Cualquiera puede ser un etarra
Saturday, 20 de March de 2010 por Ramón
Nos hemos equivocado todos los periódicos (también televisiones y radios): los supuestos etarras filmados en Francia eran bomberos catalanes de vacaciones. El fallo es, ante todo, policial. Cuando dos policías de la experiencia de la francesa y la española dan por buenas unas imágenes y las distribuyen el periodista lo único que puede hacer, además de consultar sus fuentes, es añadir todo tipo de cautelas: “los presuntos”, “según el vídeo suministrado por…”. Una enseñanza de este caso: nunca conviene ir más allá de estas precauciones aunque el titular peque de timorato frente a la competencia.
Este fallo colectivo debería obligarnos a revisar procedimientos y recordar que el periodista jamás debe dar por bueno todo lo que llega por vía oficial, que nuestro trabajo es dudar siempre del poder, sea político, económico o cultural… Incluye a las ruedas de prensa reales y a las falsas vestidas de declaraciones institucionales de gobiernos centrales y autonómicos, ayuntamientos y empresas que llenan miles de páginas y metrajes de vídeo. Pero ¿qué hacer cuándo una policía experta en la lucha contra el terrorismo da la lista de los etarras más buscados?
Leo que algunos compañeros se rasgan las vestiduras en algunos blogs y más que se rasgarán hoy en determinadas columnas de opinión y en las tertulias de radio, tan dadas a la exageración. Hay un dicho castellano (escribo castellano por deferencia al Parlament que anda estos días ocupado en cosas transcendentales para Catalunya): “A toro pasado, todos toreros”.
Los que sobre todo deben revistar procedimientos informativos son las policías francesa y española, de donde procede el error. También deben pedir disculpas a los bomberos, a los medios de comunicación y la población en general y explicar cómo se produjo. ¿Es cierto que se dio credibilidad a la declaración interesada del etarra detenido?
En nuestro descargo puedo decir que las redacciones echaron humo en la madrugada del sábado comprobando la verosimilitud de las primeras informaciones, vía TV3 (que sorprendentemente no las reflejó en su página web) de que la Generalitat, alertada por los familiares de los afectados, decía que eran bomberos. Los compañeros de España de mi periódico trabajaron a contrarreloj para lograr una segunda edición y una página web sin errores. Lo que nadie cuenta es el orden de rectificación: El País fue el primero y bastante tiempo después, EFE, La Vanguardia, Europa Press y El Mundo. En el caso del otro delincuente errado, el Osama bin Llamazares del FBI hay que admitir que El Mundo fue el primero y todos los que le siguieron no le dieron el crédito de la primicia.
Ser honestos con el lector y caballeros con la competencia es un valor que hemos perdido. Inmersos en la batalla en Internet y de la rentabilidad en todos los soportes (¿se dice así?), el prestigio de las cabeceras y de los que trabajamos en ellas siguen siendo las mejores armas para sobrevivir en estos complejos tiempos de mudanza. Quien las desprecie, morirá.
Ramón, ¿en verdad este problema es sólo una cuestión de quién ha sido mejor periodista? Yo veo que el problema es que a 5 muchachos se les ha puesto en el punto de mira de una policía dolida por el asesinato de un compañero, y ya sabemos a dónde podría haber llegado el asunto si los hubieran visto por las calles de París. No se debería distraer la atención entre rivalidades editoriales.
Te traslado la misma respuesta que en Facebook, Vicente: “Lo trato desde el ángulo periodístico porque soy periodista. Supongo que otros darán con mejores ángulos”.
Nunca antes la humanidad había dispuesto de tanta información como ahora… Y sin embargo, en ningún momento de la historia el concepto de verdad había estado tan devaluado…
http://www.cuartopoder.es/casidesnuda/tanta-informacion-para-nada/45
Sl2
Es terrible que los periodistas no dudaran. Lo publicaron sin consultar, sin contrastar. Fue un juicio directo. Un error tremendo. Pero peor me parece la reacción de hoy en las portadas de los periódicos. Ninguno habla de error. Deberían haber abierto a todo tren reconociendo que se equivocaron, pero no, ninguno lo hace. El País, por ejemplo, lleva un mini titular, discreto. También la foto de los pobres bomberos es bien pequeña. Hoy no quieren que se les va la cara… Un poquito de humildad y de autocrítica.
Ahora le echan la culpa al etarra detenido y a otra cosa. Lo q me pareció significativo fueron las palabras de estos bomberos diciendo: “nos trataron como etarras y nuestras familias estaban preocupadas porque nos podían haber hecho cualquier cosa”. tremenda la confianza del ciudadano medio en la presunción de inocencia, casi tanta como la de los medios.
a una escala más discreta, esto se repite con cada redada de detenciones en el país vasco y navarra. detienen a decenas de personas y se dan sus nombres y apellidos. luego una buena parte queda libre, pero sus nombres ya han sido publicados sin ningún problema.
Lo terrible es la situación en general en la que están los medios de comunicación y lo fácil que es para algunos jefes colgarse las medallas antes de tiempo. Sí, fue un error. Un error que evidentemente vino de la propia policía francesa y española que creyeron lo que el presunto etarra detenido les decía en sus confesiones. Pero a los medios les cuesta rectificar y disculparse del mismo modo que los jefes no entienden ni de discupas ni de humildad. Se pasa del “porque lo digo yo, que soy el jefe” a “¿a quién le paso yo esta cagada mía?” con una facilidad pasmosa… Sí, la humildad y la autocrítica brilla por su ausencia. Y los periodistas se han acostumbrado a creer con demasiada frecuencia al ejecutivo de turno que les informa o a redactar raudos y veloces las frases que los jefes declaman… Pero ¿qué quieres? ¿Sabes lo que pasa con los periodistas que dudan de sus “jefes”? ¿Sabes qué ocurre con esa redactora que cuestiona al director de turno que valora la importancia de las noticias en función de la curva de audiencia? Que se quedan en un rincón de la redacción sin hacer nada, sometidos, humillados y hasta agredidos profesionalmente… Sólo tienes que darte una vuelta por cualquier redacción que conozcas.
Estos errores sirven para debatir, sacar conclusiones y mejorar. El párrafo final de Lobo es insuperable. ¿Cuántos valores nos hemos dejado en el camino del Periodismo?
Si seguimos haciendo lo que quieren los poderosos, los periodistas acabaremos siendo maquinas de escribir en función de lo que quiere el interesado de turno. No quiero quedar en una esquina de ninguna redacción pero me niego a ser palmero ni voz de ningún poderoso.
La presunción de inocencia es una ficción. Ni se plantea siquiera en cualquier tema que se defina desde el poder como “entorno de ETA”. Lo que a estos bomberos les ha sorprendido tanto “ni siquiera éramos presuntos” pasa muy a menudo y menos mal que no eran vascos porque cinco jóvenes vascos en ese momento y en ese lugar, por muy escaladores y bomberos que fueran lo habrían pasado mal.
Con este recorte de libertades perdemos todos. Lo de dudar del poder y las cautelas periodísticas debería ser obligatorio en la profesión, pero no lo es.
Ramón, soy catalana (como los bomberos, angelitos míos). Mira por dónde me ha resultado tan hiriente tu frase “Hay un dicho castellano (escribo castellano por deferencia al Parlament que anda estos días ocupado en cosas transcendentales para Catalunya). A toro pasado, todos toreros”, que en lugar de comentar tu tema quiero dejar constancia que si se ha debatido sobre los toros ha sido por una iniciativa popular, no del Parlament, y que en esta ocasión se han dicho cosas más interesantes que en la inmensa mayoría de las sesiones del Congreso ESPAÑOL (por deferencia al Congreso y a ti).
Anda que los debates (?) entre Zapatero y Rajoy interesan mucho excepto a sus fans (o a los periodistas, especialmente a los madrileños). O lo que se dice en esa cámara inane que es el Senado, en la que sólo faltaba Leire Pajín para clamar por su cierre inmediato.
La verdad es que es muy difícil, por no decir imposible, cuestionar una fuente oficial en una situación como ésta. Creo que hay, una vez demostrado el error, hay que aclararlo con contundentes titulares y explicar hasta el más mínimo detalle cómo y por qué se produjo y las consecuencias que ha tenido en este caso para los bomberos. No sólo así el medio se excusa, sino que además rehabilita la dañada imagen de las víctimas del error y deja en su sitio a una administración culpable y poco cuidadosa.
Por cierto, Ramón, me gusta tanto tu blog, que aprovecho para linkarlo al mío.
Completamente de acuerdo con Celia Blanco salvo por una cosa: si nosotros mismos, los periodistas (y no os digo nada de “las” periodistas, pero eso ya es otra historia, y muy larga además) , interiorizamos el miedo que nos quieren dar nuestros jefes, aviados vamos. Aunque el artículo lleve nuestra firma, qué importa si después nos echan la culpa a nosotros para no quedársela ellos? Piensas que es así sólo en el mundo del periodismo? Lo hacen todos los malos jefes de todas las empresas, porque la mayoría ha llegado donde está a base de ganarse la confianza (de no darles problemas, digo) de sus superiores, importándoles un bledo sus compañeros o sus subalternos si ya tenían cargo previo. Pero de ahí a tenerles miedo de verdad, del que se instala en uno, del que te crees… Ah, no! Por favor, que nadie se deje arrastrar por ello. No hace falta rebelarse, ni ponerse maleducado. Si se puede, se intenta razonar con ellos, mejor en privado y en voz baja, para no ponerlos en evidencia (cosa que llevan peor que tú y que yo, te lo aseguro). Y si no, pues se acepta la culpa ajena con buena cara. Y si te ponen a hacer chorradas sin importancia, mejor hacerlas con alegría a que vean que han conseguido arruinarte la vida.
Sobre dar el error con titulares pequeños y sin dicha palabra, error, bueno, no veo más que ingenuidad y falta de elegancia. Si, total, los lectores no son tontos, y aunque tengan que buscar la noticia en la sección de clasificados, va a ser la que más se lean.
Pero últimamente parece que de tanto teorizar sobre el interés del lector, se están olvidando del lector mismo. Bueno, y de las lectoras no hablamos, porque eso da para otra historia!
Esta falta de escrupulos a la hora de publicar noticias,y el cuidar los pequeños detalles como es la presuncion de inocencia viene de lejos, y sobre todo se nota en las noticias internacionales, el dar por noticias comunicados o publicaciones oficiales de los gobiernos, ejercitos o policias extranjeras, sin apenas dudar su parcialidad es brutal sobretodo en las noticias que cruzan el charco.
Ningun medio español se salva, desde la rancia derecha hasta el escoramiento brutal hacia la derecha de los medios de pria, sobre todo en lo referente a america latina.
No hay mas que ver sobre lo que se publica y lo que no, y como se publica, la informacion que viene de Colombia.
Pienso que la perdida en la venta de periodicos en parte viene provocada por eso.
Saludos!
[…] o económico) cometen errores, y siendo cómplices de ellos. Qué falta hace la autocrítica, no demasiado común en los medios y nula en la clase política, que ya ni ruedas de prensa decentes […]