La mejor forma de tener ideas en política
Wednesday, 22 de April de 2009 por Ramón
Recuerdo una anécdota escuchada hace unos cuantos años, creo que en algún corrillo. El entonces alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, preguntó al periodista Miguel Ángel Aguilar, quien ocupaba un alto cargo en la agencia de noticias Efe: “¿Qué podemos hacer para solucionar el tráfico?”. Aguilar respondió: “Quitar los coches oficiales? El alcalde, sin duda sorprendido por la propuesta, replicó: “Pero si son muy pocos. ¿Cómo van a producir atascos”. El periodista, que fue mi jefe en el difunto diario El Sol y de quien guardo el mejor recuerdo, dijo: “No es por los coches, alcalde, es por vosotros: en el momento que estéis una semana yendo en transporte público seguro que se os ocurre alguna idea”.
Se podría aplicar a muchas profesiones, al periodismo por ejemplo, pero esta vez prefiero pensarla en la política. Imaginarme a los líderes del G-20 ampliado reunidos en una aldea de Sierra Leona, encerrados detrás de una empalizada durante un mes, sometidos a las mismas condiciones de vida: el mismo camastro de paja junto al orín de los animales en un cabaña de adobe, la misma única comida diaria de arroz y maíz rebañado con los dedos, los mismos mosquitos anófeles portadores de la malaria, el mismo calor sofocante y húmedo.
Imaginarme a sus mujeres caminando descalzas durante horas para conseguir cinco litros de agua que necesitan para cocinar y lavarse, una agua parda en la que los microbios tienen rostro. Un mes sin duchas de agua caliente, interpretes, televisiones de plasma, teléfonos móviles, correo electrónico y Google Earth para jugar a ya me sé muchos países en los que no he estado.
Un mes sería suficiente para arrancar unas cuantas buenas ideas. Es muy difícil ver la realidad cuando se viaja en coche oficial, se vuela en avión oficial, se pisan aeropuertos oficiales y salas de congresos oficiales protegidos por guardaespaldas oficiales, se come comida oficial, se habla con gente oficial y se escucha solo a gente oficial y prudente que dice sólo lo que quieren escuchar. Por eso me gusta tanto Nelson Mandela: siempre tuvo ideas propias fuera del circuito oficial.
preguntas para ideas desde jamaica, antes de volar a colombia en 4 dias: el contraste de la malnutricion de los ninos en “la isla del buen rollo” con un turismo loco de “nuevos progres”… y en locombia-colombia: ?quien escucha a los familiares de desaparecidos de los paras?, a mi despues de 5 anyos intentando oir me puede la impotencia… a ver que escucho este mayo y que puedo transmitir (mas bien poco- soy ahora una mediocre profe de universidad medio gringa, medio asturiana)… pero manana habla evo morales en niuyol… a ver… buscando…
Arancha: ser medio asturiana es lo importante.
Imaginarme a los lideres del G-20 ampliado reunidos en esa aldea cualquiera de Sierra Leona , me reconforta , yo les tendria mas de un mes ……………..
Saludos
Ramón, me parece una idea genial. El único problema que yo, que he vivido en África 20 años, tendría es pensar: ¿qué han hecho las pobres gentes de Sierra Leona para merecer esto? Bastante problemas tienen ya.
Bonita ficción. Me alegra que la compartas desde tu Moleskine.
[…] Ramón Lobo desde su blog. […]
[…] Ramón Lobo desde su blog. […]
No aguantarían ni tres horas. Hermano Lobo, la política actual lleva consigo la marginación del mundo real y la sumisión a los poderes que aupan a estos gerifantes.
Así que, ademas del G-20, podríamos llevar al presidente del FMI, a los presidentes de los 50 bancos más grandes del mundo, a los de las farmacéuticas y petroleras y a todos esos hideputas que mueven los hilos desde Miami, Jamaica o las Islas Barbados
Salud, hermano Lobo.
La idea de que los políticos desciendan del Olimpo y que las suelas de sus zapatos dejen de estar impolutas, me parece muy atractiva y razonable. Lo que pasa es que hay un planteamiento opuesto que me inquieta. Si nosotros, gente del pueblo llano, ocupasemos su lugar ¿cuánto tardaríamos en volvernos como ellos? Un saludo.
Suscribo de principio a fin el artículo. A más de un alcalde o alcaldesa, no voy a decir Rita Barberá por si acaso, me gustaría verles usando durante un par de meses o tres el transporte público. Pagando un alquiler exagerado por un cuchitril. Trabajando por menos de 900 euros al mes (ya quisiera yo ser mileurista). Y lo que es más, en lugar dos o tres meses hacerle creer que es indefinido, que es lo que les espera a corto, medio y largo plazo. A ver que pasaba entonces…
La mejor forma de tener ideas en política…
El entonces alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, preguntó al periodista Miguel Ángel Aguilar, quien ocupaba un alto cargo en la agencia de noticias Efe: “¿Qué podemos hacer para solucionar el tráfico?”. Aguilar respondió: “Quita…
Extraordinaria reflexión 🙂
Y yo me pregunto, ¿que queda entonces de aquel principio de la teoría del estado que dice que en los políticos descansa la soberanía popular? Si estos ni siquiera son “el pueblo”, ni padecen los problemas “del pueblo”, ni saben resover sus problemas, ni defienden sus intereses…
“9Kacho:
La idea de que los políticos desciendan del Olimpo y que las suelas de sus zapatos dejen de estar impolutas, me parece muy atractiva y razonable. Lo que pasa es que hay un planteamiento opuesto que me inquieta. Si nosotros, gente del pueblo llano, ocupasemos su lugar ¿cuánto tardaríamos en volvernos como ellos? Un saludo.
”
Respondiendo a tu pregunta: no tengo ni idea, la verdad, pero me encantaría comprobarlo, ¿a tí no? Pero, ¿esto de ser político es que es cosa de nacimiento, como la herencia? ¿Qué ocurre en este país en el que la clase política no cambia nunca, donde pasan las décadas y siguen los Chaves, los Aguirre, los Arenas?.
El problema es que si al volver de Sierra Leone los políticos del G20 empezaran a cambiar sus políticas hacia el tercer mundo, durarían poco: sus electorados los echaríamos en un santiamén por no preocuparse “de lo nuestro”.
Me parece muy interesante esta reflexión y estoy de acuerdo. Me molesta mucho que haya esta total y absoluta desconexión entre la clase política y el pueblo, al que supuestamente representan.
Y ya no solo para cosas de este tipo, sino en aspectos mucho más cotidianos, no es lógico que todos los hijos de los políticos vayan a colegios privados, y que nunca usen el transporte público, o que no hagan uso de la seguridad social y disfruten curando sus males en clínicas privadas. Eso no me parece bien. De hecho ya lo comenté una vez: http://tinyurl.com/ce3psh
….aún no entiendo muy bien eso del “estuve allí” que otorga una suerte de autoridad para hablar y conocer ciertas cosas…en términos históricos y materialistas, sin duda, esto plantearía muchos problemas…por no hablar de los problemas éticos….el problema que más preocuparía es el de la potencia empática y común de toda experiencia…sobre ello solo tengo una frase en la cabeza: “lo contrario al conocimiento de hecho no es la ignorancia, sino el engaño y el fraude”…
….no creo, por ejemplo, que hicera falta que un periodista se autosometa a la tortura (retomando el link de Vanity Fair que postea Escolar) para que sus argumentos (o descripciones) contra ella resultaran más “veraces”…no creo que el conocimiento experiencial tenga nada que ver con esto…seguiré pensándolo de todas formas…
…entiendo que un ciudadano de a pie, pueda disfrutar viendo, aunque fuera sólo por un mes, a los políticos viajando en transporte público…como una manera de compartir su miseria urbana de cada día…pero el problema de incompetencia no parece ser únicamente un asunto de que la clase política…esa clase a la que se le reprocha no saber nada sobre las vidas cualquiera…son esas vidas cualquiera también responsables, en su incapacidad de producir una política posible, que no necesita de responsables políticos que las tutelen, porque ya están emancipadas…
un saludo
Otro alcalde de Madrid, posterior, aquel que confundió Asterdam com Amsterdam, en unas jornadas de transporte público, dijo mientras era pillado in fraganti por una tele privada: “¿A quién se le ha esta cosa?”. Pues eso.
-Me ha encantado, original, certero, oportuno, conecto totalmente con tu idea, y sería deseable extender la idea a todos los ámbitos sociales. Un abrazo.
Ja ja ja, me parece a mí que se les ocurrirían unas cuantas el día antes de tener que usarlo, cuando se les obliga a probar su propia medicina se curan todos. Un saludo.
Me gustaría saber la respuesta del alcalde…
Completamente de acuerdo. Creo que ese es el problema actual de nuestros dirigentes (nacionales e internacionales), están demasiado alejados de la realidad cotidiana.
Bonita idea. Pero, siendo realistas, si montaran en transporte público, o si se fueran a una aldea de Sierra Leona, ¿cuánto tiempo tardaríamos en acusarles de populistas?
Si queremos cambiar la realidad de la política, me temo que lo primero que tenemos que hacer es echar una mirada realista a los dos lados del espejo. Siempre me he negado a pensar que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece, pero a veces la realidad me deja sin argumentos en contra.
mmm…. Pues lo siento, pero este post no me gusta. Es maniqueo, Ramón, pero seguro que pierdo si me pongo a debatirlo contigo (y tantos lectores).
Disentir nunca pierde, Myriam. Besos
No sé quién fue el que dijo “¡políticos, coged el metro!”.
Se aprende sólo con ir en el transporte público y fijándose en las caras y tipos de la gente. Luego no saben cuanto cuesta un café o lo que significa el miedo a quedarse en paro con una hipoteca a 60 años, o lo que es el trabajo de verdad con madrugones de verdad, simplemente eso.
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La mejor forma de tener ideas en política | En la boca del lobo…