Quién mató al periodismo impreso
Thursday, 30 de July de 2009 por Ramón
Gran parte del esfuerzo durante una crisis se dedica a encontrar un culpable exterior. Es humano, cómodo y bastante estúpido, porque resulta ineficaz. Sucede en todos los ámbitos de la vida; incluso la Iglesia católica, que tiene conexión directa con el cielo, cae en la trampa de la explicación fácil y ve en el laicismo la causa de su declive y no en su historial. En la industria periodística hemos encontrado un culpable perfecto: Internet y su pernicioso efecto colateral de quebrar la costumbre de que por las malas noticias se paga, algo que ha sostenido economicamente a decenas de miles de periódicos y financiado viajes, seguros y sueldos de periodistas a lugares en conflicto, entre ellos el mío.
Se buscan con urgencia fórmulas para reconducir a tantos jóvenes descarriados que han caído en las garras del todo gratis, pero no hay seguridad de que puedan funcionar. Grandes (por volumen negocio) como Rupert Murdoch y el The New York Times (por calidad) tratan de encontrar la varita mágica que nos permita salvar los muebles, bien en el pago por el acceso o/y en la publicidad en la web.
Los gurús más aventajados manejan fechas de la defunción del papel y los jóvenes internautas (no todos, pero muchos) sueñan con la desaparición de los grandes periódicos como si ése hueco inmenso lo pudieran ocupar de la noche a la mañana sus blogs y páginas web caseras. Llevará tiempo y está por ver que suceda. El buen periodismo es caro: exige prestigio y el prestigio necesita de años de hacer las cosas bien. No hay combate papel-digital, la guerra debería estar entre el buen periodismo y el malo, el que nos desprestigia a todos.
Para encontrar el camino hay que reconocer errores. Por eso me ha gustado especialmente la comparecencia de David Simon, quien en una reducción incentivada de personal en su periódico de siempre, The Baltomore Sun, encontró vida fuera y de qué manera. Es uno de los creadores de la serie The Wire, una de las mejores de la historia de la televisión. Sus reflexiones del 6 de mayo de 2009 en la comparencia en el Senado de EEUU son, a mi entender, de lectura obligada. Como las de Steve Coll, ex The Washington Post, quien aboga por unos medios de comunicación sin ánimo de lucro como única salida viable para sobrevivir y ser útiles a a sociedad. Ambos testimonios son demoledores.
Me gusta como pones por escrito, los pensamientos más bellos.
Uno de los grandes problemas en el tema de la supervivencia del papel está en dar credibilidad a esas personas conocidas como gurús. Me resulta gracioso cuando en una noticia se cita a un gurú de Internet y veo las continuas obviedades o sandeces que en muchas ocasiones dicen.
Como bien dices, Ramón, el buen periodismo requiere mucho tiempo, así que vaticino larga vida al papel -advierto que puedo equivocarme, puesto que no soy ningún gurú ;-)-.
En las redacciones suele haber un jefe (de redacción,obvio) que,en la mayoría de los casos recuerdan la figura del maestro de escuela de antaño:se pasea entre las mesas regla en mano azuzando a los revoltosos y azuzando a sus pupilos para terminar cuanto antes la tarea. Si no,castigados sin recreo. Esta organización pueril y precaria hace que al periodista incluso haga sombra una blogguera de once años. Ella al menos no tiene a nadie detrás amenazándola de quedarse sin merienda.
Lobo, lo del periodismo de papel y el periodismo en la red empieza a ser como la energía eléctrica y la solar, mientras no encuentren una forma de cobrarla seguirán apostando por lo primero. En cualquier caso el periodismo, ya sea en papel o en la red, siempre hay que hacerlo de la mejor manera posible, de modo que algunas veces hasta sale bien; lo otro, no es periodismo. Salud.
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[…] Reportaje sobre el padre de The Wire en EL PAÍS. Ramón Lobo también lo comentó. […]
“El buen periodismo es caro: exige prestigio y el prestigio necesita de años de hacer las cosas bien. No hay combate papel-digital, la guerra debería estar entre el buen periodismo y el malo, el que nos desprestigia a todos”
Este párrafo me parece de lo más lúcido que he leído al respecto a un periodista. Yo no soy periodista, son un bloguero de lo más normal que se dedica a comertar el mundo gastronómico. No creo que el periódico en papel desaparezca. Tampoco me gustaría que los periodistas con años y prestigio se les mandara a la anticipada jubilación, bien o mal pagada, si ellos no quieren.
Creo que con los blogs pasará algo parecido: permaneceran los que tengan algo que contar y, con los años y el prestigio adquirido, se les tomará en cuenta. Nunca antes.
Un saludo
Roberto
Hola Ramón,
es la primera vez que accedo a tu blog, enlazada desde el de Paco Nadal. No dedico tanto tiempo a internet, por lo que no he llegado antes hasta aquí-o hasta tantas páginas interesantes. Pero te “conozco” desde hace tiempo. Hace años estuve a punto de ir a Sierra Leona, a través de una agencia de cooperación. No surgió. Pero leí tu libro. Y me conmocionaste. No es lo mismo, claro, pero me dejé llevar en tu mochila por Isla África.Leía tus artículos en diversos medios -y sigo haciéndolo- pero tu libro me impactó tanto que ahora en mi estantería tu nombre y África se relacionan, al lado de Gervasio Sánchez, otros autores, otros lugares. Quería aprovechar que Paco te ha nombrado para dejarte mi agradecimiento…sigo leyéndote en El país, periódico al que puedo acceder desde Alemania, donde vivo actualmente.
Respecto a este post, ya he comentado lo que opino en el de Paco, me abstendré de repetirlo y si te interesara mi opinión -dudo que tengas tanto tiempo para ir leyendo y sopesando tantos, pero por si acaso- puedes ir al post de hoy de Paco y ahí he dejado un excesivo comentario…hay temas polémicos que me provocan verborrea. 🙂 (mi avatar es Carmen-Frei).Voy a seguir por aquí, así que hasta prontito.
Leo todos los comentarios y es uno de los espectos más gratificantes del blog. Gracias por el tuyo, Carmen
El periodismo impreso no morirá nunca.
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