Tren de Alta Estupidez
Saturday, 25 de July de 2009 por Ramón
(Experiencia paranormal vivida en la tarde del 22 de julio)
Viajo en vagón del tren AVE repleto de una subespecie humana disfrazada con trajes grises y azules, corbatas apagadas y alguna que otra fantasía en los puños y cuellos de la camisa. La subespecie que me ha tocado en el vagón 002 del tren de alta velocidad Madrid-Sevilla se comunica a gritos y carcajadas. Debe ser la crisis, que produce estas alegrías.
Los cabecillas del elenco deben ser modélicos padres de familia y es posible que también cofrades engominados y defensores de los valores tradicionales de la familia pero cuando pasa una mujer se chistean entre ellos, marcándola con la mirada. Hay una canción del Ben Sidran que dice: ”Es posible que el vecino que tienes al lado sea más interesante de lo que piensas. O menos de lo que crees”.
Como viajo en clase Preferente por falta de plazas de plebe tengo derecho a periódico gratis. He pedido en voz bien alta Público, sólo por provocar. Por desgracia no había El manifiesto anarquista, o algo así. Gracias a la subespecie que vocifera escucho jazz. A mi lado, en el asiento 7ª, viaja un serio candidato a la prejubilación. Podría ser de mi edad. Se ha pasado todo el viaje tratando de descifrar su nuevo teléfono Nokia E71. Siento una enorme simpatía en su derrota. Después de dos horas y cuarto ha vuelto a guardar en la caja todos los elementos. Su resoplido es la bandera blanca.
Pienso en un futuro post: atenuantes en caso de enajenación súbita con consecuencias obvias. Ya tengo dos: una banda de ejecutivos en celo encerrados en un tren y la gente que habla al teléfono móvil como si no comprendiera bien los principios de la transmisión sin hilos.
Sin embargo, cuán gratificante o por lo menos, entretenido -diría yo- que es ver cierto mundo alrededor que nada tiene que ver con nosotros, o quizás, como usted ha dicho, “más de lo que pensamos o creemos”.
Simpatía hacía una derrota, crisis, provocación, etc, son alguna de ellas.
Lo que más me ha gustado del artículo ha sido… encontrar a otro fan de Ben Sidran 🙂 Y el resto también es estupendo. ¡Gracias!
Divertidísimo!! Da gusto levantarse por la mañana, buscar en Favoritos y que lo primero que lea uno sea algo que le dibuje una sonrisa de oreja a oreja. Gracias.
No es por dorar píldoras, pero… que grande es Don Ramón.
Subespecie… yo creo que por desgracia eso abunda.
¡ Estupendo ! así son…pero tenemos que estar contentas de que también hay hombres como tu sino ¿ que sería de nosotras ?.
Un abrazo
Grande señor Lobo, muy grande
Lobo, se que no te voy a descubrir algo nuevo, pero el que estaba fuera de su hábitat eras tú. Piénsalo, aún podía haber sido peor, además de con esta subespecie, podías haber coincidido con algún famosete o con un equipo de fútbol. Salud.
“Viajo en vagón del tren AVE repleto de una subespecie humana disfrazada con trajes grises y azules, corbatas apagadas y alguna que otra fantasía en los puños y cuellos de la camisa”
Te sigo, porque me interesa lo que cuentas, desde hace algunas semanas, pero el comentario que has hecho me parece impropio de un reportero (en el sentido kapucisnkiano del término). Esa subespecie que citas es la misma (por corbatas apagadas y trajes azules) que gestiona el periódico donde trabajas y la sede de Gran Vía del grupo Prisa. ASí que no te deberían resultar curiosos los ejecutivos que gestionan la crisis con algunas alegrías.
Donde decía “curiosos”, quería decir “estúpidos”. Perdón.
Los de mi tren se comportaban como estúpidos. Doy fe. Supongo que habrá de todo, como en botica. Abrazos
Clichés aparte, si eran así, eran. Abrazo
Clichés aparte,hay muchos cofrades que quisieran ser sevillanos. Ah, y mucho engominado que quisiera viajar en AVE.
Como decimos en mi tierra: “qué pechá de reir me he dao”. Y lo peor es que es totalmente veraz.
Luego está la subespecie del idiota-que-fuma, que se mete en el baño del tren -pasa mucho en preferente- a echar sus caladitas y al minuto todo el vagón -cosas del sistema de aire acondicionado- está atufado y ahumado. Y el imbécil se sale tan tranquilo del baño como si no hubiera pasado nada en su vida desde su adolescencia, o como si el baño fuera otra dimensión aislada misteriosamente del resto de sus semejantes, a los que ha convertido en fumadores pasivos de nuevo. Lo más hipócrita del asunto es que deberían de amonestarle los empleados de RENFE, pero claro, ves el percal… y mejor dejarlo. Asuntos de falta de civismo como este en adultos hechos y derechos me convencen más y más cada día de que este país no quiere hacerse mayor, se ha quedado en una estúpida adolescencia del “Mando yo”, del ruido, la fiesta y el sálvese quien pueda.