“Quien no se vuelve loco no es normal”
Monday, 16 de March de 2009 por Ramón
Goran Bregovic sigue siendo a los 59 años -los cumple el 22 de este mes- un rebelde. Aunque procede de un territorio convulso en el que abundan las etiquetas nacionalistas (serbios, croatas, bosniacos, kosovares) se considera yugoslavo, una nacionalidad que ya no existe; que sólo permanece en la música y en la memoria. “Si tu país desaparece, descubres que no era algo político ni geográfico, sino emocional. No me siento represente de una nación o un Estado. Sólo represento ese territorio emocional que no tiene nada que ver con la política”, asegura en una entrevista realizada el viernes en Cádiz, en víspera del primero de los tres conciertos que dará en España junto a su Banda de Bodas y Funerales (hoy en Madrid, teatro Price; el 18 en Barcelona, en el Palau de la Música).
En Alkohol, su último disco, hay una referencia a esa locura; una frase extraída de una camiseta muy popular en los Balcanes: “Quien no se vuelve loco no es normal”. Bregovic no rehúye ningún tema, tampoco el de la guerra. “Creo que conozco a casi todos los criminales de guerra. Conozco a Radovan Karadzic, que antes de la guerra era poeta. Algunos de mis profesores de la Facultad de Filosofía están en La Haya. Eran políticos pequeños que creyeron interpretar personajes históricos. Los seres humanos están condicionados. Si les dejas la oportunidad de convertirse en animales se convertirán en animales. La cultura no nos protege”.
Más en “Es posible volver a empezar una vida, pero no una biblioteca” (El País).
Para saber de qué estamos hablando, un vídeo de aquellos conciertos de 2005 en los que miles de personas, serbios, croatas y bosniacos, tuvieron un sueño: al despertar el dinosaurio de Monterroso nunca había estado allí.
La calidad no es extraordinaria porque el comunismo y poscomunismo tiene estos defectos:
ha tardado sólo 15 años en decir estas cosas, mientras sus ex vecinos de Sarajevo se morían de hambre y de frío Bregovic se emborrachaba en Belgrado y Praga con Kusturica. Entiendo que los artistas sólo suelen ser valientes en retaguardia, pero Bregovic es un ejemplo más de que lo interesante artísticamente no tiene porqué tener una catadura moral encomiable.
Hola RL: no sé si Ramiro lleva razón, pero leyendo tu entrevista con Goran Bregovic no he podido evitar el recuerdo de una frase reciente de Carlos Boyero (“es fácil ser cínico cuando siempre estás al lado del poder”). También recuerdo cómo Bregovic (sarajevita como aquellos 12.000 muertos y 50.000 heridos durante el infame cerco serbio) se lavó las manos entre fiestas y alcohol. Otra vez más, una cosa es ser artista y otra ser (buena) persona. Al menos, una gran entrevista.
Como siempre, cuídate
Bregovic tenía muchas entrevistas, pero sólo le hice una. Ramiro siempre tiene razón y doble cuando habla o escribe sobre los Balcanes. Bregovic es un representante de esa Serbia que miró hacia el otro lado (el 90%) durante la guerra. Quise centrarme en una entrevista musical y salió así. A Emir Kusturica le hubiera tocado una política. Él, además de mirar y emborracharse, ha jugado estos años un papel político lamentable, abrazado a los nacionalistas antieuropeos. Bregovic, al menos, sólo siguió bebiendo.
Saludos
Cierto, RL, aún me apena ver cómo un pueblo (casi) entero escondió la cabeza y los ojos cuando sus bestias nacionalistas devoraban a los vecinos. Quizá lleva razón Marjane Satrapi cuando dice que lo único que nos separa de la violencia consuetudinaria de los pueblos menos desarrollados (o con más mala suerte, añado yo) es que aquí no hay hambre masiva. Pero, ay, Bregovic sigue siendo un superhéroe para los radicales panserbios y motivo de orgullo feroz de esa pequeña Gran Serbia que soñaron Milosevic, Karadzic y… todavía recuerdo un viaje en bus público entre Novi Sad y Belgrado cuando, allí, sólo nombrar al grupo de los botones blancos era señal de victoria cultural ante Europa. Una pena.
Espero que puedas, algún día, entrevistar a Kusturica, pero ese día lleva guantes y linimento para los golpes, que nunca se sabe…
Lo dicho, placer grande leerte. Cuídese!
Muy buena entrevista, Ramón. Has tenido una oportunidad única de entrevistar a uno de los mejores arreglistas -que no compositor– de música balcánica.
Son tantas las similitudes que guarda la historia de Yugoslavia con la de España que resulta muy difícil posicionarse. Allí fue Tito y aquí Franco, las dos caras muy distintas de una misma moneda. Y la historia de los nacionalismos también es conocida en ambos países.
Respecto al aspecto musical, me temo que las versiones difieren según a quien se pregunte. Kusturica, por contra, argüía que la ruptura artística se produjo por un plagio realizado por Bregovic de una canción, en Arizona Dream. Puedes leerlo en una interesante entrevista publicada aquí (no disponible online, lo siento).
Si después de este extenso comentario te siguen quedando ganas, te invito a leer un análisis que escribí a propósito de la obra de Kusturica. Y perdón por el autobombo 🙂
Todo el autobombo que quieras si es bueno. Gracias por las conexiones
Yo conozco dos versiones del conflicto entre Kusturica y Bregovic: una es que Kusturica se negó a incluir en Underground el tema de Kalasnjikov, que a todas luces sería el mejor del soundtrack, y la otra versión es la que comenta Juan Blanco, el tema de Arizona Dream lo habrían hecho juntos y de buenas a primeras sale registrado a nombre de Goran. Como sea, persisten los rencores entre ambos. Los dos siguen diciéndose yugoslavos, pero no se pueden ver ni en pintura, tan paradójico como lo sucedido con su país: divisiones que de lejos no alcanzamos a entender. Saludos.
Es un pobre personajillo famoso por su tacañeria y notas simplonas! Lleva ya años vulgarizando la extraordinaria herencia musical de los Balcanes.