Afganistán
Wednesday, 18 de February de 2009 por Ramón
Afganistán fue mi primer contacto con una información internacional. Corría 1980. Zaragoza. Servicio militar (un chollo: capitanía general, revista Moncayo). Por las tardes, muchas de ellas libres, hacía prácticas en El Heraldo de Aragón. En una de ellas, José María Doñate, redactor jefe y motor de aquella redacción, me envió a entrevistar a Leandro Ruiz, profesor de Derecho y eminencia en Asia central y Afganistán. Fue una lección: me enseñó el valor del contexto. Veintiún años después, el 11-S me llevó a Líbano (primera etapa de un viaje por varios países para dar a conocer la opinión del mundo árabe, un plan que apenas duró una semana) y a Afganistán. ¿El cierre de un círculo? Viajé como casi siempre en aquella época junto a Gervasio Sánchez dirección a Berlín (necesario para obtener el visado de Tayikistán) y Dushambé, la puerta de entrada a un país que iba a ser bombardeado por Estados Unidos. Aterrizamos en un avión poco fiable en la capital tayika a primeros de octubre. Nos recibió un traductor con el que había contactado Pilar Bonet desde Moscú. Mientras esperábamos los permisos (los comunistas y ex comunistas siempre tan aficionados a los papeles) y que se organizara un convoy oficial hacia la frontera de Afganistán escribí El régimen talibán se desmoronará en días, según la Alianza (05-10-2001). Nada del otro mundo, pero había que marcar el territorio: manía periodística muy extendida entre los corresponsales y las redacciones: decir, ‘aquí estamos’, y que en realidad no sirve para nada.
Tras cruzar en una barcaza el río Amu Daria, ya en Afganistán, una de las piezas más logradas: Polvo y fusiles en el Afganistán ‘libre’ (07-10-2001). De camino hacia el norte de Kabul por carreteras estrechas, bacheadas y peligrosas, el ataque americano nos sorprendió en Fayzabad: El ataque abre la ofensiva de la Alianza (08-10-2001) y La Alianza del Norte aplaza su avance hacia la capital afgana (09-10-2001). El descenso del valle del Panchir, donde Ahmad Sha Masud había resistido la invasión soviética ganándose el sobrenombre de León del Panchir. asistí a una movilización de voluntarios: Los campesinos armados avanzan hacia el sur (11-10-2001). Tras cruzar las montañas (más de 4.500 metros) llegamos a Jabalossarad (nombre que jamás fui capaz de pronunciar), que fue el centro de operaciones: La ‘zona libre’ de Afganistán vive aún en el Edad Media (12-10-2001). Entrevista a dos desertores talibanes en el frente de Charikar: “La gente vive aterrada con los talibanes” ( 13-10-2001). Una de las líneas del frente en Bagram, una base fuera de uso que después, con los años, sería el centro de operaciones militares de EEUU y una prisión poco respetuosa con los derechos humanos: La quimera de tomar Kabul (14-10-2001). Como en la guerra de Gila: Cara a cara en la guerra civil afgana (15-10-2001). Primeras advertencias a una catástrofe humanitaria si no toman medidas antes de la llegada de las grandes nevadas y del cierre de las rutas de abastecimiento: Cruz Roja asegura que 500.000 afganos pueden morir de hambre este invierno (16-10-2001).
En el Panchir, en Dow Aab, había una cárcel con extranjeros supuestos colaboradores de los talibanes y Al Qaeda: “Si le matan, todos seremos Bin Laden” y una columna informativa: La Alianza ordena a sus jefes que estén preparados para tomar Kabul (17-10-2001). Dow Raee era una de las puertas de salida de Kabul, por donde a diario huían decenas de personas: Escapar del infierno (18-10-2001). El paso de Salang está cerrado desde que lo volara Masud en 1999. Al otro lado está la carretera que conduce a la segunda ciudad en importancia: La batalla de Mazar-i-Sharif (20-10-2001).
Hay combates en el norte y La Alianza del Norte empieza a recibir apoyo de EEUU (21-10-2001) y EEUU bombardea el frente de Kabul y los talibanes llaman a la resistencia (22-10-2001) y poco después, un primer error. EEUU bombardea por error posiciones de la Alianza del Norte junto al aeropuerto de Bagram (23-10-2001) y EEUU intensifica sus bombardeos sobre los talibanes en el norte (24-10-2001). Una pieza que se sale del discurso de la guerra, pero que la explica mucho mejor: Nostalgia por el cine en Afganistán (25-10-2001).
EEUU pierde su primera opción para dirigir el futuro de Afganistán: Los talibanes ejecutan a un líder opositor que era clave para la estrategia de Bush (27-10-2001). Este texto lo pude escribir con buena información (no tenía acceso a Internet; mi Thuraya no movía las páginas sólo servía para enviar textos y con mucha paciencia fotos) gracias a la generosidad de un maestro de periodistas y gran conocedor de Afganistán, Ettore Mo, quien compartió sus muchos conocimientos con nosotros. En Ghance Jil hubo muertos en un ataque americanos: La primera víctima del fuego amigo (29-10-2001).
Este fue uno de los mejores reportajes de esta misión: Las mujeres invisibles de Afganistán (30-10-2001). Movimientos de tropas en Charikar y nuevas ordenes sobre la conquista de la capital: La Alianza del Norte ordena a sus tropas que se preparen para la ofensiva sobre Kabul (31-10-2001). Los B-52 entran en funcionamiento: Los B-52 tratan de abrir una brecha en las filas talibanes en el frente norte (01-11-2001) y La incapacidad militar de la Alianza del Norte permite el contraataque talibán y Vivir entre la basura bélica (06-11-2001). Después, junto con Mo y otros muchos periodistas nos fuimos en helicóptero al norte para esperar a nuestros relevos. La guerra parecía que iba a durar aún varios meses, quizá hasta primavera. No fue así. Kabul cayó una semana después. Mi relevo, Guillermo Altares no podía llegar a tiempo. Marcharme del sur del Panchir fue mi mayor error profesional.
Más sobre Afganistán: dos críticas de programas de televisión: Imágenes que apenas necesitan palabras (27-12-2001) y otra sobre La noche temática dedicada a este país: Afganistán, cuando la ausencia de guerra lo llaman paz (19-10-2002).
Sobre la muerte de mi amigo Julio Fuentes: Un trabajo con riesgos (21-11-2001) y en El Mundo: La otra rosa del jardinero.