Ciudades, cornisas y políticos
Monday, 18 de May de 2009 por Ramón
Here is New York de E.B. White, escrito en el verano de 1948, es posiblemente el mejor retrato psicológico de la Gran Manzana. Una ciudad que, según el autor, ofrece “el regalo de la soledad”. Una urbe extraordinaria en la que uno puede “sentir bajo sus pies las vibraciones de los grandes momentos” y en la que a pesar de la profusión de acontecimientos extraordinarios que se suceden a diario, existe, según White, una separación de 18 pulgadas (45,72 centímetros) entre sus habitantes que les permite elegir “entre el regalo de la privacidad y la excitación de la participación” (Supongo que nuestro escritor no conoció el metro en la hora punta). De todas sus definiciones me gusta especialmente la que describe NY como el lugar en el que si cae una cornisa tienes la posibilidad de decidir si te afecta o no.
Otras ciudades, y en España somos especialistas en esto de todos en comandita, las cornisas que caen afectan sin escapatoria a todos los habitantes. Sucede también en la política. Ahora, por ejemplo, todo el Partido Popular (conservador), sobre todo el valenciano, está sacando pecho debajo de un friso de tamaño considerable junto a un presidente que tenía dos pésimas costumbres: no pagar sus trajes y hacérselos en un baratillo. En un país serio, un tipo tan cutre, estaría en la calle.
Usted, hermano Lobo, lo ha dejado claro:
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Pero claro, este no puede ser un país serio. En un país serio, la gente no se mete en política para obtener contratos de obras para sus amiguetes. En un país serio, es más importante el país, que llegar al poder a toda costa. En un país serio, el terrorismo es algo a combatir y no algo con el que obtener votos. En un país serio, cuantos más idiomas se hablen mejor. En un país serio, la corrupción es un handicap y no un granero de votos. En un país serio, la derecha es derecha demócrata y fiel. En un país serio, se monta un escándalo mayúsculo porque los diputados se gasten el erario público en cosas particulares. Aquí se ríen las gracias.
Definitivamente, éste no se siquiera si es un país.
Salud, hermano lobo, y fuerza para seguir. 🙂
Aceptando la nula seriedad que impera en la clase política nacional. lo que resulta lamentable es que estas dudosas actuaciones permiten mantener el número de votos e incluso, incrementarlos. No olvidemos lo que sucedió en Galicia a raíz del desastre del Prestige.
El tiempo demostrará si aprendimos de los errores o si permanecemos dominados por la estupidez de antaño.
Un abrazo.