El gato de Bagdad
Thursday, 11 de June de 2009 por Ramón
Cuando un militar llamado David, fotógrafo e ingeniero, me enseñaba su cámara y sus objetivos y le confesaba que lo mío era escribir pues carecía de talento para el encuadre, aterrizó un gato cerca de nosotros. Cayó como un obús sobre la grava, unas piedras de tamaño medio con las que se tratan de paliar las inundaciones. El animal que no tendría más de seis meses se quedó un instante de pie, paralizado; después, comenzó a caminar tambaleándose. A unos diez metros, cerca de una tienda de campaña, se detuvo y empezó a temblar. Los chicos se reían. Comprendí que uno de ellos lo había lanzado como gamberrada. Me acerqué. Estaba sucio y con los ojos repletos de legañas y vomitaba un líquido transparente. Miré a los jóvenes y pregunté quién lo había hecho. El asesino se adelantó sin decir nada, cogió al gato, lo acarició y lo dejó en el suelo cerca de la mesa del hule clavado. Está reventado por dentro, pensé. “Bienvenido a Irak”, dijo David, el militar fotógrafo.
Me acordé de Kerbala en 1993 y del vendedor de patos que los tenía arracimados en una caja de cartón. “¿Por qué no escapan?”, pregunté. Y me mostró las alas rotas. “¿Por qué no saltan?”. El vendedor de patos de Kerbala sonrió ante mi ignorancia, tomó uno en la mano, lo dio la vuelta y me mostró las patas quebradas. Así son las dictaduras, nadie vuela, nadie salta, todos parecen conformes. El escritor checo Ivan Klima me dijo en Praga que cuando un pueblo ha vivido 40 años bajo una dictadura ha perdido el sentido colectivo de la honestidad. El asesinato gratuito del gato de la base de Ciudad Sáder se produce en una sociedad quebrada. Cuando no importa la vida humana, la de un animal puede resultar una insignificancia. Ése es el error, la reconstrucción ética, como el periodismo, empieza por los detalles,
(Escrito en Bagdad en noviembre de 2008 en un diario que pudo ser blog)
Y cuándo dices que sale tu próximo libro?
No muchos logran arrancarme lágrimas con un texto … decirte gracias se queda muy corto, porque con frecuencia las palabras se nos vuelven enemigas para describir sentimientos… no me queda hoy otro remedio, pues, que conformarme con un gracias que queda “soso”… gracias por haberte dedicado a esto, por seguir escribiendo como lo haces. Un beso
Te superas, Lobo
Me encanta el texto, lo que dice y como se dice, no sabia que tenias libros escritos tendre que investigar donde comprarlos.
No suelo tener la oportunidad de hablar con un periodista en mi vida cotidiana asi qe quizas pueda responderme a esto si no es mucha molestia
¿Porque normalmente cuando hay accidentes laborales como el del inmigrante boliviano de hace unas semanas, donde el patrón tiene actuaciones aberrantes no se da el nombre del patrón y sí sin embargo el del trabajador?
Gracias por el blog, lo sigo habitualmente e intentaré buscar tu libro.
Cada vez entiendo más a los alumnos apaleados y apaleadores. Si el gato sobrevive buscará ratones que lanzar. Es una cuestión de justicia. Que horror
Muy fino, sobran las fotos.
qué gusto leerte. y cuánta razón tienes, lobo. escritores como tú son los que logran recordarnos que otra mirada es posible: más justa, más amable, más sensata en definitiva. ojalá no te perdamos nunca como periodista. besos desde las antillas
Excelente texto. La caída del gato me ha hecho daño. Esa economía de palabras dura y brutal. Me encanta.
Eso sí, tengo un pero: “Cuando no importa la vida humana, la de un animal puede resultar una insignificancia”. En otros casos, parece que la única que importe sea la animal.
Gracias RL, otra lección (magistral) de cómo contar las cosas.
Saludos, cuídate
Por cierto, acabo de ver el vídeo de Mladic.
¿Para cuándo una pieza sobre tan infame personaje?
Vivo en un país lleno de maras. Las extorsiones, los toques de queda, los asesinatos, las violaciones, el tráfico de drogas, la corrupción, la migración, las remesas, los políticos… son la cucharada de aceite de risino que nos toco tragarnos a los salvadoreños todos los días. Hay quien dice que lo mejor es exterminar a los malos pese a sus familiares. Otros opinan que lo mejor es llegar a la raíz del problema y atacarlo con educación. Todos hablan del problema, analizar, teorizan y discursan sobre él de una manera tan conformista, muchas veces, como nosotros los periodistas, que nos conformamos con hacer nuestro trabajo aunque esto implique estar en la escena del crímen el tiempo que dure una cobertura. Muchos se conforman con tener la foto de lo que pasa y lamentarse desde sus casas, mientras anhelan que su selección nacional llegue al mundial o que U2 se digne a venir a El Salvador. Muchos se conforman. A muchos nos gusta tener las patas rotas y estamos conformes esperando a que alguien venga a matarnos un día de estos. Saludos. Qué buen retrato del gato.
Necesitamos que recuperes todos los cuadernos que tengas por casa.
Intento leerte pero me torturas. Através de una descripción aparentemente objetiva de un pequeño suceso, me cautivas, veo al gato con todo detalle, deseo adoptarlo, protegerlo y cuanto mas sensible me vuelvo, mas duro es el final de tu historia.
He comprado tus libros. He comenzado a leerlos en varias ocasiones pero no consigo terminarlos, se me ahoga la esperanza.
Pero gracias por removerme los sentimientos.
[…] 11 de junio de 2009, en su blog personal, Ramón Lobo afirmaba: «Cuando no importa la vida humana, la de un animal puede resultar una insignificancia. Ése es el […]