Gente que habla sola, gente que grita
Friday, 29 de May de 2009 por Ramón
Madrid es una ciudad que se llena de gente que habla sola, tal vez por que nadie escucha. Una ciudad de autómatas con tics. Las nuevas tecnologías en telefonía son estupendas, sirven de camuflaje: no se sabe si son locos o gente muy moderna con un pinganillo en el oído. Hay otras ciudades españolas donde la gente no habla, grita. Como en el AVE, pasarela de la estupidez a alta velocidad, donde debería habilitarse un vagón para las personas que no vociferan al teléfono ni tratan de compartir la gran alegría de su hijos con todos los pasajeros.
Enciendo la radio o brujuleo por las televisiones y me topo con decenas de tertulianos y políticos que pugnan por colocar su discurso sobre lo que sea, desde la gripe porcina en su variante cuartelera a la prueba nuclear de Corea del Norte. Debe ser eso que llaman cultura enciclopédica (de la ignorancia). En España no se dialoga, se duplican los monólogos. Llevamos así casi 200 años, desde la muerte de las Cortes de Cádiz y lo que aquello representaba, dejando un espacio inmenso a la España negra. Y se nota.
“En España no se dialoga, se duplican los monólogos”
Tan, pero taaan de acuerdo.
¡Que gran astucia tiene usted hermano Lobo!.
Es verdad que, no se si pasa en otros sitios porque estoy poco viajado, pero aquí, entre los “locos” del móvil y los auriculares invisibles (la primera vez que vi a uno trajeao y hablando conmigo de cosas que no entendía, estuve a punto de decirle ¿Que coño quieres?, ¡joido loco!. Y justo cuando iba a hacerlo, se dio media vuelta, y siguió caminando con su ahora si visible auricular en la oreja) y los periodistas “importantes” analfabetos sociales pero que tienen un máster de harvard por cada tema que saques, todo el mundo va a su tema y a soltar lo que quiere decir sin importarle lo que tiene que decir el de al lado y lo que es peor, sin esperar a que acabe de hablar para contestarle.
En discursiones varias, es normal que los parlantes se quiten la palabra, se “pisen” al hablar y generalmente, acaba hablando el que mas chilla (yo me encuentro entre los que chillan, porque mi tono ha sido desde siempre muy alto). Y lo normal es que tras la primera frase de nuestro contrincante, nos empeñemos en pensar una respuesta sin escuchar el resto de la conversación de nuestro aledaño contertulio.
Pero hermano Lobo, arreglar eso, lleva muchas generaciones de cambio cultural y aunque en 200 años ha habido más que tiempo suficiente, al paso que vamos, pasarán otros 200 sin que se haya arreglado.
Salud, y buen ojo, hermano Lobo. 🙂
Lo bueno de este blog es que muchos estamos dispuestos a escuchar por ver si algo se aprende.
Un saludo.
Con entradas como está me rindo a sus pies.
Comparto en parte, tu discurso 😉 jajaja.
No, no, esto no es igual que ir por la calle hablando con el móvil. Lo mejor es cuando ves a alguien “haciendo que habla” …cuando todos sabemos que no… genial!
Vivimos en una sociedad donde escuchar, a penas goza de sentido. ¿Para qué? Mira si tu no lo haces, otro lo hará..y se trata de eso ¿no? de que finalmente uno dirá lo que quiere decir y punto… encontrará su público: una persona, un grupo. Este es el estereotipo. El éxito de la marca, del producto, del discurso, para nada es el éxito de la comunicación, del diálogo, de la empatía…El primero deriva más bien del viejo pensamiento mercántil de vender, comprar, sin importar cómo, es el que inunda la televisión de publicidad… el segundo busca la interacción, un factor considerable, si lo que se busca es el mismo fin. Empresas que venden, personas que quieren respuestas.,
Gente que habla sola, sí… gente al fin y al cabo, desde mi punto de vista, que no quiere “problemas”… -vas en el metro, hablas con alguien y más de uno te mira con cara de “qué haces”… Digo esto, e inmediatamente, me viene a la cabeza, la “sociedad orgánica”…¿Átomos que hacen posible un sistema? no creo. Pero 1 sociedad individualista, donde el “otro” importa poco, parece que sí.
las nuevas tecnologías sirven de camuflaje, pero el mal existe desde antes. siempre le digo a mi pareja: “Tu madre y la mía, si se conocieran, no se entenderían, porque no sé cuál de las dos habla más y cuál escucha menos”.
¿Y qué decir de los que escuchan música en el móvil sin auriculares? De los que hablan a gritos por teléfonos. De los que hablan con alguien a gritos, de los ruidos de la climatización de los edificios, de los vecinos que hacen bricolaje los fines de semana a partir de las 8:30 horas, de los que tiran de la cadena a las 2 de la mañana, de los que se pasean a las 7 de la mañana por toda su casa con tacones, de los que ponen los electrodomésticos más ruidosos a la 1 d ela madrugada… Me gusta la música, no el ruido.
¿ Y que tiene que ver lo que tu dices Virginia con lo que aquí se comenta?.
También se puede leer sin escuchar….
yo adidta a los videjuegos . Diagnosticaron los Psicólos a mi hermano y a mi una serie de disfunciones….. Y luego es lo que nos ha dado curro a los dos esa habilidad con nuevas tecnólogias.
la gente que se queja , no piensa nunca que ellos también pueden molestar , con sus manis, miedos, etc……….
el bar latino de abajo de mi casa…con la bachatta siempre alta y todo el mundo bailando hasta las tantas…las conversaciones de la gente por el móvil en los autobuses, sin ningún tipo de pudor, amándose o odiandose por teléfono…un espacio lleno de humo y mesas repletas de cafés y copas y gente alborotada en torno a un problemilla cualquiera…comentadores espontáneos de películas en los cines…alguien sale dando un portazo en espacios demasiado silenciosos…
yo me siento muy feliz con todo esto…
y sin duda preferiría ir en ese vagón especial para niños impertinentes, gritones impúdicos, locutores de radio frustrados y marujas manchegas a estar en el de los viajeros concentrados que sueñan con un mundo sin perturbaciones
aunque igual pasaría un rato al otro vagón al menos para saludar a ramón lobo
http://sydgermen.blogspot.com/2009/05/la-verdaderaa-historia-de-los-piratas.html
A mí me encanta la gente, creo que soy adicta. Además se me da bien entablar una conversación, me gusta escuchar las cosas tan variopintas que me cuentan. Cuando regresé de una ciudad europea -de verdad, pero que omitiré- a Madrid mi querencia se volvió adicción. Madrid es escandalosa, verdulera, increíblemente decibélica pero…está llena de vida…Estuve en esta omitida ciudad 9 meses, me vine volando en cuanto pude, me sentía como dentro de una bola de cristal, como parte de un objeto decorativo muy bien diseñado pero frío, estático. Así que ya en el avión de vuelta como dicen en mi tierra pegué la hebra con todo el que se prestaba -sobre todo las personas mayores, que están como yo, deseando pegar la hebra-. Nada, un año después me sigue encantando este metro de Madrid, escuchar las conversaciones tan extraordinarias que se oyen, las historias que desvelan los rostros, los gestos, los olores…-también- en fin, que prefiero esta feria de locos tan de Jacques Tatti que es Madrid que vivir en una perfecta ciudad con perfectas normas urbanas que silencian el alma…Que conste que no soy de Madrid, pero como Madrid somos todos pues…un poco sí que me siento de aquí. Por cierto: En esta ciudad omitida, fue la primera vez que vi los artilujios estos de la oreja, pero allí no se distinguen de las personas que hablan solas: es como una película de mutantes y humanos de esas en las que el héroe tarda la mitad de la película confundiendo a unos con otros… una amiga me dijo que yo también sucumbiría y acabaría hablando sola.
Efectivamente me pasó y me sorprendí a mí misma autodándome la murga en mi minipiso, en la calle…fue cuando decidí que había pasado demasiado tiempo sola y como un fantasma por aquellas insignes calles y que me venía a la península jabuga a que el chófer del bus, la dependienta del Zara, el camarero del bar, el chino de la esquina o el portero del edificio ¡me dijera al menos un buenos días sevillana!
Que conste que odio el ruido gratuito, pero el griterío me encanta, me hace sentirme viva y que la gente que me rodea también lo está.
Gracias Celemín, por tus sabias aportaciones de ‘Harvard’???. Me has abierto la mente. Suele pasar que uno se cree siempre el mejor y no siempre es así. Yo tampoco.
Me gusta la música, no el ruido.