Lorca, un desaparecido
Thursday, 31 de December de 2009 por Ramón
Reyes Mate da con un ángulo extraordinario en el caso de Federico García Lorca:
No hay rastro de restos humanos en la fosa de Alfacar. Con este decepcionante resultado, Federico García Lorca pasa a ser un desaparecido, un estado al que hasta ahora pertenecía sólo provisionalmente. Dentro de la variopinta tipología de víctimas, el desaparecido es el que mejor representa la vigencia del crimen político, lo que equivale a decir que Lorca va a estar ahora más presente que antes en la conciencia crítica de los españoles.
El desaparecido no es sólo un asesinado, sino alguien en quien se consuma la voluntad del criminal de no dejar rastro físico con la esperanza de imposibilitar así la memoria de las víctimas en las generaciones venideras. La desaparición forzosa perfecciona hasta el extremo la técnica del crimen que se puso en práctica en los campos nazis de exterminio. Tengamos presente, en efecto, que los nazis no sólo querían matar los cuerpos, sino privar al crimen de toda significación moral. Cuando hablamos de olvido, nos referimos al borrón de los hechos y también a la indiferencia respecto al significado moral y político de esos crímenes.
Pues bien, los nazis no encontraron mejor estrategia para lograr que el resto del mundo siguiera su curso, sin dar importancia al genocidio, que borrar las huellas y no dejar rastro, por eso los cuerpos debían ser quemados, los huesos triturados y las cenizas aventadas o convertidas en abonos de las tierras cercanas. Pensaban que borrando de la faz de la tierra todo rastro físico del pueblo judío, la humanidad se desentendería de la aportación cultural del pueblo del monoteísmo al patrimonio de la humanidad.
Sin pretender cuestionar la singularidad de la barbarie nazi, lo que sí se puede sostener es que la desaparición forzosa da un paso más en la técnica del olvido al hacer desaparecer los cuerpos. En el desaparecido se suspende el tiempo de la víctima en el preciso instante de la detención, sin que haya manera de establecer una relación entre el momento de la vida y el de la muerte o, mejor, entre la certeza de la muerte y la incertidumbre de su morir. No hay modo de colocar sobre un trozo de tierra un requiescat in pace que inaugure el tiempo del duelo para los vivos y de paz para los muertos.
Más en Lorca, un desaparecido, publicado en El País.
PD Feliz Nochevieja a todos.
De diez, Ramón. Lograron eliminar a las personas, incluso sus cuerpos, pero nunca lograrán que desaparezcan de la memoria; porque el recuerdo de la persona (de todas las personas asesinadas injustamente), trasciende la materialidad de su existir. Feliz Nochevieja.
Feliz Nochevieja. Y gracias por mantener este blog.
Saludos
Roberto
Ya lo dijo alguien, se puede matar a las personas, pero no a las ideas, ni al talento, ni a los recuerdos que dejan detrás. Y casi siempre esos recuerdos son mas poderosos que las dictaduras.
Feliz año y gracias por este regalo que es el blog.
Yo también agradezco a Ramón el tiempo que dedica a este blog, que es un lujo.
Mis mejores deseos para 2010.
no sé, cada vez tengo más la impresión de que la gente aplaude lo que sea: admiro bastante al profesor Reyes Mate y bastante de lo que escribe Lobo, pero creo que a ambos se les va aquí la pinza. La tesis del profesor sobre el “desaparecido” es impecable, y como tal que sea destacada por el periodista; el único problema es que es una atribución gratuita: Lorca no es un desaparecido, sólo que no está donde se pensaba, como tampoco lo están ni son muchas de las víctimas no halladas de ésta y otras guerras.
Ojala que el nuevo anho llegue con lo que te hace mucha ilusion y que sea un buen anho Ramon.
Feliz Año a todos y gracias a Ramón por este blog, aunque a veces se echa en falta algo más de debate por parte nuestra, parece que siempre estemos de acuerdo con él.
A #5 Alicia, o no te entiendo a ti o no has entendido tú el artículo de Reyes Mate; si no encuentran los restos será un desaparecido, no?