Dos historias de miedo y una canción
Thursday, 4 de February de 2010 por Ramón
Un hombre decidió ser ermitaño para encontrarse a sí mismo. Caminó por el campo y al atardecer buscó una cueva en la que protegerse. Le preocupaba dormir al raso y ser devorado por un animal. Encontró una vacía. Le pareció perfecta de tamaño y segura. Se acomodó al fondo y encendió el candil. Al iluminar el espacio descubrió una cobra delante de él, erguida y lista para atacar. Sintió pánico pero no podía defenderse ni huir. Cualquier gesto equivaldría a una muerte segura. Sin escapatoria sólo tenía una opción: vivir su miedo. Se quedó inmóvil mientras que observaba a una cobra tan quieta como él. Pasaron las horas hasta el calor del sol en la cara le despertó. Miro en la cueva y no encontró rastro de la serpiente ni del miedo.
Un profesor de 50 años recibe tras un reconocimiento médico rutinario la noticia de que le quedan tres meses de vida. Tiene un tumor cerebral no operable. De regreso a su casa se arroja en la cama y comienza a llorar. Tras varios días de depresión y rabia comprende que tiene ante sí dos opciones: ser desgraciado y morir en tres meses o ser feliz y disfrutar de la vida antes de morir en tres meses.
Todos los miedos son proyecciones de una impaciencia. Quizá el primer paso sea comprender que no existe un futuro sino muchos y que en todos ellos tenemos la posibilidad de elegir la actitud con que deseamos vivirlos.
Me gusta esta canción cuando lucho contra el temor de un futuro que no existe y me encanta la interpretación de Annie Lennox: Many Rivers To Cross.
Provocadora reflexión. Y magnífica Annie Lennox. Gracias
Ramó, me alegra tu optimismo para encarar las dificultades, o tus honrados consejos para que el edificio no se derrumbe, pero por lo que no paso es por oir más, una y mil veces, la historia tan hermosa, que de tanto repetirse, se convertirá en dogma, de lo furte que hay que ser para vivir con un cáncer, que puede ser hasta romántico y bello, y hasta digno de un “prota” de película. El cáncer te aniquila desde el primer día que te comunican que lo llevas dentro y, por más esfuerzos que hagas, te tiene siempre tumbado sobre la lona. Quien lo ha vivido de cerca sabe lo falso que es la teoria de del superhombre. Sigues viviendo porque no tienes más remedio, pero como un muerto. Saludos.
Te felicito Ramón por el post, un buen ejemplo del poder de las palabras, de su efecto efecto vitamínico para afrontar los miedos. Gracias
Sin duda son las actitudes que tomamos ante los retos las que marcan nuestros caminos, me ha gustado mucho su reflexión:
“Todos los miedos son proyecciones de una impaciencia. Quizá el primer paso sea comprender que no existe un futuro sino muchos y que en todos ellos tenemos la posibilidad de elegir la actitud con que deseamos vivirlos”.
para reflexionar
Aunque los arreglos son un poco pasteurizados (puritito años ochenta, amigos), propongo otra versión estremecedora de la fantástica canción de Jimmy Cliff, a cargo de Oleta Adams, ¡vozarrón!
http://www.youtube.com/watch?v=8fEqMl1lJx8
Ramón, estás a un paso de que tu blog lo cataloguemos en “auto-ayuda”.
Pues gracias Rosa J. C. Pensaba que lo flipaba. ¿ Ramón has mezclado las bebidas o algo?
Perdon por la expresión pero es para decir: ” ¡Joder que flipe!”
Ramón, me ha encantado tu escrito, pocos pueden escribir sobre lo que quieren con tanta belleza y versatilidad. Supongo que no debe ser facil complacer a todos, pero es tu blog, que se mantenga bien alto el telón…
El miedo nos puede producir impaciencia…,lo peor es que nos paralice.
eres unico ramon!!!
muchas gracias por las historias y por el video…mucjas gracias de corazon.