terminamos siendo producto de eventos “azarosos”, de lo que vivimos, de los defectos genéticos asignados, de la tolerancia a la felicidad y a la frustración y si a pesar de todo esto tenemos suerte muchaaaaa suerte seguiremos buscando……….”Y sin embargo se mueve”
Creo que he llagado a un punto de mi vida, y desde hace tiempo, en que ya no le doy tanto valor a las relaciones de pareja (“las uvas están verdes” quizá sea eso), pero cuando he leido este post, de una persona que se ha declarado lobo solitario a ultranza en varios post anteriores (que vaya racha llevas Lobo) se me remueve algo por dentro y reflexiono sobre mi decisión, pero me dura poco, vuelvo enseguida a mi realidad (buscada o accidental, no lo se del todo). No me lo puedo permitir, me he entregado ya lo suficiente y con tan malos resultados que rehuyo cada vez que tengo cerca el anzuelo (para deseperación de mis celestinas).
Ay, me encanta
Y sin embargo
y el quinto?.
Le exigimos demasiado a la vida. No podemos estar las 24 horas de los 365 días del año enamorados. Esa intensidad no la soportaría ni un elefante. Ponemos demasiado alto el listón de las relaciones y nos hacemos muchas “pajas mentales” con ella. Algunos quieren estar siempre al 100% x100%, y cuando un día está al 98% se desploma.
Como comentaba ayer, el problema somos nosotros, no el que nos acompaña, por llenar nuestras cabecitas de situaciones que sólo ocurren en las películas. Es falso -al menos yo no lo creo así- que después de 20, 30 años de unión siga habiendo amor, pero en cambio, se crea un estado, mucho más positivo y solidario, al que llamaré “cariño” para que nos entendamos, que es más efectivo que cualquiera de los síntomas que en nuestros sueños anhelamos.
Cuando los males de la pareja que tenemos sentada al lado te duelan como si te hicieras un corte en el dedo o te dieras un golpe en el codo, entonces es cuando se ha logrado la simbiosis de la pareja.
¿Que el cariño no es amor? Opino que es un estado superior, más complejo, menos egoista y sensato. En esta fase importa más lo que das que lo que esperas recibir y por lo tanto, es más solidario y perfecto. El problema, es llegar a alcanzarlo y depende esencialmente de nosotros. Dejemos de culpar de una maldita vez al contrario.
Un saludo.
Un saludo
Que dificil es estar solo, y tambien, que dificil es estar acompanado.
Es cierto que en el camino se va aprendiendo, pero todo este aprendizaje a donde nos lleva? Cada vez la carga se va haciendo mas pesada, y muchas veces tendemos a llenarnos de amargura, y el resultado es una vejez, llena de experiencias, pero la mayor parte de las veces, rodeada de la palabra “amarga”.
Si pudiera pedir algo, pediria encontrar un amigo o amiga, con quien poder sintonizar en estos lejanos lares, asi tendria mas probabilidades de llegar a la vejez con arrugas hacia arriba (por la sonrisa).
No hablo de pareja porque ya la tengo, aunque yo vaya hacia el sur y el hacia el norte. Es algo que tengo hace muchos agnos, quizas por cobardia, inercia, o simplemente por no saber encontrar una salida.
Un saludo cordial.
A veces la persona, el momento vital y el lugar no combinan. Y sin embargo la bendita suerte permite que te enamores. Es un momento mágico, único e irrepetible. En el que gozas con los cinco sentidos a flor de piel. Como la primera vez. Es ese momento del amor en el que la única victoria es la huída, como diría Napoleón. Y sin embargo te quedas, y te abrasas y pierdes. Pero, por Dios, que merece la pena. De aquí a Lima. 🙂
Estévez, fue Napoléon o Monty el que dijo eso? En todo caso, me ha encantado tu comentario. Cualquier día te lo copio y te cito.
Por muy que te enamores, y por muy maravilloso que sea ese primer momento ¿de verdad merece la pena si no eres correspondido?, ¿si estás avocado al fracaso?. Para mí a estas alturas no.
…hace un minuto acabé de leer Isla África, Isla Lobo.
No es hora aún de marchar al asilo, ánimo
todos estamos averiados, es verdad.
y muchas veces… ¡benditas averías que son las que nos hacen tirar para delante! si estuviesemos totalmente cuerdos, totalmente equilibrados no nos meteríamos en muchos de los berenjenales en que nos metemos.
me alegra leer que no has desistido, ramón.
Si los periódicos publicaran cosas como éstas, seguro que echábamos algunos ratos en el bar o en el café comentando. Lástima que sólo surjan en la red, donde el consumo es siempre individual e íntimo. Digo
¡Me encantan estos últimos post!, el amor, como el ser humano es inconformista y contradictorio pero la vida sin el pierde todo el sentido, creo. Como dice Benedetti:
VICEVERSA
Tengo miedo de verte / necesidad de verte /esperanza de verte / desazones de verte
tengo ganas de hallarte / preocupación de hallarte / certidumbre de hallarte / pobres dudas de hallarte
tengo urgencia de oírte / alegría de oírte / buena suerte de oírte
y temores de oírte
o sea / resumiendo / estoy jodido / y radiante / quizá más lo primero / que lo segundo / y también / viceversa.
TÁCTICA y ESTRATEGIA
Mi táctica es / mirarte / aprender como sos / quererte como sos
mi táctica es / hablarte / y escucharte / construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es / quedarme en tu recuerdo / no sé cómo ni sé
con qué pretexto / pero quedarme en vos
mi táctica es / ser franco / y saber que sos franca / y que no nos vendamos / simulacros
para que entre los dos / no haya telón / ni abismos
mi estrategia es / en cambio / más profunda y más / simple
mi estrategia es / que un día cualquiera / no sé cómo ni sé
con qué pretexto / por fin me necesites
Luego vuelvo, aprendo mucho con vuestros comentarios. Un abrazo, Montse
ojo con tachar lo natural como “sandez”
los roles se producen por algo, gusten o no, y deban alterarse o no, pero si fueran una mera sandez no se sostendrían, además de que nos dejarían una sensación irracional de impotencia
Cecilia: según los libros de citas célebres consultados, fue Napoleón quien dijo que en el amor la única victoria es la huída. Y, por favor, copiame incluso aunque no me cites. Hace mucho que nadie me copia.
Montse: conocía el poema de Benedetti sobre Táctica y Estrategia, pero no Viceversa. Gracias, me ha encantado.
Por fin somos capaces de hablar de algo más allá de los mercados, de los líderes, del Rey y de los chorizos. Me ha encantado el post, Ramón, y he disfrutado los comentarios. Pero no olvidemos que no somos culpables sino responsables, que es mucho más llevadero. El amor es un invento tardío ya que es únicamente química. Eso si, ¡qué química! Me encanta estar enamorada y seguir creyendo que existe, no el príncipe azul, pero si LA PERSONA. Esperemos que ya que hemos creado un mundo virtual en el que nadamos como peces en el mar, lo de la residencia no sea necesario y hayamos inventado otro sistema que ese me da un poco de grima.
Vicente Ramos, no te desanimes. Hay tanta gente que te necesita…!
Besos amorosos a todos
“Nos educan en roles equivocados: hombre = máster del universo o similar; mujer = dependiente, príncipe azul y esas tonterías. El progreso es además de inventar el horno microondas, modificar esa sandez”, totalmente de acuerdo, Ramón, claro que es una sandez. ¿Y ahora me vienen con que es natural? En el ser humano casi todo es cultural: por eso no hay periodo de celo, existe el suicidio, el consumo de drogas, el celibato… cosas totalmente antinaturales pero humanas demasiado humanas.
Es una sandez y acabar con ella nos haría mucho bien a todas las personas: hombres y mujeres.
Ya tenemos una residencia virtual donde nos hacemos compañía sin necesidad de llegar a viejos.
Abrazos, Montse
Estevez: tienes razón, como no podía ser menos. Lo que dijo fue, al parecer, “ante el amor de las mujeres la única estrategia es la huida”. Y Monty dijo aquello de “una retirada a tiempo es una victoria”. De ahi mi confusión. Te copiaré y no me creo por un instante que nadie te copie hace tiempo.
Montse yo tampoco conocía Viceversa. Gracias
Besos a todos, este asilo es mejor que los de Espe
Yo siempre he pensado, que, pasado el momento de euforia inicial, que el amor es un poco como aquella canción de Sabina: “De sobra sabes que eres la primera, y no miento si juro que daría por ti la vida entera… y sin embargo un rata cada dia, ya ves…, te engañaría con cualquiera, te cambiaria por cualquiera”… No politicamente correcto reconocerlo pero, reconozcámoslo, nos pasamos la vida entera intentando entender nuestras contradicciones y no lo terminamos de conseguir… ¿cómo iba a ser sencillo vivir con todas las del otro? La parte buena es que, dicen por ahi, que a veces llega a merecer la pena esa esquizofrenia… Ánimo, mr. Lobo, que se le ve tristón.
Tienes razón, Aurora. Afortunadamente. Si no fuera por que somos contradictorios y esquizofrénicos nuestra vida amorosa sería predecible, cuadriculada, desapasionada. Solo existirían los amantes oficiales.
Cecilia, los dos teníamos razon. Gracias por tus piropos 🙂
Silvia: no entiendo que es eso de LA PERSONA, con mayúsculas.
Vicente Ramos: Prueba a sonreir y a ser tú mismo, como Woody Allen en “Sueños de seductor”. Y si no, invéntate historias de amor con tu vecina de mesa del restaurante, como Ramón.
Por cierto Lobo, ¿Para cuando un post sobre sexo?
Estévez: LA PERSONA. Me refiero a que creo que existe una persona, esa, destinada a compartir contigo la vida. Es, existe, está… lo difícil es encontarla o, si la encuentras, que esté esperándote.
Silvia: como te has tomado la molestia de contestar, te regalo un poema de Luis García Montero.
“Si alguna vez la vida te maltrata
Acuérdate de mí,
Que no puede cansarse de esperar
Aquel que no se cansa de quererte”.
.
¡Aupa atleti! (A mí también me gusta el futbol, Ramón, pero me interesa más el debate sobre la química y la física).
Me queda mucho por aprender….
Ánimo
Recordar sin desgarro ni melancolía, suave y armoniosamente, las cosas agradables que te hayan sucedido este año, como quien sale al huerto de atrás a recoger los frutos que ha dado cada estación, puede ser un ejercicio necesario de supervivencia cuando todo parece que se desmorona a tu alrededor. No pasa nada por ponerse tierno alguna vez. Al fin y al cabo a Bogart se le perdonó que se emocionara al oír de nuevo el piano de Sam. Pese a todo, no se te habrán negado ciertos momentos de felicidad en medio de la ruina general. El placer de la lectura de un libro apasionante durante una convalecencia te recordó aquellos días de la niñez en que el sopor de la fiebre se llenaba de piratas y aventureros. Seguramente habrá habido también este año algunas mañanas de primavera en que te has sentido feliz sin saber por qué, tal vez porque te bastaba con que el sol estuviera en la ventana para salir a pasear y que te obedeciera tu perro. Tampoco habrás olvidado el viaje que hiciste durante el verano. Abriste el mapa, señalaste un punto azul y de la yema del dedo surgió una ciudad, una isla, una playa unida al nombre de una amiga, de un compañero, de un viejo o nuevo amor con el que te pusiste en camino. Dulces fueron aquellas tardes en que la discusión acalorada se estableció en torno a una copa sobre el tema que no importaba nada, salvo el gusto por llevar la contraria para demostrar que te sentías vivo y en plena forma con toda la inteligencia bombeando sangre en las sienes y después sucedía el silencio con un poco de música en la que siempre estabas de acuerdo. Probablemente habrán sucedido algunos desastres en tu vida. El puesto de trabajo sigue estando en el aire, te han rechazado algunos proyectos en los que te habías embarcado, la desconfianza que genera la crisis ha terminado por calarte los huesos y parece que en el horizonte se ha instalado un muro que no vas a poder saltar. Pero la vida es como un concierto de Mozart en que las malas noticias hay que recibirlas en el interludio. Cualquier golpe duro en ese momento puede ser diluido en la memoria con el movimiento más excelso de la partitura que has oído y después quedará la segunda parte para que un solo de clarinete te haga olvidar por un instante cualquier desgracia. Manuel Vicent
Me gusta tu artículo reflexión, ojalá tengamos la capacidad de aprender de nuestros errores, de disfrutar de nuestros amores y de enamorar y que nos enamoren.
Estoy contigo Ramon,uno el norte y otro al sur,53 años con la misma pareja,si se respeta el espacio de cada uno todo funciona bien,pero voy a ser sincera envidio a los (las) solteras