Cuando el reportaje está en el retrete
Sunday, 28 de June de 2009 por Ramón
Leído en las paredes de los retretes de Kuwait convertidos en murales de ideas, quejas y creaciones más o menos artísticas. “Jesús (tachado y sustituido por un Allah) died for you”. “I love the Army and I love killing muslims”. En otra pared: un chicle rosa arrugado junto a un rostro dibujado con rotulador negro de cuya boca asoma una lengua y una burbuja de las de cómic: “Looks like a pussy”. También los hay guerreros: “Fuck the Army”. “Kill muslims in the name of God orBush dosen’t fukn’ matter ”.
Escucho If I have go go de Tom Waits y me entra saudade.
Nueva visita al servicio. Son los nervios. Busco otras letrinas en un segundo contenedor y me acomodo en el retrete con las paredes más garabateadas. Todo son referencias sexuales soeces. Hay una brutal, irrepetible, que convierte los diálogos de Generation Kill en un asunto de monjas de clausura.
El pasaporte estará a las 2100. Hay un vuelo a Bagdad las 0100. En la base se lee un cartel: Puerta hacia la victoria. Al lado se extienden unas bancadas de madera en forma de graderío con letreros de los destinos militares que ofrece la base de apoyo aéreo: Tal Afar, Mosul, Balad, Tikrit, Bagram… Parece más una puerta giratoria a los infiernos.
Tercera visita al retrete. Esta vez es un asunto profesional, sólo busco información que pueda ser utilizada en una crónica. Desde que el periodista arranca el viaje todo lo que ve, escucha, lee y huele es material informativo de primera clase que puede y debe vestir cualquier crónica. “Cuando se aterriza en un sitio como un paracaidista las dos primeras fuentes citables son el taxista y el mozo del hotel, pero nunca hay que desvelar su profesión”, decía Juan Carlos Gumucio, gran reportero y persona que no soportó el exceso de soledad.
Me encuentro en la letrina de los intelectuales: ”Only the death have ever seen the end of the war” (Platon). También hay nombres de ciudades, grandes como Chicago, Nueva York y Baltimore, y otros de pequeñas, como Flint, como si escribirlos en una puerta ayudase a estar más cerca. Leo una pintada de un Rakansas, nombre de una de las brigadas de la 101 División Aerotransportada. En ella aparecen marcados con una uve los lugares ya visitados: Tal Afar, Balad, Mahmudiya, Tikrit, Samarra… El casillero de Afganistán está vacío. Horas después, en uno de mis paseos por la base para hacer tiempo, me topo con gente de la 101 que regresa a casa. No parecen felices, saben que su guerra no ha terminado.
Sistema de adelgazamiento: cagar el doble de las veces que se come. Un almuerzo, dos deposiciones. La toallita húmeda es un gran invento civil para uso militar.
(Diarios de Bagdad. Nov-dic 2008)