El humor, los límites y la inteligencia
Friday, 30 de April de 2010 por Ramón
Matt Stone y Trey Parker, creadores de South Park, una de las series de dibujos animados más inteligentes que se emiten en televisión, tienen problemas. En uno de los últimos capítulos hicieron una parodia de Mahoma que provocó que ambos recibieran amenazas de muerte de grupos radicales, con recordatorios al asesinato del director de cine holandés Theo Van Gogh. Días después, desde una serie rival, la histórica Los Simpson, les hacían un guiño de solidaridad.
El caso recuerda un poco a la crisis de las viñetas y el debate sobre los límites de la libertad de expresión- ¿Hay territorios protegidos? ¿Es la religión uno de ellos? No es sólo un asunto de risas, también lo es de información. Escribir sobre la Camorra, por ejemplo, le ha costado a Saviano una vida normal.
Interesante este vídeo sobre el 200 episodio de South Park en el que hablan sus creadores:
Aparte los casos extremos a los que Lobo alude (la Camorra con Savinio y la intocabilidad de los símbolos musulmanes), me preocupa una realidad mucho más doméstica y frecuente.
Es el verdadero linchamiento al que puede ser sometido cualquier personaje público en este país por expresar opiniones a contracorriente, políticamente incorrectas o ajenas al sentir “mayoritario”.
Hace poco recibí a través del facebook no menos de tres comunicaciones relativas al modista gallego Adolfo Domínguez. Eran llamamientos al boicot a su actividad profesional, envueltos en términos bastante gruesos y ofensivos. El motivo es que, al parecer, esta persona había hecho unas declaraciones muy explícitas en favor del despido libre. Me parece menos que secundario que uno coincida o no con las tesis de Domínguez (en mi caso no hay coincidencia), pero sí me gustaría vivir en una sociedad en la que se pudieran decir esas y otras enormidades sin riesgo de suponer un pronunciamiento personal “antipático” el comienzo de la absoluta ruina del crédito profesional de quien osa navegar en la incorrección. Naturalmente en todo hay grados. Creo que si Domínguez se hubiera declarado neonazi o partidario del exterminio de las señoras que quedan con otras señoras “para ir a andar”, aplaudiría hasta con las orejas que se le empezase a considerar como un apestado. Pero lo único que ha manifestado Domínguez es que la legislación laboral le parece rígida y que le gustaría disponer de un margen de maniobra más amplio (bueno, en el caso de Domínguez mucho más amplio) para decidir cómo y cuando puede “divorciarse” de personas a las que ha contratado y cuyas prestaciones no le satisfagan.
Con cierta frecuencia hablo con músicos sobre la situación generada en su ámbito profesional por la disponibilidad gratuita de material que se supone amparado por derechos de propiedad intelectual e industrial. Se cuidarían mucho, pero mucho, de que las opiniones que expresan en privado sobre el asunto trascendieran y fueran divulgadas. Es una perspectiva que, literalmente, les aterroriza. Se piense lo que se piense de la SGAE (y yo pienso mal), cualquier músico que en este país se pronuncie con cierta contundencia en la defensa de esos derechos elementales que (en teoría) le amparan legalmente, sabe que, en el mejor de los casos, puede contar con que le abran una veintena de sitios en internet para proponerle, como mínimo, ir a luchar contra la piratería en Somalia.
Y ya no entro en la que le espera a cualquier individuo de cierta notoriedad pública que tome partido, abiertamente, por una postura política (por cualquiera, a derecha o a izquierda).
No estaremos en una democracia normal en tanto la expresión libre del pensamiento esté mediatizada por la certidumbre de las terribles consecuencias que puede tener el ejercicio de un derecho tan elemental.
Un saludo Ramón,
al hilo de este debate sobre el capítulo de South Park, encontré en un agregador de noticias norteamericano una inquietante información. En un blog algo conspiranoico se comenta que han descubierto que el responsable de las amenazas de muerte es un ex-colono israelí y que las actuaciones de la página web donde se publicaron las amenazas van siempre orientadas a decir exactamente lo necesario para que los americanos odien a todos los musulmanes. No he sido capaz de verificar los detalles.
http://willyloman.wordpress.com/2010/04/23/the-radical-muslim-group-the-threatened-south-park-creators-was-run-by-joseph-cohen-a-former-israeli-radical-who-used-to-live-in-a-settlement-in-the-west-bank/
Mi sugerencia para el finde esgeorge Thorogood, para darse energia ” bad to the bone”, o ” I drink alone”. Esto también es de la llamada America profunda y nada que ver con otras cosas que salen tan mal parados y entendidos.
Igual le paso a Salman Rushdie con su libro los versos Satánicos, un grupo musulmán empezó a amenazarlo y se tuvo que esconder. Con esos temas no se juegan, esa gente es muy fanática
La intolerancia de las religiones es tremenda, y seguro que aquí a los dirigentes de la conferencia episcopal ya les gustaría poder hacer lo mismo, seguro.
South Park me parece una de las mejores series para adultos que hay en la actualidad.
Lamentablemente religión, cada vez más, va asociada a fanatismo. Parece que Dios (el que sea) no entiende de libertad de expresión; y no hay que irse al Islam más radical para encontrar intolerancia. Hace unos meses (bueno, casi dos años ya) los voceros de Roma clamaban ante la ofensa que les suponía la emisión de un programa de la Sexta (Salvados por la Iglesia; aquí está su diatriba al completo: http://www.hazteoir.org/node/12486). Vale, ellos enarbolaban el código penal y exigían la actuación de la justicia en lugar de apostar por el homicidio o el linchamiento pero creo que, en el fondo, a unos y a otros los mueve la misma intolerancia.
Alfonso me alegro de leer reflexiones como la tuya.
En cualquier espacio de la vida hay muchas personas que no entienden que disentir es un ejercicio de lo mas sano, y que cuando se quedan sin argumentos (o peor, cuando les das argumentos contrarios) se decantan por la agresión, sea del tipo que sea.
En otro post de este mismo blog decía que me gustaría saber que entienden muchas personas por tolerancia… porque quizás es eso lo que falla, que no acabamos de entender muy bien que se puede discrepar, incluso discutir, pero respetando que cada uno de nosotros tiene una opinión propia, y que nada hace la nuestra mas importante que la de los demás.
Al hilo de South Park, en mi opinión hay un grave problema, y no es tanto de fanatismo (en este es fácil estar de acuerdo) sino en utilizar símbolos que para otros son importantes para la broma y la chanza.
Yo no soy creyente, pero entiendo que para muchas personas, la religión, los símbolos y las liturgias forman parte de su vida, y una parte importante en la que no se admite el humor… no estaría de mas preguntarnos por qué damos prioridad a la libertad de expresión cuando se trata de ofender al prójimo en vez de darle prioridad al respeto.
La linea que separa el humor inteligente de la provocación zafia es tan fina…
El problema de los nazis de todo signo (sea religioso, económico, o literal) es su carencia de sentido del humor. Es lo que hace que les importen tanto cosas que en el fondo no tienen ninguna importancia.