Momentos Kodak
Monday, 15 de June de 2009 por Ramón
Ha costado muchos muertos, estadounidenses e iraquíes, comprender que el derribo de la estatua de Sadam Husein en la plaza del Paraíso, el 9 de abril de 2003, no fue el final de la guerra que habían diseñado los estrategas del Pentágono si no el comienzo de otra más compleja y mortífera.
Cuando el marine Edward Chin se encaramó a la estatua rodeado de periodistas extranjeros, intérpretes y (muy pocos) curiosos, se olvidó del guión que describe la letra pequeña de toda liberación y colocó en el rostro del dictador la bandera de las barras y estrellas en vez de la iraquí. ¿Un error producido por el arrebato de un soldado de veintitrés años? ¿Una genial anticipación de las verdaderas intenciones de su Gobierno? ¿Un fallo en el montaje de Iwo Jima bis? ¿Una fuga imprevista de realidad en un cuidado escenario de ficción destinada a ser retransmitida en directo a millones de espectadores por las televisiones globales y a entrar en la Historia? La mayoría de los medios aceptaron la trampa del Pentágono y mintieron a sus clientes al comparar el derribo de la imagen del sátrapa iraquí con la caída del Muro de Berlín en 1989. ¿Dónde estaban las masas enfervorizadas en una plaza acordonada por tropas invasoras para crear un hecho informativo? Un momento Kodak. A veces para mentir es suficiente no decir la verdad.
Una sangría que tenía objetivos muy concretos. ¿Por qué nunca pagarán los que ordenaron tal riada de sangre?
“A veces para mentir es suficiente no decir la verdad”. Probablemente la mejor definición de “periodismo contemporaneo” que he escuchado últimamente. Magnífico blog por cierto.
Estoy de acuerdo contigo, Santi. Considero fundamental que los Bush, Blair y Aznar deban responder por este continuo río de sangre.
Salud
Hace años un viejo profesor de geopolítica – o de materialismo cultural que era lo que realmente le gustaba a él – decía que hay fallos que pertenecen al sistema, que son funcionales al sistema. Quizá tenía razón