Saramago nos saca los colores
Wednesday, 26 de August de 2009 por Ramón
Dos escritores
Agosto 26, 2009 por José Saramago
Se llaman Ramón Lobo y Enric González. Ejercen de periodistas y lo son de hecho, de lo mejor que se puede encontrar en las páginas de un periódico, aunque yo prefiero verlos como escritores, no porque establezca una jerarquía entre las dos profesiones, sino porque en la lectura de lo que escriben percibo emociones y defino sentimientos que, al menos en principio, son más naturalmente mostrables en una obra literaria de calidad. A Ramón Lobo ya llevo algunos años leyéndolo, Enric González es un descubrimiento reciente. Como corresponsal de guerra, Ramón tiene la superior cualidad de colocar cada palabra, en su exacta medida expresiva, sin retórica ni deslizamientos sensacionalistas, al servicio de lo que ve, oye y siente. Parece obvio, pero no lo es tanto, sólo es posible hacerlo con un dominio excepcionalmente seguro del idioma que se utiliza, y él lo tiene. De Enric González no era lector. Veía sus columnas en “El País”, pero mi curiosidad no era lo bastante fuerte para hacerme integrar sus escritos en mi lectura habitual. Hasta el día en que me llegó a las manos su libro “Historias de Nueva York”. La palabra deslumbramiento no es exagerada. Libros sobre ciudades son casi tantos como las estrellas en el cielo, pero, por lo que conozco, ninguno es como éste. Creía que conocía satisfactoriamente Manhattan y sus alrededores, pero la dimensión de mi equivocación se manifestó clara en las primeras páginas del libro. Pocas lecturas me han dado tanto placer en estos últimos años. Tómese este breve texto como un homenaje y una manifestación de gratitud para con dos excepcionales periodistas que son, al mismo tiempo, dos notables escritores.
Robado en el blog Cuadernos de Saramago
(Perdón por la egolina, pero no es habitual -en mi caso es la primera vez- que un premio Nobel de Literatura, alabe mi trabajo)
Te acostumbras a ello Ramón. Te lo digo por experiencia. Y después de la bromita mi sincera enhorabuena. A ver si nos vemos pronto en Méndez y te la doy de manera más directa. Un abrazo y cuídate amigo.
Saramago da fe de ese sentimiento compartido hacia el buen periodista, comunicador. No es fácil conseguir la fidelidad del lector, “enganchar a a la gente”, motivarla, por lo que la alegría es compartida.
Enhorabuena,
Te seguiremos leyendo 🙂
Hombre, sin quitarle importancia a Saramago -que la tiene, y mucha- no es necesario que un premio Nobel lo diga; la calidad de la mayoría de tus escritos no está en ningún comentario externo, es intrínseca a a ellos. No necesitan ni de lejos el espaldarazo de Saramago (aunque supongo que será una enorme satisfacción, jeje).
Y aunque ya he dicho que no necesitas halagos, debo decir que tus Cuadernos de Kabul son de lo mejor que se puede leer últimamente (y probablemente Saramago estará de acuerdo en ello).
Después de tantos años alabando tu forma de escribir y hablando de ti como agente literaria por medio mundo, ha sido muy emocionante leer los elogios que te dedica José Saramago!! No sólo porque corrobora que no iba desencaminada en mi apuesta por ti, sino porque te lo mereces!!
Un abrazo grande, sigue escribiendo y cuídate en Kabul!
Anna
A mi me encanta que Saramago esté de acuerdo conmigo…..
Pues para mí el descubrimiento ha sido el de Ramón Lobo a través de sus Cuadernos de Kabul (debía estar en Babia por no haberlo descubierto antes). Estoy enganchada al blog!
A Enric Gonzaléz también lo descubrí por su “Historias de Nueva York”…
Cómo dice Lola, me gusta que un premio Nobel esté conmigo 🙂
A seguir trabajando y nosotros leyéndolo.
Vaya novedad…
Lobo, es tan fácil coincidir con Saramago; uno de los pocos referentes intelectuales que quedan, por lo menos para algunos. De tí no voy a decir nada nuevo, tampoco viejo, porque ya es archisabida y archiconocida por quien te lea la calidad de tus crónicas y el buen periodismo que albergan y generan. De Enric González si voy a decir algo, porque para muchos es un desconocido, baste decir que para leerlo sólo hay que empezar El País por el final; y que está sembrado: No sé si le ha llegado la madurez, la inspiración, el espíritu de Haro y de Montalbán, o un poco de todo, pero algunas de sus columnas son magníficas, llenas de ironía, de crítica, de humor, de información… Sois una buena pareja; así que espero que duréis mucho tiempo, pero eso sí, cuando faltéis ceder vuestro espíritu. Cuídate. Salud.
ramón!! enhorabuena! estoy muy contenta. saramago ha puesto en palabras lo que muchos ya sabíamos hace tiempo, y que es por lo que te seguimos también.
un beso
Ramón, yo no puedo estar más de acuerdo con Saramago. Tus crónicas son música celestial para mis ojos. Cuidate mucho, mucho, Un beso grande,
¡Qué alegría! No me extraña nada que Saramago dedique esos elogios a dos de las cuatro poderosas razones que existen para comprar y leer El País (las otras dos serían El Roto y Forges). A disfrutar del halago sincero y merecido, ¡qué coño!
me gusta coincidir con Saramago, al que leo desde siempre, referente ético o moral;
En mi día a día leerte se ha convertido en ritual, hoy, tras las vacaciones, casi eres protagonista, leerte, trabajar, comer y seguir leyéndote, eres adictivo!!! Ya estoy casi al día…pero te voy a dosificar.
De eso se trata, también. Que el buen periodismo cree adicción, pero también es necesario digerir lo leído. Como con los cuadernos de Saramago. Seguro que conocerás uno de sus textos más preciados y preciosos para mí, que es su discurso al recibir el premio Nobel; y un cuento ilustrado que todos deberían leer, el de la Isla Desconocida. Digo más, sus libros deberían ser de obligada lectura para ser ciudadano! -además de textos como tus artículos!! 🙂 (más colores)
Ramón,
“…tiene la superior cualidad de colocar cada palabra, en su exacta medida expresiva, sin retórica ni deslizamientos sensacionalistas…”
Esas palabras de Samarago me traen a memoria varios de tus textos escritos en Irak, los que leí en El País. Desde la primera frase, tus crónicas ubican en el lugar y hacen vivir lo que cuentan. Cada que se lee un texto así, se agradece y se vuelve una y otra vez a la lectura. En mi caso, me han servido de ejemplos en mi vida de reportero. Acertado comentario de Saramago.
Un abrazo, desde Chiapas
Abenamar Sánchez
[…] Ramón Lobo has been a war correspondant for Spain’s daily newspaper, El País since 1992. He is the author of The Inexistent Hero, where he explained his experiences working in and travelling through several wars, from Irak to Bosnia-Herzegovina, Chechnya, Rwanda, and so many others; and the novel Isla África (Africa Isle), already translated into French, Italian and Portuguese. Some months ago he was sent to Afghanistan to explain to the newspaper’s readers what was going on there besides the headlines. And as a result he started his Cuadernos de Kabul (Kabul´s Notebooks) that were daily publised in http://www.elpais.es. Now we are glad to announce that those chronicles will be published all together next year as a book under the same title by RBA. Some of the texts can be read in his blog You can also read what Nobel Prize José Saramago wrote about Ramón Lobo here. […]
[…] Ramón Lobo has been a war correspondant for Spain’s daily newspaper, El País since 1992. He is the author of The Inexistent Hero, where he explained his experiences working in and travelling through several wars, from Irak to Bosnia-Herzegovina, Chechnya, Rwanda, and so many others; and the novel Isla África (Africa Isle), already translated into French, Italian and Portuguese. Some months ago he was sent to Afghanistan to explain to the newspaper’s readers what was going on there besides the headlines. And as a result he started his Cuadernos de Kabul (Kabul´s Notebooks) that were daily publised in http://www.elpais.es. Now we are glad to announce that those chronicles will be published all together next year as a book under the same title by RBA. Some of the texts can be read in his blog You can also read what Nobel Prize José Saramago wrote about Ramón Lobo here. […]
Y tuve la inmensa suerte de charlar durante horas con esos mismos nombres, hombres, que cita Saramago.