Por una verdadera transición en Croacia
Tuesday, 12 de January de 2010 por Ramón
Serbia se quedó con una merecida fama de país bronco y antipático tras las guerras balcánicas. Hizo esfuerzos inconmensurables en Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina (BiH) y Kosovo, y ha pagado un alto precio colectivo por ello aunque no todos los criminales de guerra estén ante el tribunal de La Haya. Faltan dos y uno es de los más importantes: el general Ratko Mladic.
Croacia, en cambio, está la primera la cola de acceso de la Unión Europea sin haber puesto en marcha una catarsis colectiva sobre los crímenes de guerra cometidos por los suyos en la guerra de 1991 y en la posterior bosnia. Uno de los más significativos es el de Gospic, al que costó mucho investigar y juzgar. En Gospic se asesinaron a un centenar de civiles serbios en octubre de 1991. Todo el pueblo fue de alguna forma culpable porque tras las muertes de sus vecinos unos ocuparon las casas, otros robaron las televisiones o los sofás. Esa culpabilidad repartida selló el silencio de todos.
En Croacia no es fácil hablar de los crímenes cometidos por sus tropas. Se considera que aquella guerra empezada por el líder serbio Slobodan Milosevic era defensiva y que todo lo ocurrido después fue por lo tanto en defensa propia. El logro de la independencia es el éxito que impidió enfrentarse a esos crímenes. Pero los hubo también, y multiplicados, en Bosnia-Herzegovina, donde en nombre de la gran Croacia se mató por orden del presidente de entonces, Franjo Tudjman, el padre fundador de Croacia, tan criminal y culpable como Milosevic. Tudjman y su minsitro de Defensa, Gojko Susak, debieron terminar en La Haya, pero la muerte se adelantó a la justicia en otro tipo de justicia natural.
La victoria el domingo en las elecciones presidenciales del socialdemócrata Ivo Josipovic no sólo debería acercar a Croacia a la UE y promover una mayor lucha contra la corrupción -una de las herencias de la guerra y el silencio-, debería enfrentar al país con su pasado reciente, heredero del no tan lejano de los fascistas ustashas que tan bien retrata la novela La piel de Curzio Malaparte.
No sólo es memoria histórica, es tambien inteligencia política porque ese runrún nacionalista que aún hierve en Bosnia unido al que mantienen los serbios bosnios (BiH está dividida en dos entidades administrativas: federación croata-musulmana y la Republica Srpska) podría desestabilizar de nuevo los Balcanes. Aunque a muchos les parezca una historia del pasado, en Bosnia-Herzegovina se mantienen las condiciones que llevaron a la guerra en 1992. En realidad, en Bosnia se libra la misma guerra desde 1914 y la última no está bien terminada. Un cambio real y profundo en Zagreb, unido al que se abre paso en Belgrado desde hace un par de años, puede salvar a situación y generar una verdadera paz.
Muy acertado el análisis. He vivido en Sarajevo y Zadar y puedo constatar que todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar al menos una paz efectiva. En Zadar, por ejemplo, se ha borrado todo vestigio relacionado con los serbios que vivían en la ciudad y, en los comercios, se exhiben sin pudor fotos del criminal de guerra Ante Gotovina.
Sin duda, la llegada de Josipovic, es una buena noticia. Ya era hora de dejar atrás al ultranacionalista HDZ.
Hola Ramón, podías recomendar algún libro que hablase sobre este conflicto?
Gracias
Saludos a todos
JC: Libros hay bastantes. Sobre Sarajevo: me encanta Karahasan y su ‘Sara y Sarafina’. También ‘Sarajevo, diario de un éxodo’. Es novelista. Para entender el mal balcánico: ‘Postales desde la tumba’ de Emir Suliadjic, un superviviente muy lúcido de Srebrenica. Puedes leer los relatos majestuosos de ‘Café Titánic’ de Ivo Andric, premio novel, y también su imprescindible ‘Un puente sobre el Drina’. Una profesora de Barcelona, Isabel Nuñez, escribió un libro de entrevistas. No me gustó su planteamiento, pues resultaba muy desigual entre eslovenos, croatas, bosnios, serbios y kosovares, pero las entrevistas, sobre todo las croatas, eran buenas. Se llama ‘Si un árbol cae’. Por supuesto, si tienes paciencia, los documentos del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia en La Haya: http://www.icty.org/
Ramón, muchas gracias por la información, por la rapidez en la respuesta y por los artículos de cada día, claro.
lo dicho, muchas gracias
Saludos a todos!
Buenos días:
No sé si será una pregunta descabellada o sinsentido incluso, pero leyendo tu artículo me ha venido a la cabeza: ¿puede ser que no interese alcanzar esa paz efectiva de la que habla Fritz?
Un saludo, Montse
Intereses, Montse, todas las guerras son por intereses económicos y de poder. Se disfrazan de religión, razas, culturas(?), lenguas, banderas, himnos, ….. pero todas son por lo mismo
jc, yo suponía que era así, pero como de este caso concreto no sé mucho, quería que alguien como Ramón que lo ha vivido de cerca nos ilustrara. Pero, como tú dices, todas las guerras son por intereses económicos y de poder, creo que sí.
Saludos, Montse
JC, sabiendo y conociendo mucho menos que Ramón sobre este tema, creo que también es muy interesante la obra de Miljenko Jergovic, muy especialmente “Los Karivan”, un conjunto de cuentos en los que este periodista bosnio-croata refleja la diversidad y los desencuentros que han caracterizado a las relaciones entre los distintos pueblos de la zona ya desde la época de dominio turco…