Me gusta este Barack Hussein Obama. Tengo esperanza en que la combinación de su olfato y el momento político en el que nos encontramos le ayude a desempeñar un papel similar al de Nelson Mandela en Suráfrica. A veces se necesitan gentes audaces y con visión para mover los cimientos porque este tinglado está montado para que nada cambie, apenas matices y collares (por lo del perro). Un regreso a los valores ya sería una revolución.
Una amiga británica muy querida que vive en NY me recordó en septiembre que mi admirado Mandela eligió como sucesor a Thabo Mbeki, un tipo con bastantes limitaciones. También dice que Obama se encuentra en una encrucijada: ser un presidente de cuatro años o de ocho; es decir, imponer cambios, como el de la Sanidad Pública, aunque arriesgue la reelección o hacer como todos: un primer mandato dedicado a conseguir un segundo y un segundo para intentar entrar en la Historia. Ahora dispone de una sólida mayoría en el Congreso.
El problema del Congreso de Estados Unidos, y sigo citando a la fuente, es que cada dos años celebra una elección que renueva la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio el Senado. Es un Parlamento en campaña permanente en el que la mayoría de sus miembros dedican más esfuerzo a seguir en el escaño que a legislar con una visitón de futuro.
Todo esto era para decir que el premio Nobel de la Paz es prematuro. Obama sólo ha retirado unos soldados de Irak para llevarlos a Afganistán, aunque es cierto que aún no ha bombardeado Irán. Pero demos tiempo; tentaciones, habrá. Sin embargo, si se analiza la lista de premiados, Obama estaría en la categoría de los buenos porque también incluye personajes como Henry Kissinger, Menachem Begin (antiguo terrorista), Yasir Arafat (que también tenía lo suyo), Kofi Annan (por lo de Ruanda en 1994 cuando era alto cargo de la ONU, supongo) y otros cuantos discutibles.
Aceptemos que Obama nos ha dado -en su momento- un subidón, cargado de esperanzas, pero digamos que cualquiera después de Bush daba gusto que llegara a la Casa Blanca.
Aceptemos sin embargo que el hombre que dicen tiene el mayor poder del planeta (no es verdad tampoco, pero lo dicen) podría haber aprovechado su casi un año de mandato para (entre otras cosas) : a) juzgar a quienes ordenaron las torturas, b) detener -al menos- dos guerras injustas iniciadas por el gobierno antecesor de su país, c) o por lo menos para no incrementar las tropas en afganistán, d) ponerle nombres a las empresas que hacen negocios con la guerra y la pobreza, e) evitar retratarse con verdaderos tiranos… y en fin, el etcétera de cosas que “podría” pero no ha hecho aún, es largo, sólo por esas omisiones, NO MERECE este premio… un premio que en su momento, le fue negado a Gandhi, el mayor símbolo del pacifismo, y que por Lobby sí premió al paladín anti-contaminación Al Gore -que no es tal- en fin … … … salve Obama, y el mundo de las modas mediáticas!!
No entiendo nada.
Que pare el mundo que me bajo!!!
Creo que esa es la palabra: prematuro. Aunque yo todavía confío en él. Tiempo al tiempo.
Yo también tengo muchas esperanzas depositadas en Obama, pero la concesión de este galardón me parece bochornosa. Os invito a visitar mi blog para que conozcáis los argumentos que esgrimo para defender esta idea http://laotracaradelperiodismo.wordpress.com.
¿Será para que cuando el gobierno de EEUU intente dominar algún punto del planeta, se les pueda echar en cara el premio Nobel para decirles, “no no no, así no se porta un premio Nobel de la Paz. Caca.”?
> un regreso a los valores ya sería una revolución
te estás volviendo claramente un fascista Reimon 😉
Creo, quedio Ramiro, que me quedaré en socialdemócrata con un toque acrata para no perder la esencia. Besos
Tienes toda la razón, como siempre. Viéndolo así, una no se rasga las vestiduras ante el último hit de la obamamanía, quizás, de hecho, sea bueno para disuadirlo una vez estrenada la distinción de una posible respuesta contundente y militar en Asia -en los diferentes frentes abiertos- y así sería cómo la comunidad internacional -de la que no formamos parte casi nadie- le anima a seguir por la vía del discurso embaucador y la sonrisa cálida que está dando, me parece, algunos esultados.
A mi lado está El factor humano, el libro donde J. Carlin cuenta lo mal que le sentó a Mandela compartir el Nobel con Le Clerk. Con el tiempo se despejó el paisaje y se demostró quién de los dos lo merecía. Estos premios no garantizan el respeto, así que no entiendo a quienes quieren negárselo ya a Obama. Tranquilos, que tendremos tiempo de juzgarle para la Historia (fotos con nuevos dictadores, nuevos guerras) y eso no impide que le felicitemos por lo conseguido hasta ahora. Prematuro? Es como haberle negado a Nadia Comaneci un Nobel del Deporte después de su primer ejercicio de no sé cuántos dieces, porque “estamos seguros de que se va a dar un piñazo después” (que por cierto se lo dio). Los que dicen que no ha hecho nada relevante que tiren de hemeroteca y vean a qué tipo de discurso y de sistema político brutal fue capaz de ganar en las pasadas elecciones. Fue un golpe de Estado sin violencia en el país y en el momento que más se necesitaba, con uno de los discursos y actitudes más cuerdos y generosos que se le han conocido a un político en los últimos años. Si alguien piensa que eso es fácil y que no merece un premio por sí solo, no sabe muy bien en qué mundo nos movemos. Y tampoco en qué mundo se mueve la política.
La paz tiene un problema. Estos del Nobel se han puesto a la altura de Camps y no se les ocurria nada mejor para hacerse una foto con El Deseado.
Alucina, vecina: Obama, premio Nobel de la Paz
http://dailyjuez.com/?p=2097
Lobo, reconozco que el premio me ha cogido por sorpresa. Pienso que de un Nobel de la Paz esperas algo más, es decir, que cuando se anuncia el premio sin dudar afirmas se lo merece por esto, para mí ese no es el caso de Obama, pero lo de los premios siempre es discutible. Yo espero que como él ha dicho sea un impulso y logre avanzar en asuntos internos como la sanidad pública y las energías renovables y se aclare en asuntos externos como las relaciones con China o la presencia de su ejército en otros países y continentes (Afganistán, Irak, Colombia, España…). Salud.
En mi opinión no se merece el premio. Como apunta xthina sobran argumentos para no otorgarle el Nobel de la Paz (y en artículos como “Obama on Israel-Palestine” o “The Torture Memos”, Noam Chomsky discute unas cuantas razones ‘de peso’ para poder afirmar que el premio es injusto e inmerecido). Como dice Myriam, algunas cosas sí que ha conseguido el señor Obama, tampoco hay que restarle méritos, pero de ahí a otorgarle el premio Nobel de la Paz… (Zapatero por ejemplo, creo que también hace mucho tiempo, tuvo discursos más “cuerdos y generosos” que los que tenía el infame Aznar, o Rajoy). El Nobel debería ser el reconocimiento a una trayectoria, donde los hechos cuenten y no así las especulaciones acerca de futuras acciones.