La máquina que grabó a Fidel
Thursday, 30 de April de 2009 por Ramón
No soy mitómano, pero conservo la cazadora que usaba en las manifestaciones antifranquistas cuando era estudiante universitario. Pero no he empezado este post para narrar batallitas de peleas con los grises (el precedente de los actuales antidisturbios de la policía nacional), sino para escribir sobre mi grabadora Sanyo MG-50 adquirida en 1981, cuando comencé a trabajar en Radio 80, una emisora generalista que terminó mal: especializada en música y con otro nombre.
Aunque sigo utilizando mi grabadora porque nunca falla, tuve unos años de infidelidad en los que probé algunos aparatos de tecnología punta. Acudí en abril de 2006 a una entrevista con Ryszard Kapuscinski (“El sentido de la vida es cruzar fronteras”; El País 23-04-2006) armado con un modernísimo MP3 de la marca Creative que falló. No tanto por culpa del aparato sino porque en vez de cargarlo la noche anterior lo descargué. La entrevista con el maestro Kapuscinski arrancó con una conversación sobre la inutilidad de estas máquinas capaces de modificar el discurso, incluso en África: gente que ante un micrófono siente la necesidad de decir algo brillante.
También falló el Creative en las dos entrevistas que mantuve con el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, previas a la independencia. Estoy convencido de que fueron los inhibidores instalados en su despacho los que bloquearon el MP3. Tras estos fracasos, desempolvé mi Sanyo MG-50 estéreo que a sus 29 años jamás ha sufrido una avería. Cuando lo saco en la redacción para escuchar la entrevista a través de los auriculares del iPod (gesto tecnológico compensatorio), los redactores jóvenes se acercan con la misma pregunta y la misma sonrisa: ¿qué es eso? Conclusión: el Sanyo grabará muy bien y sin fallos pero genera demasiadas interrupciones, por lo menos hasta que se acostumbren.
Este grabador tiene historias. Con él grabé a Fidel Castro en una brevísima visita a España en marzo de 1984 tras los funerales de Yuri Andropov en el Kremlin. Llegaron procedentes de Moscú Fidel Castro, Daniel Ortega y Felipe González, quien los invitó a comer en La Moncloa. Radio 80 me envió a Barajas para cubrir la noticia. A la llegada no hubo declaraciones ni fotos. Volaron en un helicóptero.
Tras el almuerzo, entraron los tres en la sala de prensa del aeropuerto repleta de periodistas. Felipe González se limitó a decir que habían conversado de todos los temas y que no habría rueda de prensa. Cuando terminó de hablar se escuchó la voz potente de Félix Bayón, del diario El País, preguntar desde el fondo a Castro qué había sentido al pisar la tierra de sus antepasados. El comandante se explayó un buen rato con su verbo florido e impresionante (sobre todo de cerca). Segunda pregunta, también de Bayón: “¿Que le ha dicho el Rey cuando han hablado por teléfono?”. Castro abrió mucho los ojos: “¿Tú cómo sabes que he hablado con el Rey”. Después se enrolló con el asunto con el mismo verbo florido e impresionante (sobre todo de cerca).
Sabía que la tercera pregunta sería la última. Tenía 29 años, era mi primer trabajo serio con un sueldo de broma, pero logré imponerme a todos los demás periodistas y preguntar: “Presidente, dicen que han hablado de todos los temas, ¿también de [Eloy] Gutiérrez Menoyo?”. Felipe González me fulminó con la mirada y dijo: “He dicho que esto no es una rueda de prensa”, pero Castro le tocó el brazo, como diciendo, déjamelo a mí, y preguntó dirigiéndose al joven periodista, es decir, yo: ¿”Tú qué sabes de Gutiérrez Menoyo?”. Sentí arder el borde de las orejas y una gran sequedad en la garganta pero me acordé del cantante Emilio José, que una vez contó en la radio una historia de un tipo que trató de boicotearle un concierto. “Yo era Emilio José, todo el mundo había venido a verme, tenía el micrófono en mano y bastantes tablas, así que le machaqué”. No sé porque extraño mecanismo mental recordé esta anécdota en ese instante supremo: Castro es Emilio José, todo el mundo ha venido a verle, tiene muchas tablas y el micrófono y me va a machacar. Entonces respondí: “No sé nada, por eso le pregunto”. Eso le ablandó: “Pues yo te lo voy a explicar. Guitiérrez Menoyo es un terrorista de la CIA…”.
He encontrado por casualidad en You Tube la respuesta que dio Fidel Castro a mi pregunta. La cara de Felipe González es un poema.
Cuando regresé a la emisora, que no era precisamente de izquierdas, me recibieron como a un héroe, pero a mí aún me temblaban las piernas. Fue mi primer gran éxito profesional y el tema estrella de todas las radios que hablaban de “la pregunta de un periodista” porque se me olvidó decir mi nombre en la no-rueda de prensa. La vanidad es algo que se aprende con los años.
Me encanta leerte. Creo que eres uno de los grandes referentes del PERIODISMO (con mayúsculas) en España.
Somos muchos los que estamos muy felices de tu llegada a la blogosfera (o como quieran llamarla). No por el snobismo del formato, sino por la posibilidad de leerte más a menudo.
Si me permites, me quedó por aquí esperando tu próximo texto.
Un saludo desde Tokio
Nico
Hubiese pagado por estar allí, me ha encantado el post. Enhorabuena, muy buen blog.
Historia cuirosa de trastienda Ramón, convertida en entretenida relato. ¿No te dejabas la grabadora en los bares…? Haber encontrado el vídeo es buena prueba de la aportación del 2.0 al relato periodístico y de que se pueden hacer cosas grandes de cuestiones tan simples como el artilugio que se emplea, o se estropea, para recoger una conversación.
ja!
y ahora el terrorista de la CIA vive en la habana
Me encantan las anécdotas que cuentas. Siento envidia sana 🙂
Te leo desde hace semanas y estoy enganchado… hasta el punto que ya apenas veo telediarios ni compro periódicos, me he hecho con una red de blogs de periodistas de los que me fío y con un par de medios digitales… seguid contando la verdad, aunque sea la vuestra, que es mucho más digna.
Un saludo
Y el vídeo lo habías puesto aquí!! yo al leerte en mi lector de feeds lo había buscado en youtube para añadir el link a mi comentario pero veo que tengo que entrar más en el blog en vez de usar tanto el lector.
Gracias por escribir
[…] de frecuencias pueden con los Creative e iPhone, pero no con mi grabadora todo terreno con la que grabé, entre otros, a Fidel Castro en su brevísima visita a […]
[…] otro libro de estilo. Entre los viejos lobos del periodismo parece que esto no suele ocurrir, salvo excepciones. Plumillas de libreta los hay muchos, que miran por encima del hombro al que se vale de las […]