El error Trillo
Tuesday, 19 de May de 2009 por Ramón
El País publica mañana una fotografía de Federico Trillo. Su rostro no miente, es un poema. Lo dice un amigo mío: “Se parece cada vez más a Gordon Brown”, el primer ministro británico que después de esperar toda la vida a la sombra de Tony Blair se quemó con el sol, con el Principio de Peter y la crisis. Nuestro Trillo no se quema porque jamás ha dejado la sombra del poder y sus beneficios judiciales. Tampoco dimite. Ni pide perdón. Ni hace acto de contrición ni propósito de enmienda (¿se decía así?). En su caso nos queda un consuelo: como miembro del Opus Dei se juega algo más que responsabilidades políticas, se juega el infierno. Debe tener serias dudas teológicas el tan Trillo cuando se muestra tan sobrado, tan por encima de todo, incluso de las convicciones que dice tener.
He encontrado esta pequeña joya. Es de Francisco Umbral.
Se tituló El error Trillo:
Don Federico Trillo ha dado pruebas de ser un político válido y que defiende con energía e inteligencia los legítimos intereses de su partido. El señor Trillo es un político joven y veloz que sin duda puede prestar grandes servicios al PP. Pero el señor Trillo es, en este momento, el hombre inadecuado en el sitio inadecuado.
Queremos decir que si hay en toda la democracia un cargo que exija independencia, libertad total y bien controlada, un estar por encima del bien y del mal, ese cargo es el de presidente del Parlamento. El presidente del Parlamento ha tenido su máxima expresión legal y profesional en don Félix Pons (enhorabuena, don Félix, con nuestro grato recuerdo). Incluso esa cosa de estatua impasible de la Isla de Pascua que tiene físicamente el señor Pons, contribuye a explicar bien lo que es un hombre de edificada madera de ley y de la Ley. A ese modelo/Isla de Pascua debiera atenerse siempre la elección de un presidente de las Cortes, por decir las cosas gráficamente, que ya los griegos se negaban a aceptar una idea que no se pudiera dibujar. Federico Trillo, miembro confeso del Opus Dei, lleva el signo tan grabado en el alma como una medalla cartaginesa. Sin duda que es un buen opusdeísta, quizá un modelo, mas por eso precisamente no puede ser el hombre exento, deshabitado, inteligencia pura, que se requiere para el cargo.
Más en El Mundo (27-03-1996)
¡Qué prolífico es usted, Hermano Lobo!
Déspota, intolerante, inaceptable, intolerable, mentiroso, demagogo, hipócrita, indecente, inoperante, numerario y chabacano podrían ser epítetos que calcen como un gante en el personaje Trillo. Error no, porque en el error hay descuido y buena fe, y Trillo es sobre todo incompetente y siempre actúa a sabiendas de lo que hace y de lo que dice.
Salud, hermano Lobo y guarde algo de su mágnífica creación para horas bajas 🙂
Pero si ya habra cumplido su pena.Seguro que se ha confesado y ha rezado dos padrenuestros y tres avemarias.Y santas pascuas.
Yo, es que lo del infierno no me lo creo…así que prefiero que se cumplan las condenas en tierra. Además…si eres católico…te arrepientes de todos tus pecados en el último momento….y AQUI PAZ Y DESPUES GLORIA….y nunca mejor dicho.