Silencio global sobre los antiglobalizadores
Tuesday, 29 de September de 2009 por Ramón
No es una conspiración, sólo una mala costumbre; un ejemplo más de que el periodismo simplón de frases e imágenes hechas le ha ganado espacio al periodismo molesto de siempre, el que le buscaba las vueltas y las pelotas al poder, a cualquier poder. Ese periodismo que se esforzaba en ser y parecer independiente y en mostrar los diferentes puntos de vista y que ahora toma partido con ejemplos lamentables, como el canal estadounidense Fox News (Murdoch), en el que sólo se escuchan opiniones concordantes con el ideario ultraconservador de la cadena. Frente a ellos, está Al Jazeera en inglés -que es la que entiendo; un ejemplo de periodismo, equidad y valentía-, BBC y Sky News (también Murdoch; y es que el dinero no tiene ideología a la hora de ganar más dinero), entre otros.
Desde su puesta en escena en la cumbre de Seatle (30 de noviembre de 1999), casi todos los medios de comunicación occidentales caricaturizan al llamado movimiento antiglobalización, que ya está bastante globalizado, como un grupo de hooligans que se dedica a quemar contenedores de basura y a tirar piedras a la policía. Nunca aparece nadie dando una opinión, argumentando una crítica o señalando con el dedo a unos dirigentes políticos que copan las informaciones hagan lo que hagan, digan lo que digan.
La única excepción fue la cumbre social de Porto Alegre (2003), aunque la mayoría la cubrió como si fuese un evento festivalero más que de un foro de debate con propuestas más allá del eslogan Otro mundo es posible.
No importa cómo respiren los dirigentes políticos de la autoproclamada comunidad internacional, los informadores recogemos sus palabras como si fueran las tablas de una nueva ley y las emitimos y publicamos sin apenas alterar una coma. Unos dirigentes que viajan de cumbre en cumbre y de cena de gala en cena de gala y se saludan entre flases como si llevaran meses sin verse y emiten comunicados bla bla sobre presuntos acuerdos que después no aplican (sobre todo los referentes a África) o se aplican bastante poco cuando se trata de meter en cintura a sus bancos y empresas que convirtieron la libertad de mercado en un casino, eso sí global y en bolsillos privados.
Miseria y hambre globales
Existe una globalización de capitales y bienes (los nuestros), es cierto. No tanto de personas, aunque se nos cuelan por miles en pateras y camiones frigoríficos y una vez aquí les encontramos utilidad en trabajos a destajo y mal pagados en la construcción y la agricultura. Pero existe sobre todo una globalización masiva del hambre (mil millones de seres humanos), de las injusticias, de la pobreza, de los malos tratos, de la explotación infantil y de la indignidad de un mundo a demasiadas velocidades.
Hay espacio para la protesta y para el enfado, también para otra izquierda. El discurso a contracorriente casi nunca sale en televisión y cuando se emite viaja a bordo de un contenedor de basura en llamas en dirección a unos policías antidisturbios o con imágenes de Noam Chomsky de la mano de Hugo Chávez, un tipo capaz de decir cosas inteligentes de la forma más estúpida.
Detrás del boato de esta política de corbata, flases y medios que filman sin añadir comas, estamos los ciudadanos -también los que decidieron ser consumidores o televidentes de grandes hermanos y norias- con nuestros pequeños contratiempos de cada día: el paro, la educación, los bancos que no venden crédito sólo recogen donaciones y comisiones a golpe de letra pequeña, la sanidad menguante y Esperanza Aguirre y sus salidas de tinte chavista pero al revés: siempre diciendo tonterías de una forma bastante inteligente.
Ramón, excelente reflexión.
Me gustaría saber en esta línea que abres, qué opinas por ejemplo de la iniciativa Crisi, en la que el año pasado, en concreto el 17 de Septiembre, el joven Enric Durán se enfrentaba a los bancos de una forma muy peculiar y emitía 200.000 ejemplares de un periódico con muchos artículos sociales y de izquierda que bien podrían haber abierto los ojos de muchos ciudadanos. Al igual que comentas, los medios lo taparon y si lo trataron lo hicieron en modo de circo.
No tengo nada que ver con ellos, pero en su día me interesó el tema.
No sé mucho de esa iniciativa, pero se me ocurren un par de dichos y refranes sobre el perdón.
Lo de la comisiones.
Durante la malhadada era de la ingenieria financiera perdieron el respeto a los cuentacorrentistas. Pretenden que estan en su derecho a cobrarte el servicio y que llevarles dinero fresco, dinero de verdad, es una frusleria. En vez de custodiar tu dinero y usarlo para sus asuntos se dedican a erosionartelo, a sustraertelo. Pareceran cantidades ridiculas, pero lo ridiculo es el concepto por el que se apropian de tu dinero.
Creo que además una de las victorias de la derecha ha sido la de presentar sólo aquellos aspectos más discordantes de la disidencia ante la globalización neoliberal. El primero de ellos fue presentarlos como movimiento “antiglobalización”. Muchos de quienes se reunieron en Seattle o en Porto Alegre, de quienes trabajan desde abajo y a la izquierdam son exactamente lo contrario de la “antiglobalización”: pertenecen al movimiento por una globalización justa, democrática y desde abajo. Hay un estupendo libro de Susan George que se llama “Otro mundo es posible sí…”. En España lo publicó Oxfam. Ahí lo explica muy bien. Mientras los periodistas no demos voz a otros que no sean los gritones -Chávez, p.e.- y nos fijemos en quienes de verdad trabajan, mal pinta la cosa y flaco favor hacemos al mundo. Un abrazo.
Vaya dia, que cabrón se te ha puesto.
El pasado día 17 de septiembre el colectivo Crisis trató de explicar su propuesta “Por un mundo sin bancos” por toda España. En Madrid, se les negó el permiso para hacerlo…
Por añadir leña al fuego de tu reflexión, simplemente recordar que mucha de la violencia de los antiglobalización no eran sino policías disfrazados, como ocurrió en Génova y en Barcelona.
Comentabas el otro día a cuento de Magris, el periodismo está más dedicado a la política pop que a la realidad. Tienes razón. Acabo de escuchar que Barack Obama y José Luis Rodríguez Zapatero llegarán apenas una o dos horas más tarde que las delegaciones oficiales de sus países que van defender las canditaduras de sus ciudades en los JJOO. Al tiempo, que esto se convierte en un escándalo como las fotos de las niñas, mientras un juez archiva la causa por corrupción contra su amigo presidente de una Comunidad Autónoma; y mientras el Gobirno permite la exportaciones de armas a países en conflicto.
Otra izquierda es posible. Otro mundo es posible. Pero lo tenemos que hacer los ciudadanos. Tenemos mucha responsabilidad en nuestras manos. Con el simple gesto de no tener un móvil nuevo cada vez que te ofrecen regalártelo. Menos coltan y más contacto humano, por ejemplo.