Postales de Nueva York / Los libros imprescindibles
Friday, 18 de September de 2009 por Ramón
Hay libros que logran captar el alma de una ciudad, definir sus ritmos interiores, lo que no está a la vista pero que se siente de alguna forma bajo los pies. Tal vez, el más célebre e importante sobre esta ciudad es Here is New York del escritor E. B. White, poco más que un reportaje publicado en la revista Holiday, en 1949, elevado con el tiempo y los lectores a la categoría de clásico y que se mantiene, según The New York Times, como el mejor retrato psicológico escrito jamás sobre Manhattan. White define Nueva York como una ciudad de destino, que se elige, y en la que cada uno decide si le afecta la caída de una cornisa unas calles más arriba frente a otro tipo de ciudades en las que todo afecta a todos, en las que no existe escapatoria posible. NY es para los desean la soledad y la privacidad que nada tiene que ver con sentirse solo; para los que decidieron dejar de ser tribu y no tienen miedo a la libertad y al riesgo.
Un segundo libro es Historias de Nueva York, de Enric González. En él, describe a NY como “una ciudad liberal, sincera hasta la brutalidad, con los ideales justos para ir tirando y un egoísmo que algunos estiman y otros no” y recuerda una cita extraordinaria de Groucho Marx, que sirve para identificar la gravedad de los periodos de crisis: “No entiendo de economía, pero sé que cuando los neoyorquinos alimentan a las palomas en Central Park las cosas van bien y cuando las palomas alimentan a los neoyorquinos, las cosas van mal”.
De Historias de Nueva York irán surgiendo estos días numerosos lugares, algunos míticos, como el White Horse. Si el viajero se hospeda en casa de amigos que llevan cierto tiempo en la ciudad -más del que estuvo el autor-, creen conocerla razonablemente, reivindican la paternidad de algunos descubrimientos y han leído el libro, no conviene efectuar demasiados comentarios del tipo: “El libro de Enric recomienda…”, pues provocan reacciones airadas, sobre todo entre los íntimos, hartos de visitar una y otra vez los templos mencionados en Historias.
Tras varios días en Nueva York se descubre que existen dos ciudades paralelas y separadas: la que sale en el libro de Enric y la que espera impaciente una oportunidad para aparecer en el siguiente.
Por supuesto que el libro de E. B. White es uno de los mejores sobre Nueva York. Y, aunque no lo mencione, en Gramercy Park está condensada buena parte de ese libro, y de esos regalos de la soledad y el anonimato para quien los sepa disfrutar.
Y cito a El Viajero: “Se trata de un placer prohibido; un reducto de soledad y privacidad, esos dos extraños regalos que ofrece Nueva York a quien los busque, según escribió el novelista E. B. White (1899-1985) en Here is New York, su deliciosa carta de amor a la ciudad, a la que llamó: “Ese concentrado de arte y comercio y deporte y religión y entretenimiento y finanzas, que reúne en un único y compacto campo de batalla al gladiador, al evangelista, al empresario, al actor, al comerciante y al mercader”.
http://elviajero.elpais.com/articulo/viajes/Woody/Allen/rueda/elpviavia/20090502elpviavje_5/Tes
El libro de Enric González es un perfecto antídoto para viajeros con clichés preconcebidos, que se pierden la esencia de los lugares entre lugares comunes. Un lujo de libro, como el titulado Historias de Londres o Historias del Calcio. Por favor, que El País le mande a otro sitio de corresponsal ya!!!!!!!
Lobo, ya que estás en Nueva York y conocedor de ambos libros, puedes animarte y rematar la faena. Salud.
A mi también me ha gustado. “La ciudad automatica” de Julio Camba. Con ese fino sentido del humor .
¿Estás ya por allí, Lobezno?
En cualquier caso, a mi también me gustó el de Alfonso Armada.
Bueno, y el de las crónicas del reportero de información local Meyer Berger (creo que del New York Times), recomendado por el propio Enric González.
Creo que “Nueva YOrk: Una jornada de hallazgos casuales”, de Gay Talese, también debería figurar en una lista de libros imprescindibles de NY.
Ah, una pena que ninguna editorial se haya animado a traducir New York de Meyer Berger.